martes, 9 de diciembre de 2014

LAS FECHAS DE MI AMIGO LUIS MEJIAS

Luis Mejias en su tienda de repuestos el último día de trabajo
No es fácil resumir en un artículo, toda una vida dedicada a trabajar y a cuidar de su familia. Quizás quien mejor lo saben y así se lo han expresado, sean sus hijas.
Sin decirle nada y engañado, lo llevaron a Llerena, y allí le tenían preparada una fiesta para celebrar su jubilación.
Después de la sorpresa y la comida, sus hijas le entregaron dos pergaminos, cuya lectura lo dice todo. Lo escrito por ellas, lo voy a ir intercalando entre las vivencias que mi amigo Luis me ha contado.
Decían sus hijas Inma y Luisa:
¡¡¡Hola Papá!!!
¿Creías que te ibas a jubilar y lo íbamos a dejar pasar como si nada? Por supuesto que no, esto había que celebrarlo porque han sido muchos años de trabajo y dedicación a tu negocio, toda una vida trabajando, primero para otros y luego para alegría tuya, con tu repuesto, Repuestos Luis, ahora llega la hora de relajarse y disfrutar de todo lo que te gusta.
Mucha gente te va a echar de menos no sólo por el trato con que los atendías, también porque el repuesto no tenía horarios, cuantas veces te hemos visto dejar de comer porque venía alguien para la tienda, tenías dedicación exclusiva. Y esas charlas en la puerta, amigos que has hecho gracias a tu negocio que estamos seguros que se van a acordar mucho del repuesto, mucha gente que te aprecia…

Luis Mejias Tome nació en Guadalcanal el 24 de septiembre de 1949, o sea, que había cumplido los 65 años hace dos meses, pero tuvo que seguir trabajando sesenta días más, por la famosa reforma del Gobierno. Es decir, el sábado 22 de noviembre cuando cerró al mediodía la puerta de su negocio, terminaban 55 años de trabajo, todos realizados en Guadalcanal.

Su currículo de estudiante es muy escaso, ya que empezó a trabajar a los diez años. Según recuerda Luis, estuvo con doña Paquita –quién no ha pasado por su colegio de los “cagones” como le decían- después por el de Mantrana (Francisco Ortiz Mantrana) y por el de Andrés Mirón, pero que recibió clases complementarias con Antonio “el Cojo”, donde iba con su silla hasta el Berrocal Chico a recibir las lecciones y, por último, con doña Gracita Rivero.

Seguimos leyendo a sus hijas…

Toda una vida dedicada el trabajo, muchísimas horas, hasta guardias y días de fiesta cuando trabajabas en la farmacia, ¿ Y todo para qué?

Todo para que a tu mujer y a tus hijas no le faltara de nada, y lo conseguiste, nunca nos ha faltado de nada, todo lo que tienes nadie te ha ayudado a conseguirlo, tu no tenías a nadie que te ayudara a invertir para tu negocio o para tu casa, tu solito has conseguido lo que ahora tienes, por eso hay que aplaudirte, y por eso queremos que hoy disfrutes con tu familia que te quiere…

Sin embargo, la lista de sus trabajos han sido mucho más larga…

Nos comentaba Luis: Empecé a trabajar a los diez años con López, repartiendo los periódicos (tres años). Después entré de Botones en el Cebollino, donde estaba de repostero Antonio Romero Mateos y estuve dos años. Empecé a ayudar en los trabajos del bar y me quedé con él tres años más. Después trabajé con Pedro Rivero otros tres años.

 Luis ha vivido toda su vida con su madre, a la que atendió hasta su fallecimiento cuando estaba a punto de cumplir los 90 años. Josefa Tomé Vázquez, que así se llamaba, que hizo lo propio con su hijo, ya que se separó a los 25 años de su marido y lo cuidó hasta que él pudo valerse por sí mismo.

Su padre se marchó a trabajar a Sevilla y allí conoció a una nueva mujer con la que ha convivido hasta su fallecimiento en Denia (Alicante), precisamente ocurrido el pasado sábado. Su padre se llamó Luis Mejias Gil. De este matrimonio tiene Luis tres hermanas.

Después de esos trabajos, Luis inició uno nuevo que ya no iba a abandonar hasta su jubilación: los repuestos. Francisco Martín “el Botero” había montado una tienda de repuestos al final de la calle Santa Clara en el año 1967. Allí se dirigió Luis a punto de cumplir los 20 años en el 1969, para iniciar el que a la postre, iba a ser el trabajo de su vida. Como todos los trabajos que había en Guadalcanal en aquellas fechas, el sueldo no era muy alto, pero lo importante es que le pareció que tenía que intentar que fuera duradero.

Y así ha sido. El año 1976 le compró el almacén de repuestos a Paco Martín y lo trasladó a la casa en que vivía en la calle San Sebastián, actual número cuatro, donde ha permanecido durante 38 años.
A Luis además de la Semana Santa, le gusta mucho la Romería. aquí lo vemos en la primera fila a la izquierda
Otro día en la Romería de Guaditoca

Pero Luis también ha vivido otra vida además del trabajo, su vida familiar. Había un grupo de amigas: Encarni, Candi, Nati y algunas más que ahora no recuerdo. En el Club Parroquial que habíamos fundado, -gracias a don Manuel Barrera el párroco- nos reuníamos a escuchar música y otras actividades como baile, teatro... Este sistema era más cómodo que el que se usaba anteriormente de dar vuelta por los Mesones, unas por un lado y los otros por el otro y a saludarnos cuando nos encontrábamos al completarse la vuelta. Como fuera -y nunca mejor dicho- nos cogió las vueltas a los demás y aparecieron un día Encarni y Luis, diciendo que eran novios.

Más o menos el noviazgo duró unos cuatro años, ya que el 17 de Mayo de 1976, Luis que tenía 27 años, le dijo el sí a Encarni Gálvez Carranco, que sólo tenía 22 años. Curiosamente, al ir a comprar los muebles a un establecimiento de Zafra, le dieron una papeleta diciendo que iban a rifar por primera vez un coche entre los clientes –esas rifas que nunca tocan- y cosa curiosa, Luis y Encarni hicieron el viaje de novios en un flamante SEAT-133, que les había tocado.

El año 1977 tuvo de nuevo dos premios: el 25 de marzo nació su primera hija, Inmaculada y empezó a trabajar en la farmacia de Enrique Gómez, como Mancebo.

El 7 de diciembre de 1980, se uniría a la familia su segunda hija Luisa, que también hace unos años que regenta una tienda, donde se puede encontrar de todo: librería, papelería, libros, chucherías… igual que su padre, pero en otros materiales, además instalada en otro local emblemático de Guadalcanal, en el de la dulcería de las sobrinas de Dolores Díaz.

Durante el tiempo que trabajó en la farmacia hasta el año 1991, se encargó de la tienda de repuestos, su esposa Encarni.
Luis Mejias en la Banda del director José Mª Jiménez
No lo habíamos dicho hasta ahora, pero una de sus primeras aficiones es la música. Había pertenecido a la última Banda de Música que dirigió el director José Mª Jiménez. No tuvo una larga vida esta banda, pero le quedó la nostalgia de la música. Aprovechando que le sobraba tiempo, ya que había dejado de trabajar en la farmacia, en el año 1991, reunió a 25 niños, junto con el incombustible Heredia y alguno más de los antiguos Alabarderos y empezó a ensayar, pero por primera vez, previa enseñanza de lo que era un pentagrama y el estudio de solfeo. Cuando por primera vez oímos a la banda, no recuerdo si fue en 1992 o 1993, notamos que era otro sonido el que salía de los mismos instrumentos. Estuvo dirigiendo la Banda de Cornetas y Tambores con el nombre de “Azahar de Guadalcanal“ hasta el año 2000, que ya la componían más de 65 niños. Estos fueron el germen de la Banda de Cornetas y Tambores que hoy conocemos con el nombre de “Cristo del Amor”.
Aunque no existía ningún letrero, todos conocían la tienda de Luis

Luis seguía con su tienda de repuestos, donde por cierto nunca apareció ningún letrero que la anunciara, pero todo el mundo sabía donde estaba. Cuando alguien preguntaba por alguna pieza de algo que no encontraba, siempre había alguien que le decía: eso en Luis el de repuestos.

En su vida familiar iba a vivir ya entrado el siglo XXI, acontecimientos agridulce. Por un lado su hija Inma se casaría en 17 de mayo de 2003, que les daría a su primera nieta Irene, que nació el 29 de marzo de 2004. Por otro, perdería a Encarni, que falleció el 25 de noviembre de 2007, que conoció a su primera nieta antes de morir, pero no a su nieto Luis, que nacería el 12 de octubre de 2008.

Muchos acontecimientos le quedan por vivir a Luis, que ahora de momento no han sucedido, pero estamos seguros van a suceder. Él dice que ahora va a dedicar más tiempo a la música y a viajar, que por motivos de trabajos no lo ha podido hacer, y quizás...

Por nuestra parte, esperamos que se pueda incorporar a este grupo de amigos antiguos, que también nos hemos jubilados y esperamos contar con sus vivencias en nuestros paseos por la Plaza de los Naranjos de Guadalcanal.

Terminamos con lo que le decían sus hijas al final de su pergamino…

Esperamos que haya sido una sorpresa, lo único que queríamos es darte las gracias, gracias por lo bien que hemos vivido, hemos sido muy felices, gracias por lo que nos has ayudado y sigues ayudándonos, siempre hemos podido contar contigo...

Ya nos despedimos, esperamos que tengas una feliz jubilación y que esta sorpresa te haya gustado, que ahora puedas hacer cosas que antes con tantas ataduras no podías, disfruta todo lo que puedas, te lo mereces, te lo mereces por muchos motivos, has cumplido 65 años maravillosamente así que aprovéchate de ello y ahora te toca disfrutar a ti.

Te queremos


Tus hijas Inma y Luisi

1 comentario:

Unknown dijo...

Precioso. Felicidades y Salud para esta nueva etapa.