viernes, 28 de septiembre de 2012

CRÓNICAS DESDE BENAZOLVE


Torre de la iglesia de Santa Marta, desde la calle San Claudio
Aprovechando que estamos disfrutando de unos días de descanso en Benazolve, pueblo donde nació mi esposa, queremos hacerles llegar una muestra de las diferentes calles y paisajes, con que cuenta el mismo.
Arroyo del Prado
Esta localidad pertenece al municipio de Ardón, en la comarca de Tierra de León, provincia de León, en la comunidad autónoma de Castilla y León.
Está situado sobre el arroyo del Prado, afluente del río Esla por su margen derecha.

Antiguas y nuevas viviendas conviven en la actualidad

Los terrenos de Benazolve limitan con los de Ardón, Villavidel y Campo de Villavidel al noreste, Cabreros del Río al este, Villalobar al sureste, Villacalbiel, San Esteban de Villacalbiel y Villibañe al suroeste, Vallejo y Villagallegos al oeste y Valdevimbre y Farballes al noroeste. Está situada a 785 metros de altitud y actualmente tiene sesenta y un vecino.
Vivienda en la calle de la Escuela
Quien mejor que el escritor y profesor leonés José Luis Gavilanes Laso, para explicarles como es Benazolve:
Camino de la Fuente
En Benazolve no hay tren, ni proyecto de tranvía (como quieren en León los chicos de la alcaldía), ni pregón, ni filandón, ni tonto al rayar el día, ni matrona cuando al niño la cigüeña lo traía, con hogaza bajo el pico o con la bolsa vacía, ni trillos, ni segadores, bueyes ni caballería, ni grano que almacenar en sobrado, cuando había, ni quintos que sortear cual bolas de lotería, ni rueca de buen tejer, ni el figón, ni la herrería, ni tolva para moler, ni nieva como solía... 
Frontón de Benazolve
Típica casa en la calle Valdevimbre
Como plumas en las aves, mudan los tiempos, los días, y también las voluntades, aunque, por desgracia, no, violencias y fechorías entre los pobres mortales.

Casa restaurada en la calle San Claudio
Allá, por el siglo X, en el tiempo de Almanzor, llegó aquí la morería, destruyendo por doquier y haciendo enorme sangría, con fiereza, intrepidez, alfanje y algarabía, dando a Benazolve nombre, que es mora etimología. Su sentido corresponde a la dureza del hombre que en estos campos vivía, en perfecta analogía con lo recio de la tierra: dura, escarpada, bravía, plena de arcilla y de piedra. 
Fachada restaurada de casa antigua
Y dicen que hasta un harén en esta aldea existía, aunque no se sabe bien, donde el sultán lo tenía, con moras a tutiplén, que previa a su madurez el moro las digería con lujuriosa avidez, al compás de los rabeles, dulzainas y chirimías y aporreos de tambor después de mil correrías por la ribera de Ardón y otra villa, al mediodía, que por su mucho dolor, llamaron Villaquejida.
Iglesia de Santa Marta
Hubo judíos también, aunque muy pocas judías, porque insaciables las hambres por las plagas y sequías, a falta de otros manjares las gentes se las comían. Repuesta la clerecía, advino de sopetón una peste muy extendida, que era cólera de Dios por pecado en demasía. 
La Fuente
A modo de exculpación, como el hambre persistía, sin otra degustación, el pueblo santas comía: Margaritas, Azucenas, Martas, Dulces, Rosalías y en especial Magdalenas cocidas en la abadía, junto al Esla, por Ardón; y de tal forma engullían que ver era bendición cómo se satisfacían. Según, pues, la tradición, las magdalenas, judías y moras principalmente, por antaño y todavía, son el plato preferente, tanto a las gentes de aquí como en aldeas vecinas.
Casa y escudo de los Isla
  En tiempos de evacuación, porque el faquir exigía que Ala fuese sólo el dios a quien rendir pleitesía, del sur, desde Andalucía, a Benazolve llegó gente de mozarabía, con mozas a mogollón, que mozos pocos venían, por causa de la invasión que el Califato sufría. 

Fuente de El Caño
No hay grandes corriente, ni pantano de importancia, pero hay agua excelente que mana con abundancia, y desde Oriente, Occidente (y hasta dicen que de Francia) a recogerla aquí vienen sin importar la distancia.

Al fondo la torre de la iglesia de Santa Marta, en la calle Real
Tampoco hay campo de golf, ocio de la burguesía, ni urbanismo alrededor, negocio de plusvalía. Pero al saber que aquí había musulmana tradición, vino de la morería un libanés de ambición, pues del Líbano venía, y, si nada construyó, sí agrandó su economía, por comprar la tierra a dos lo que mucho más valía, ¡a Yunes castigue Dios, o Alá por tal fechoría!
Calle del Caño y Villalobar
Hay prados para pacer y cuevas con gran frescura para yantar y beber cuando la calor apura, y muchos días de sol y también buena sombría, y un arroyo retozón moderado en las crecidas, que nunca pierde el rumor de sus aguas cristalinas, incluso por la Asunción en años de gran sequía. 
Cueva donde se conserva el vino con cestos para traer la uva
Mas, no ha querido el Señor darle berros ni pamplinas, ni peces he visto yo, sólo ranas en la arena, dándole coro al rumor con sus cantos de sirena, cuando invitan al amor en noches de luna llena.
Cúpula de la cueva
Hay templo para rezar y liberar el pecado, mayoritariamente venial, y un sacerdote importado viniendo para ejercer oficio dominical u otro sagrado quehacer para ser administrado con licencia episcopal. De descanso y de reunión y ejerciendo como bar, tiene la aldea un local denominado El Peñón, 
Bar de la Asociación El Peñón, a la derecha el consultorio médico
que, si bien, no baña el mar, cual Gomera o Gibraltar, tiene juego y diversión para solaz expansión después del duro bregar. Y si no hay satisfacción, se parte a Villalobar, amada con devoción por ser villa fraternal. O a Valdevimbre, mejor, pues en la cueva de un cura dan vino con comunión, buen servicio sin usura, y si en la degustación sobrepasas en hartura y falleces de atracón, es gratis la sepultura y gastos de inhumación.
No hay copioso vecindario, mas vense con lucidez algunos nonagenarios e incluso de más de cien. Ni edificio de valía, pero sí gente de bien, barrio de abajo y de arriba, pequeña ermita
Ermita de El Cristo
 también y un escudo de hidalguía con flor de lis y lunel. 
Casa y escudo de la familia Ordas
Es el culto a Santa Marta, dulce hermana de María, cuyos atributos son la escoba y el cucharón, sujetando con cadenas la cabeza del dragón, la que a Benazolve da muy extendida nombradía, cuando a finales de julio se festeja cuatro días, con escabeche, con queso, vino, baile y alegría.

Y ya, como colofón, pues ya es hora de acabar, homenaje y oración por un hombre quiero dar, con todo mi corazón, vecino de este lugar. Siendo viudo y jornalero, con prole que alimentar, en Puente Castro mataron los que en civil guerra juzgaron quién debía de vivir o había que fusilar.
Calle San Claudio, donde conviven las nuevas y viejas viviendas
 Dicen que ofendió a la Iglesia o agravió a la autoridad, infracciones que hoy en día son sólo de lamentar. Y si de cristianos vamos tan a menudo al altar, por amor de Dios, hermanos, debemos de perdonar. Si a los delitos de sangre no se debe muerte dar, menos son los de palabra la causa para matar. Han pasado ya los tiempos de ver, oír y callar. 
Antigua casa del Cura
Quiera Dios se hayan perdido, quiera Dios no vuelvan más. Sólo al final de los días, Él nos habrá de juzgar, con la gloria para siempre o la nada, nada más. Que el infierno ya es la vida, si a ella has venido a parar.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

LAS MILICIAS HONRADAS EN GUADALCANAL - 1




Por Rafael Ángel Rivero del Castillo - Revista Guadalcanal año 2012

         

En 1808 en plena Guerra de la Independencia Española del invasor francés, la Junta Central, fiel al Rey Fernando VII, expidió un reglamento por el que disponía la creación en todo el territorio de cuerpos de “Milicias Honradas", que deberían constituir una especie de ejército auxiliar que realizase servicios de guarnición y retaguardia, liberando así de los mismos a los cuerpos del ejército activo debido:
 “…al gravísimo empeño en que se halla la nación para liberarse de la esclavitud que la amenaza y que sufre ya su amabilísimo Monarca y toda su Real Familia por el más astuto, pérfido y poderoso de los tiranos”.

         De esta manera el día 22 de noviembre de 1808 la Junta Central desde Aranjuez expide el citado reglamento en cuyo patriótico preámbulo se incluía que…

“…la honradez, la unión, la fraternidad, el olvido de las injurias, el desprendimiento de lo que nos pertenece, o creemos que se nos debe, la paz interior y reciproca ante los ciudadanos, y en una palabra, todas las virtudes que constituyen el verdadero patriotismo son tablas que pueden únicamente salvarnos del naufragio que nos amenaza. Para conservar pues estas virtudes, para mantener la tranquilidad en todos los pueblos, y singularmente entre los más considerables, para imponer respeto a los bandidos, para aprehender a los desertores, y para evitar con el pronto e irremisible castigo la multiplicación de los delitos, ha dispuesto S.M. que en todos los pueblos del Reino que están fuera del teatro de la guerra se creen Cuerpos de Milicias Honradas, bajo el pie y reglas que se expresan en los siguiente artículos…”

         En dichos artículos se estipulaba:

·                    Que el número de individuos que integraran esta milicia debería ser proporcional a la población.
·                    Que las personas que lo compusieran debían tener rentas o salarios fijos para poder mantenerse con dignidad.
·                    Que la pertenencia a estos cuerpos no eximia de prestar servicio en el ejército en caso de necesidad.
·                    Que la oficialidad se reservaba a los más aptos al margen de su condición nobiliaria o su riqueza.
·                    Que estos milicianos no gozarían de sueldo, y el vestuario correría de su cuenta, mientras que las armas en cambio serían pagadas por toda la comunidad.
·                    Que la instrucción recibida estuviera a cargo de los capitanes generales y que estos la organizaran según las características de cada pueblo.
·                    Que dichos voluntarios quedarían sujetos a sus respectivas jurisdicciones en todas las causas y delitos que no fueran relativos al servicio de armas, en cuyos casos, pasarían a depender del capitán general de su provincia

En este contexto aparece una carta anónima dirigida al Rey Fernando VII por un guadalcanalense de la que se puede deducir que esta orden, pese a ser de vital importancia según nuestro anónimo paisano, no llegó a ejecutarse en todos los pueblos entre otros en Guadalcanal.

A continuación transcribo la carta, con la ortografía y gramática originales, firmada el 30 de julio de 1809 desde Guadalcanal por “El Buen Patricio” seudónimo utilizado por nuestro paisano para rubricar la carta.

sábado, 22 de septiembre de 2012

DOCUMENTACION SOBRE GUADALCANAL EN LA COLECCIÓN “SALAZAR Y CASTRO” DE LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA - y 2


Por Salvador Hernández González - Revista Guadalcanal año 2012


La documentación relativa a Guadalcanal es la siguiente, reproduciendo las fichas que figuran en el Catálogo de esta colección[1] y que relacionamos por orden cronológico:

Ø      1570.06.25. Úbeda.
Testamento otorgado por Juan Vázquez de Molina, secretario de Carlos V y de Felipe II, comendador de Guadalcanal y Trece de la Orden de Santiago.
Sigue el codicilo otorgado al día siguiente. Este señor falleció el 27 del mismo mes y año.
M-89, fº 107 a 127. El fº 128 está en blanco. Nº 55959 del inventario.

Ø      1591.09.15. Barajas.
Testamento otorgado por Francisco Zapata de Cisneros, I conde de Barajas, comendador de Guadalcanal y Trece en la Orden de Santiago.
M-64, fº 198 a 200. Nº 54463 del inventario.

Ø      Sin fecha.
Noticia del memorial de Pedro Zapata de Cárdenas, comendador de Dosbarrios, en la Orden de Santiago, al rey Felipe II, por el que solicita la encomienda de Guadalcanal en la misma Orden. En 24 de octubre de 1594 fue promovido a la encomienda de Guadalcanal.
Autógrafo de Luís de Salazar y Castro, obtenido del original del archivo del duque de Baena.
M-6, fº 180 v. Nº 46576 del inventario.

Ø      1597.01.18. Madrid.
Cédula del rey Felipe II a todos los comendadores de la Orden de Santiago, entre ellos Hércules Sfrondato, duque de Montemarchano y comendador de Guadalcanal, haciéndoles el llamamiento para que, con sus personas y lanzas que les corresponden, estén dispuestos para marchar a la guerra.
Nº 36173 del inventario.

Ø      Sin fecha.
Elogio de D. Luís Venegas de Figueroa, comendador de Guadalcanal y Moratalla, y Trece de la Orden de Santiago, repostero y aposentador mayor de Felipe II, su embajador en Alemania y otras partes, caballerizo mayor de la reina doña Ana, mayordomo del emperador Maximiliano II y su embajador a Castilla.
Autógrafo de D. Luís de Salazar.
Legajo 11. Carpeta 14, nº 28. Nº 75046 del inventario.

Ø      Sin fecha.
Tabla genealógica de la familia de Ayala, vecina de Guadalcanal (Sevilla).
Empieza en Lorenzo Gutiérrez de Morales, veedor y obrero mayor de la provincia de León en la Orden de Santiago. Termina en su tercer nieto Rodrigo Ventura de Ayala Sotomayor, que heredó de su tercer abuelo el mayorazgo de la obrería mayor.
D-28, fº 169. Nº 25181 del inventario.

Ø      Sin fecha.
Tabla genealógica de la sucesión del capitán Hernán González de la Torre, natural de Guadalcanal, conquistador del Perú, regidor perpetuo y feudatario de Lima y familiar del Santo Oficio.
Termina una rama en su tercer nieto Fernando de Córdoba y Sande. Otra rama termina en su segundo nieto Francisco Manrique de Lara.
D-29, fº 27. Nº 25286 del inventario. Nivel de descripción: Documento

Ø      Sin fecha.
Tabla genealógica de la familia de Sotomayor, vecina de Guadalcanal (Sevilla).
Empieza en el comendador de la Orden de Alcántara, Ximeno de Sotomayor. Termina en su octavo nieto, por varonía, Pedro Antonio de Ayala Sotomayor y Castilla, veedor y obrero de la provincia de León y caballero de Santiago en 1715.
D-34, fº 73. Nº 27588 del inventario.

Ø      Sin fecha.
Tabla genealógica de la familia de la Torre, vecina de Guadalcanal (Sevilla).
Empieza en Francisco López de la Torre. Termina en su nieto Francisco López de la Torre y Rodríguez Carranco, que hizo información de su nobleza en Guadalcanal en 1611.
D-35, fº 60 v. Nº 28013 del inventario.

Ø      Sin fecha.
Tabla genealógica de la familia de Ortega, vecina de Guadalcanal (Sevilla).
Empieza en Diego Díaz de Ortega. Termina en su cuarto nieto Alonso Damián de Ortega y Toledo Golfín, caballero de Santiago en 1721.
D-35, fº 84 v. Nº 28064 del inventario.

Ø      Sin fecha
Genealogía de Alonso de Ortega Ponce de León y Toledo, natural de la villa de Guadalcanal, Alférez Mayor del Cabildo de ella, y Sargento Mayor de el Regimiento de Dragones de Llerena, pretendiente del hábito de la Orden de Señor Santiago, en 1721.
Impreso en dos hojas, con notas autógrafas. S.l.s.i.s.a.
D-51, fº 112 y 113. Nº 29959 del inventario.



[1] Tales fichas se pueden descargar a través de la web de la Real Academia de la Historia: http://www.rah.es/biblioteca.htm

miércoles, 19 de septiembre de 2012

DOCUMENTACION SOBRE GUADALCANAL EN LA COLECCIÓN “SALAZAR Y CASTRO” DE LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA

Por Salvador Hernández González – Revista Guadalcanal año 2012.

             Desde su establecimiento oficial en 1738, la Real Academia de la Historia se dotó con una biblioteca que, en virtud de la cuantía y calidad de sus fondos, se ha convertido en indispensable para el estudio e investigación de la historia de España y de la América hispánica. Estos fondos, reunidos por diversas vías (compra, donación de académicos, personas particulares, instituciones y editoriales), comprenden no sólo una gran colección de libros y folletos impresos (estimados en más de 400.000 volúmenes), sino también una rica colección de códices y documentación manuscrita que abarca desde la alta Edad Media hasta la actualidad y está formada por más de un centenar de colecciones de características y contenido muy diversos.

            Entre estas colecciones de manuscritos destaca por su interés para la historia local la formada por don Luís Salazar y Castro (1658 – 1734) a finales del siglo XVII y comienzos del XVIII. Nacido en Valladolid de familia hidalga burgalesa, Salazar y Castro, nombrado caballero de la Orden de Calatrava en 1686, desempeño desde 1697 hasta su muerte el oficio de Cronista de Indias. Su dedicación a los estudios genealógicos le granjeó gran renombre ya en su tiempo, por lo que su casa se convirtió en centro intelectual de la corte de Felipe V. Su dedicación al estudio de la genealogía le hizo reunir una enorme colección de documentos que procede tanto de los que utilizó para escribir sus obras básicas (Historia genealógica de la Casa de Silva e Historia genealógica de la Casa de Lara) como de los que reunió en los archivos que visitó en toda España al ser designado informante de los expedientes de ingreso de los caballeros de la Orden de Calatrava[1].

Esta colección, que ingresó en la Academia de la Historia en 1850 procedente de la Biblioteca de las Cortes, está integrada por más de 1.600 volúmenes con 78.584 documentos (manuscritos, originales y copias e impresos) y crónicas medievales y de los siglos XVI y XVII[2]. Si bien su recopilador reunió este fondo para llevar a cabo estudios genealógicos, posee gran valor para la investigación de los más diversos aspectos de la historia de España en general y de sus poblaciones en particular, pues la documentación recopilada por este erudito investigador comprende temas como la heráldica y genealogía (testamentos, fundaciones de mayorazgos, capitulaciones matrimoniales, etc.), órdenes militares, gobierno y relaciones internacionales de los reinos de Castilla y Aragón, fueros y privilegios del Reino de Valencia, crónicas de los monarcas españoles, etc.

Si tomamos en consideración la vinculación histórica de Guadalcanal con la Orden de Santiago y el protagonismo del estamento nobiliario en el gobierno de esta institución religioso – militar, nuestra localidad aparece en esta colección Salazar y Castro a través de varios documentos que afectan en su mayor parte a algunos aspectos del señorío santiaguista en la Baja Edad Media y a la sociedad local de la Edad Moderna. Así se asoman a esta documentación los nombres de algunos de los titulares de la encomienda de la Orden de Santiago en Guadalcanal en la Edad Moderna, cargo que ejercían con marcado carácter absentista al no residir en la localidad, pues las escrituras otorgadas por estos comendadores suelen estar otorgadas en otros lugares muy distantes. Este es el caso de Juan Vázquez de Molina, secretario de Carlos V y Felipe II, quien residía en su magnífico palacio renacentista de Úbeda; Francisco Zapata de Cisneros, I Conde de Barajas; Luís Venegas de Figueroa, Aposentador Mayor de Felipe II y embajador en Alemania; y Pedro Zapata de Cárdenas, promovido a la encomienda de Guadalcanal en 1584. Otros documentos de esta colección atañen a la genealogía de diversos personajes y familias de la localidad. Así encontramos al capitán Hernán González de la Torre, que intervino en la conquista del Perú, donde alcanzó el cargo de regidor perpetuo de Lima; Alonso de Ortega Ponce de León y Toledo, Alférez Mayor del Cabildo de Guadalcanal y Sargento Mayor del Regimiento de Dragones de Llerena; y las familias Ayala, Sotomayor, de la Torre y Ortega.



[1] SORIA MESA, Enrique: La biblioteca genealógica de Don Luís de Salazar y Castro. Universidad de Córdoba, 1997.
[2] VARGAS ZUÑIGA, Antonio (Marqués de Siete Iglesias) – CUARTERO HUERTA, Baltasar: Índice de la Colección de Don Luís de Salazar y Castro. 49 vols. Real Academia de la Historia, Madrid, 1949 – 1979; VARGAS ZUÑIGA, Antonio (Marqués de Siete Iglesias): Don Luís de Salazar y su colección. Real Academia de la Historia, Madrid, 1973; “La Colección de Don Luís de Salazar y Castro”, Hidalguía nº 95 (julio – agosto de 1995), págs. 557 – 562. 

domingo, 16 de septiembre de 2012

MEMORIA DE GUADALCANAL - 84 Y ÚLTIMA

Técnico redactor: Alfredo Linares Agüera 


El PEPMF ni siquiera condiciona unívocamente la clasificación como "suelo no urbanizable" de los terrenos protegidos, de hecho el propio apartado 2.3. de su Memoria reconoce la posibilidad teórica de que la protección recayera sobre "suelo clasificado urbanizable”, en cuyo caso las limitaciones de uso inherentes a su 'calificación" de protegido "no darían lugar- necesariamente a una reclasificación de los terrenos, sino que podrían entrar en el juego del reparto de beneficios y cargas propio del suelo urbanizable, con el aprovechamiento que se fe reconozca, aunque sea solamente agrícola o BI ESPACIOS PROTEGIDOS INCLUIDOS EN EL CATÁLOGO QUE AFECTAN AL TERRITORIO MUNICIPAL DE GUADALCANAL
Los espacios que recoge el catálogo dentro del término municipal de Guadalcanal, se incluyen exclusivamente en el apartado "espacios naturales y paisajes".
Los espacios incluidos en el Catálogo del PEPMF pertenecen a la categoría de "Protección Compatible":
11.-Protección Especial Compatible
fLA. Complejos Serranos de Interés Ambiental
En el término municipal de Guadalcanal encontramos:
CS-2-LOMA DE HAMAPEGA Y SIERRA DEL AGUA.
La extensión total es de 1.159,91 Ha. El relieve presenta un conjunto de sierras que resaltan en una zona aplanada. Las fuertes pendientes oscilan entre el 50-70%, e incluso superiores. El sustrato litológico lo conforman calizas cámbricas que desarrollan suelos pobres (Entisol). La susceptibilidad a la erosión es muy alta (nivel VIII). El principal uso es el cinegético (caza mayor) y el ganadero. La agricultura es de menor importancia.
CS-3- SIERRA DE LA GRANA Y CANDELERO.
La extensión total es de 16.147,76 Ha., repartidas entre los términos municipales de Cazalla de la Sierra, El Real de la Jara, Almadén de la Plata y Guadalcanal.
ll.f. Paisajes Agrarios singulares.
AG-1- HUERTAS DEL ARROYO SAN PEDRO.
La extensión total es de 86,9 Ha. Situadas entre la ribera del Arroyo Molinos y las Sierras del Agua y el Viento. Presenta una morfología suave con pendientes del 10%, localizándose a 560­660 metros de C) SÍNTESIS DE DETERMINACIONES DE LAS "NORMAS DE PROTECCIÓN".
Partiendo de la base de las condiciones particulares del municipio de Guadalcanal y de los Espacios incluidos en el Catálogo, se realiza a continuación un inventario de las principales determinaciones normativas que condicionarán y deberán de tenerse en cuenta para el diagnóstico, objetivos y criterios de ordenación:
a) Normas generales de regulación de usos y actividades;
-Norma 14: Protección de recursos hidrológicos: Destacan las siguientes concreciones de la aplicación de la legislación de aguas, y directrices a tener en cuenta en el planeamiento urbanístico:
• El planeamiento urbanístico deberá recoger con el suficiente grado de detalle los cauces de dominio público; la ordenación impondrá los medidas necesarias para la mejor protección de cauces y aguas.
• Embalses: Con independencia del destino y de las limitaciones del artículo 88 de la Ley de Aguas, se establece un "perímetro de protección de 500 metros alrededor de la línea de máximo embalse, en el que se exigirá autorización del Organismo de cuenca con carácter previo a la concesión de licencia urbanística... En tanto no se determine a través del planeamiento urbanístico los usos y actividades compatibles con el destino del embalse, sólo se admitirán en la franja de 500 metros aquellas actividades ligadas al mantenimiento y explotación del embalse".
•   Aguas subterráneas: Los PGMO deberán identificar los acuíferos, elementos de impacto sobre ellos, señalando las medidas necesarias para corregirlos y erradicarlos.
•    Vertidos: El planeamiento deberá prever las necesidades de depuración y establecer los límites de depuración adecuados. Los PGMO deberá prever en su Programa de Actuación, los convenios, plazos y financiación de la política de saneamiento.
•   Regulación de recursos: Para la tramitación de proyectos de urbanización y la implantación de usos residenciales u hoteleros en suelos no urbanizables, así como para la obtención de licencia urbanística o de apertura de actividades industriales, extractivas, etc., será necesario justificar debidamente la existencia de la dotación de agua necesaria y Ir, ausencia de impactos negativos sobre los recursos hídricos de la zona.

jueves, 13 de septiembre de 2012

ENTREGA DEL LIBRO DE LA ENCAJERA A LA BIBLIOTECA MUNICIPAL

Rafael Rodríguez e Ignacio Gómez, hicieron entrega a la Responsable de la Biblioteca Municipal Esther Rivero, de un ejemplar del libro "LA ENCAJERA, VIVENCIAS DE SU FAMILIA", momento que recoge la fotografía.

El libro, con prólogo de José Mª Álvarez Blanco, dividido en doce capítulos, consta de un total de 120 páginas, donde Rafael Rodríguez Jiménez "El Pileta", va desgranando la historia de su familia y a la par, la de Guadalcanal.

La primera edición del libro se ha agotado y posiblemente se realice una segunda. Las personas interesadas en adquirir el libro si se vuelve a editar, pueden solicitarlo por E-mail a nuestra Asociación Cultural Benalixa: a.c.benalixa@gmail.com o en los puntos de ventas: Hros. de López, en la Plaza de España o Electrovira Regalos, en la calle Antonio Porras, de Guadalcanal.

En el caso de que no se reuniera un número suficiente de solicitudes para realizar una nueva edición, nuestra Asociación lo publicaría en varias entregas, para que todas las personas puedan leerlo.

A continuación les ofrecemos el prólogo del mismo, escrito como decimos, por nuestro amigo José Mª Álvarez Blanco.


Prólogo

Lo que vas a encontrar, probable lector, en las páginas que siguen es un texto muy singular. Una primera razón es por su autor que, estoy seguro, nunca pudo imaginar ver su nombre en la portada de un texto impreso.  El libro se origina cuando un buen día Rafael Rodríguez Jiménez, más conocido en Guadalcanal por su apodo Pileta, se presenta ante el transcriptor Ignacio Gómez y le dice que quiere que escriba un libro con la historia de su familia “Los Encajeros”, pues él, que no es un hombre ilustrado, sino uno de los últimos de una saga familiar caracterizada por su condición humilde, no está preparado para acometer dicha tarea. Como su intención era firme el transcriptor le propuso varias sesiones de grabación, en las que fue narrando, a su modo y manera, las vivencias y recuerdos que le han sido transmitidos por vía oral de sus antepasados, abuelos y padres, y los que recuerda con nitidez de su niñez y juventud, que obviamente se refieren a hechos acaecidos después de 1964, año de su nacimiento.
 Otro aspecto del texto es su orden ni cronológico, ni ordenado por temas o vivencias, sino tal como la memoria del narrador fue recordando en las quince sucesivas sesiones de grabación, un total de veinticinco horas, que el transcriptor pacientemente pasó a su ordenador. La labor del transcriptor ha sido mantener un equilibrio entre el modo natural de expresarse el Pileta y la modificación mínima aunque necesaria para evitar las reiteraciones del lenguaje coloquial, pero sin falsear la personalidad del narrador ni afectar a su contenido y su forma de ver los hechos relatados.
En esta obra se narran entremezclados hechos históricos de un dramatismo sin parangón, principalmente de la Guerra y Posguerra inciviles, junto con anécdotas infantiles y juveniles, situaciones escolares, trabajos duros y mal pagados que duran poco, viviendas paupérrimas, fabricación artesanal de carbón y cisco (que dudo que ahora haya alguien en el pueblo que sepa hacer), juegos, travesuras, forma de vivir esta familia las fiestas (Navidad, Reyes, Semana Santa, Romería, Feria), leyendas, supersticiones, remedios caseros para enfermedades, actuaciones de un santón visionario (un hombre llamado Santacruz), un sentido fatalista de la existencia (en más de una ocasión se dice “lo que tenga que pasar pasará”), acontecimientos sociales (bodas, bautizos), sucesos (incendio en Hamapega y huelga al comienzo de la Transición con final feliz) y un largo etcétera, pero sobre todo, a través de sus páginas desfilan como una maldición situaciones familiares angustiosas, en donde el HAMBRE que, cuenta que pasó la familia, fue tanta que merece ser escrita con mayúscula, aunque solo sea para representar gráficamente su magnitud. La narración destila en todo momento veracidad y sinceridad, sin poner sordina a miserias propias de sus seres queridos, hasta tal punto que llega a conmover. 
            He acabado el párrafo anterior con la palabra conmover, porque el Pileta no juzga, sino solo cuenta a su manera lo que su excelente memoria ha ido conservando, pero lo hace sin rencor ni odio de ningún tipo, ni pretende hacer proselitismo de nada. Parece como si intuyera que las ideas pueden ser discutibles, pero los hechos son contundentes. Lo más sorprendente y, a la vez, lo más digno es el sentido de la gratitud de esta familia a las personas de diferentes clases sociales que se conmovieron ante sus desgracias y les ayudaron. Estos agradecimientos se repiten a lo largo del texto como un mantra, y entreverados con tanta desgracia son los que me hacen pensar que estos Encajeros/Piletas entran en la categoría de aquellos que cantó Antonio Machado:

"Son buenas gentes que viven,
laboran, pasan y sueñan,
y en un día como tantos
descansan bajo la tierra".
             
José Mª Álvarez Blanco
Junio 2012





martes, 11 de septiembre de 2012

MEMORIA DE GUADALCANAL - 83

Técnico redactor: Alfredo Linares Agüera 


5.2. PLANIFICACIÓN SUPRAMUNICIPAL.
5.2.1. INCIDENCIA DE PLANIFICACIÓN ESPECIAL DEL MEDIO FÍSICO (PEPMF).

'PLAN ESPECIAL DE PROTECCIÓN DEL MEDIO FÍSICO Y CATÁLOGO DE ESPACIOS Y BIENES PROTEGIDOS DE LA PROVINCIA DE SEVILLA' (en lo sucesivo PEPMF) aprobado definitivamente por Resolución de la Consejería de Política Territorial de 7 de julio de 1986 (BOJA 01-08-86).
El citado PEPMF, es un instrumento insertado en (a legislación urbanística, que ya desde la Reforma de 1975 (y LS76), y en mayor medida en el posterior Texto Refundido de 1992 (LS92), ha sido un ordenamiento con cierta tradición en la incorporación de una preocupación de protección del medio físico, paisajístico, rural o cultural, y en definitiva, ambiental, que para el caso del PEPMF, se amparaba en las previsiones de los artículos 17 a 25 de la LS76 y 76 a 82 RP.
Los PEPMF constituyeron unos instrumentos pioneros y modélicos de la Comunidad Autónoma de Andalucía en la protección del medio físico, en un momento de escasez de legislación de protección ambiental y de organismos de la Administración especializados en su control, y en los que eran aún incipientes los movimientos sociales y ciudadanos con capacidad de movilización masiva por los valores de la ecología; y aún hoy, unos catorce años después de su aprobación continúan siendo una referencia obligada y mantienen un nivel de operatividad, aunque ya secundaria respecto o los instrumentos de planificación específicamente ambientales por las nuevas circunstancias y requisitos exigibles al planeamiento general municipal de sometimiento a Evaluación de Impacto Ambiental (EIA).

DIALÉCTICA DE DETERMINACIONES PEPMEF-PGOU
La primera cuestión que cabe plantearse respecto a la incidencia de las determinaciones del PEPMF sobre el planeamiento urbanístico que se formule con posterioridad a su vigencia, y en particular el presente PGOU, debemos resolverla según dispone el apartado 2.2. de la Memoria de Ordenación del PEPMF: " con respecto al planeamiento se parte de la base de que, en la medido de lo posible, será necesario imponer las disposiciones del Plan Especial por encima de las de los planes ordinarios que se redacten con posterioridad ..... El Plan Especial se plantea, por tonto, como vinculante para el planeamiento que se apruebe con posterioridad dentro de su ámbito, que deberá respetar las limitaciones de uso impuestas desde este Plan en aplicación del artículo 76.3 del Reglamento de Planeamiento, y con carácter complementario y subsidiario para el planeamiento hoy vigente. La relación con el planeamiento posterior no se puede plantear puramente como una cuestión de jerarquía de planeamiento, ya que e1 rango de los planes especiales no está del todo claro, sino que debe de plantearse también como una relación entre normas generales y normas especiales.... bien puede decirse que el contenido de un plan provincial es de orden superior al de un plan municipal, por cuanto que su ámbito territorio¡ es más amplio, sin embargo su ámbito funcional es más reducido, pues sólo se ocupa de un aspecto en concreto mientras que el otro cubre todos los elementos que integran la ordenación del territorio.."­
En relación a la incidencia del PEPMF en la 'clasificación del suelo" del PGOU, hay que destacar que "El Plan Especial pone especial cuidado en evitar clasificar el suelo al que afecta” .Lo que el Plan si hace es calificar el suelo que pretende proteger . Toda la concepción de este tipo de planeamiento especial se basa en el estudio de las cualidades del suelo y las formas de vida que en él se asientan poro, a continuación, y en función de dichos cualidades, establecer un régimen de usos que permita conservar y mejorar el medio físico, generalmente mediante la exclusión o limitación de usos."

sábado, 8 de septiembre de 2012

VISITA A LA SIERRA DEL AGUA

Aprovechando los últimos días de vacaciones, hemos realizado una excursión a la famosa Sierra del Agua, en Guadalcanal, y sus cuevas del mismo nombre. Visita obligada en nuestra juventud y para el niño Moisés la primera vez.

Existe un camino que te lleva a las cuevas, cruzando por el arroyo San Pedro, pero nosotros optamos por hacer el primer tramo del mismo a campo través, con objeto de conocer la sierra en su modo natural. Por poco estamos todavía dando vueltas para intentar encontrarlo, ya que al querer atrochar, perdimos el norte, el sur y hasta el oeste.

Gracias a Moisés y Manolo Casaus, que los enviamos como adelantados, por fin encontramos el camino y pudimos completar el recorrido sin más incidentes.

La verdad es que mereció la pena, ya que tanto los mayores que ya habíamos estado antes, como Moisés que era la primera vez, disfrutamos del paisaje, como pueden ver en las fotografías que insertamos a continuación, realizadas por Moisés Casaus, Rafael Espinola, Manuel Casaus e Ignacio Gómez.


Moisés, Ignacio y Rafael en la primera cueva

Boca de la segunda cueva

Manolo, Moisés y Rafael en el interior de la segunda cueva

Interior de la cueva del agua

Al fondo, lugar donde se conserva el agua, aunque en estas fechas no había

Ignacio, Moisés y Rafael en otra parte de la cueva

Manuel Casaus en el momento de hacer la fotografía anterior

Moisés, Rafael y Manolo preparándose para bajar más al fondo de la cueva

Bajada al fondo de la cueva

Vistas a la salida de la cueva



Los excursionistas descansando tras conseguir encontrar el camino
Manolo y Moisés. Al fondo Guadalcanal

Moisés alumbrado el fondo de la cueva

Otro momento de descanso

El gato que nos acompañó durante todo el recorrido

Boca de la cueva desde el interior


Otro aspecto de la cueva

A la vuelta Ignacio, Rafael y Moisés

Momento peligroso durante el trayecto

Ignacio y el gato mirando como se introducían  los demás  en el  fondo de la cueva