viernes, 10 de octubre de 2014

MALCOCINADO (2 DE 5)

                     

                              Manuel Maldonado Fernández


       No disponemos del documento correspondiente al sorteo de las parcelas referidas en Guadalcanal, aunque sí tenemos la oportuna constatación documental en los casos de Reina y Casas de Reina. Sin embargo, por el Interrogatorio de 1802[1] comprobamos que las medidas tomadas por los ilustrados, incluida la denominada desamortización de Godoy, cambió sensiblemente la propiedad, distribución y uso de la tierra del término de Guadalcanal, alcanzando ahora la propiedad privada unas 8.000 fanegas de las 27.500 que declaraban para todo el término, asunto importante de destacar, pues, 50 años antes y según los datos del Catastro, la propiedad privada estaba representada por escasamente 1.500 fgas., una buena parte de ellas en manos de los conventos femeninos locales[2].
   Por este último interrogatorio, sabemos que en Guadalcanal se repartieron, entre otras, unas 1.100 fanegas para el cultivo de la vid y el olivo en el baldío de Malcocinado y en las sierras del Viento, del Agua y de la Jayona, reparto por sorteo que debió ser equitativo entre los vecinos censados como agricultores, ganaderos o empleados en las tareas agropecuarias[3].
    Pues bien, enlazando ya con el asunto que más nos ocupa, entendemos que el asentamiento o aldea de Malcocinado tomó cuerpo definitivo a raíz de estas disposiciones ilustradas, pues desde entonces su vecindario creció vertiginosamente, precisamente acogiendo a familias procedentes de Guadalcanal, tomando desde entonces el baldío cuerpo de aldea; es decir, un asentamiento sin término ni jurisdicción, que quedó administrado desde la villa matriz. Así, según datos recogidos del archivo municipal de Guadalcanal, la evolución del número de vecinos en la villa y su baldío-aldea responde a las cifras que siguen:
-  En 1724 existían 656 unidades familiares registradas en Guadalcanal, de las cuales 651 moraban en la villa y 5 en el baldío y caserío de Malcocinado[4].
-   En 1752, siguiendo una de las respuestas al Catastro de Ensenada, de los 1.050 vecinos o unidades familiares registradas, 1.042 moraban en la villa y 8 en Malcocinado.
-  En 1791, según otra de las respuestas al Interrogatorio de la Real Audiencia de Extremadura, 988 vecinos moraban en la villa y 48 en el ya importante caserío instalado en Malcocinado[5].
Por lo tanto, observamos un asentamiento espectacular de vecinos de Guadalcanal en el baldío de Malcocinado, pasando en algo menos de 40 años de acoger 8 unidades familiares a 48, todas procedentes de Guadalcanal tras el reparto y sorteo de tierras citado, circunstancia que propicio la separación de familias en primer grado, quedando una parte en la villa y otra en el baldío-aldea.
Llegado a este punto, y antes de abordar las circunstancias que debieron mediar para la definitiva segregación de Malcocinado, hemos de afrontar dos cuestiones importantes que, a nuestro entender, explican el motivo de dicha separación. Me refiero, por una parte, a las tempranas desavenencias que surgieron entre los moradores de la villa y los de su ya aldea; por la otra, a las consecuencias derivadas de la división provincial propuesta por Javier de Burgos (1833), que definitivamente concluyó con la separación de Guadalcanal de Extremadura y su incorporación a Andalucía, siguiéndole Malcocinado en esta nueva situación administrativa.
Sobre las desavenencias citadas, éstas ya surgieron a finales del XVIII, precisamente a cuenta de los cerramientos de fincas llevadas a cabo en Malcocinado, circunstancia mal vista por algunos importantes ganaderos de la villa. Según hemos podido constatar en documentos de la época custodiados en el Archivo Municipal de Guadalcanal, los enfrentamientos entre los vecinos de uno y otro asentamiento del mismo pueblo fueron frecuentes, quejándose los de la aldea de tratos vejatorios, como, por ejemplo, cuando reclamaban más atención espiritual por parte de los párrocos de la villa, que ni querían desplazarse a la aldea ni tampoco que en la misma se instituyese una parroquia. Se quejaban igualmente de la insuficiente atención sanitaria y educativa.




[1] AMG, leg. 125.
[2] Conviene aclarar que la superficie del término se estimó a la baja. En efecto, siguiendo datos más precisos su superficie actual es de unas 42.100 fanegas, es decir, 27.801 hectáreas, a las que habría que sumar las que hoy pertenecen a Malcocinado.
[3] En estas decisiones radica el origen del olivar en Guadalcanal y Malcocinado. En 1752 sólo se dedicaban a este cultivo unas 200 fanegas, pese a que ya el maestre Alonso de Cárdenas defendiera su cultivo y que igualmente el emperador Carlos V se mostrase partidario del mismo. Según se desprende del interrogatorio de 1802, los guadalcanalenses encontraron un gran beneficio con el cultivo del olivar en los parajes referidos, por lo que seguían pidiendo tierras con esta finalidad.
[4] Especialistas en esta cuestión, estiman que por cada unidad familiar hemos de considerar  3.7 almas o habitantes.
[5] Más adelante, una vez independizada la aldea de Malcocinado de la villa de Guadalcanal y tras su incorporación a partir del 12 de abril de 1842 a la provincia de Badajoz, en una relación de vecindario de los pueblos del partido de Llerena aparece Malcocinado con 468 habitantes, equivalentes a 134 vecinos o unidades familiares

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