viernes, 26 de abril de 2013

El patrimonio monumental de Guadalcanal - y 9


a través de la Historiografía artística: Aproximación bibliográfica
                                      Salvador Hernández González
                                      Revista Guadalcanal 2004

Otra pieza clave del patrimonio local fue la imagen de San José con el Niño, atribuida con toda seguridad al insigne escultor Juan de Mesa y que por su calidad figuró en la Exposición Iberoamericana de 1929, siendo destruida durante los sucesos de 1936 en la capilla de San Vicente, donde recibía culto. Su relación estilística con obras documentadas de Mesa garantiza la atribución, en opinión de Hernández Díaz, quien la fecha en torno a 1625, aunque María Elena Gómez Moreno la cree obra de un discípulo.
            Una interesante obra, llegada a nosotros con grandes desperfectos a causa de los daños sufridos en la última contienda civil, es el Cristo de marfil que estuvo en la iglesia de Santa Ana, obra realizada en Flandes y fechada en la segunda mitad del siglo XVII, que al igual que el San José de Juan de Mesa fue expuesto en Sevilla en 1929. Esta muestra de la eboraria europea ha sido estudiada por la profesora Estella Marcos, quien destaca la hermosura y expresividad del rostro de Cristo y su robusto estudio anatómico, vinculando esta escultura con la producción de un escultor flamenco del círculo de influencia de Artus Quellinus el Joven.
            Sobre la imaginería y enseres de las cofradías de Guadalcanal contamos con algunos trabajos recogidos en obras colectivas dedicadas al estudio de la Semana Santa en Sevilla y su provincia, como el publicado en la década de los ochenta por Francisco Ortiz Rodríguez y Plácido de la Hera Pérez , y más recientemente las síntesis elaboradas por Francisco José Flores García y el autor de estas líneas. Por su parte Carrero Rodríguez reseña las andas procesionales del Santo Entierro y la Entrada en Jerusalén, mientras que Martín Macías subraya el interés de la cruz de carey que posee la Hermandad de Jesús Nazareno, obra de origen americano fechable en los años centrales del siglo XVII. También en relación con el patrimonio artístico cofrade hay que citar la intervención restauradora del imaginero Francisco Buiza sobre la imagen del Cristo de la Humildad y Paciencia en 1982, reseñada por Martínez Leal en su monografía sobre dicho artista.
            Por último, hay que referirse al campo artístico de la orfebrería, que cuenta en la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción con piezas de destacado interés. Recogida su nómina en el Catálogo arqueológico y artístico de la provincia de Sevilla de 1953, en la Guía artística publicada por la Diputación Provincial en 1981 y en el Inventario artístico auspiciado por el Ministerio de Cultura, algunas obras han sido reseñadas por especialistas en el campo de la platería. Así, en la exposición de orfebrería sevillana celebrada en 1970 en la capital hispalense figuraron algunas de estas piezas, como un hostiario gótico del primer cuarto del siglo XVI y un ostensorio renacentista de fines del citado siglo, que aparecen reseñados en el catálogo de la muestra elaborado por Sancho Corbacho . Por su parte, la profesora María Jesús Sanz, experta en este campo de la orfebrería, señala la procedencia mexicana de un copón de nuestra colección parroquial, en virtud de sus rasgos estilísticos y de la presencia de un punzón o marca acreditativo de su origen. Otras piezas se deben, en cambio, a los talleres de la vecina Llerena, que conoció un interesante florecimiento del arte de la platería, con muestras repartidas por toda su zona de influencia, en la que como ya hemos venido comprobando se incluye Guadalcanal. La profesora Esteras Martín, pionera en el estudio de la platería llerenense, ha identificado la autoría de algunas piezas de nuestra parroquia de Santa María, como la custodia portátil, obra de Julián Núñez en 1550. Otro investigador de la orfebrería extremeña, Tejada Vizuete, cataloga igualmente algunas piezas de dicha procedencia en nuestra localidad, como dos cálices de plata sobredorada, uno fechable hacia 1575 y el otro en las primeras décadas del siglo XVII, y el hostiario gótico de principios del siglo XVI que estuvo expuesto en la exposición celebrada en 1970 en la capital hispalense . Este mismo investigador se ha ocupado igualmente del estudio de la rejería, que cuenta en la iglesia de Santa María con excelentes ejemplos, como la que cierra la capilla de la Soledad, que atribuye al rejero Francisco Medina y puede fecharse a mediados del siglo XVI; la que desde la capilla mayor conduce a la colateral de la nave izquierda o del Evangelio, antigua capilla de la familia Ramos y cuya ejecución pudiera vincularse con el rejero Domingo Hernández, avecindado en Guadalcanal hacia 1575; y otras dos situadas en la nave derecha o de la Epístola, que son fechables ya a principios del siglo XVII . De estas muestras de las artes del hierro ha vuelto a tratar en los últimos años Josefa Mata Torres en su estudio sobre la rejería sevillana del siglo XVI, catalogándolas y describiendo su estructura y elementos ornamentales, aunque a la hora de pronunciarse sobre su autoría y cronología desconoce las aportaciones de Tejada Vizuete sobre el tema, limitándose a recoger los datos de Hernández Díaz, que quedan evidentemente ya superados.
            En definitiva, a través de estos trabajos nos encontramos con un punto de partida y apoyo para seguir profundizando en el conocimiento y valoración del patrimonio artístico y monumental de Guadalcanal, que si bien nos ha llegado mermado a causa de los avatares históricos, es legado de nuestra historia que tenemos obligación no sólo de estudiar y apreciar, sino de entregar a las generaciones venideras, como señas de identidad de nuestro pueblo.

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