martes, 17 de diciembre de 2013

ANTONIO MUÑOZ TORRADO - ÚLTIMOS DÍAS DE LA FERIA DE GUADITOCA - 9

                    Consignadas las cantidades en la Audiencia, y no viniendo conformes lo que declararon el Alguacil y el escribano acerca del modo de recibir D. Juan Pedro el recado político del Corregidor, mandó este que informasen aquellos, como lo hicieron el día 31 de Mayo (“Informamos, dicen, al Sr. Corregidor que en cumplimiento de su providencia de catorce del retropisxenio Mayo, pasamos al sitio de Guaditoca… con noticias de que D. Juan Pedro de Ortega su Patrono o Admor. se hallaba en él: y habiendole encontrado se le dio por mi dicho Alguacil mayor el recado politico, que previene la citada providencia, en orden a que de la mesa y fondo productivo de dicha feria dispusiese satisfacer dietas al Juzgado y sus subalternos, o por lo mejor decir, remunerase su ocupacion, vigilia y diligencias extraordinarias, que ocasiona la concurrencia advirtiendole ambos que dicha diligencia era puramente politica, sin embargo de que habia providencia conforme a su espiritu, que determinaba otras diligencias: Y enterado didcho Don Juan respondio estar muy conforme en todo lo que dispusiese su Merced; y en fuerza de dicho allanamiento y conformidad , omitimos las ulteriores diligencias que en caso de resistencia nos preceptuaba la mencionada providencia del catorce; y pasado algún corto espacio de tiempo se presentó dicho Mayordomo con la pretensión de que bajo las mismas circunstancias de urbanidad le manifestasemos dicha providencia y asi se ejecuto, corriendo el negocio con el mismo semblante, sin advertirse en elmayordomo la mas minucia repugnacia.” (Sigue en el informe la relacion de la intervecion del Sr. Corregidor en la feria y regularizacion de las dietas y deficultad surgida a ultima hora: “Actuando, el Señor Corregidor, que se presento en la feria el primer dia de Pascua, y por el informe que yo dicho escrivano di a su Merced, no hizo novedad, aunque si previno tomase una ligera aputancion de la contribucion de los mercaderes y demás contribuyentes que con tiendas, platerias y otros efectos ocupaban los portales y demas sitios de la circunferencia  del Santuario. En este tono discurrieron los dias de la feria hasta que el último, o penúltimo , tomada por nosotros ligera apuntacion y noticia de dicha contribucion, por faltar algunos feriantes que se habian retirado, nos avocamos y se trato de la regularizacion de dietas para el juzgado, que ascendieran por cinco dias de ocupacion y sun inclusion de las de su Merced, a cuatrocientos sesenta reales de vellon, que aprontó el Mayordomo y de que di recibo yo el Alguacil mayor; pero todo con la cualidad de sin perjuicio de lo que se sirviese disponer el Sr. Corregidor,   aterndiendo a que aquella regulacion se habia hecho con considerable equidad y nada suficiente a reportar la incensante tarea que ofrece la feria, incomodiades y gastos de sostenerse de nuestra sustancia; pues a cada uno de nosotros aplicamos veinticuatro reales diarios y a un guarda del campo y dos ministros ordinarios a doce; sin haberse tenido presente otros dependientes  que asi mismo concurrieron , y refresco que efecticamente se costeo a la tropa de Infanteria de Cataluña que asistió a todo lo necesario : y dicha cantidad se halla distribuida. Concluida la feria y pasados algunos dias , atendiendo su Merced a que no habiamos cobrado sus dietas y de otros dependientes mando que yo el escribano diese de nuevo recado politico al significado Mayordomo de que con dicho respeto y de la mejor equidad restaban trescientos sesenta y ocho reales, e intimado por mi dicho oficio politico respondio el memorado D. Juan los pondría en mi poder, lo que no ha ejecutado hasta el dia de ayer; pero con el pedimento que motiva esta diligencia… Guadalcanal y Junio primero de mil setecientos ochenta y cinco.”)   A tal estado habían llegado los asuntos de la Feria que no quedaba a D. Juan Pedro de Ortega otro camino a seguir que, o acudir al Consejo de las Órdenes, con todas las molestias y gastos que había de ocasionarle, o entregarse por completo  en manos del Corregidor. Ni su posición social, ni su dignidad herida, ni las consecuencias que temía podrían sobrevenirle, le aconsejaban la sumisión a Iranzos: su decisión, fue clara: apelación, que abarcara el litigio con la Colecturía y las injustas exacciones del Corregidor.

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