viernes, 3 de agosto de 2012

MEMORIA DE GUADALCANAL - 70

Técnico redactor: Alfredo Linares Agüera 



4. EL MEDIO URBANO.
4.1. EL LUGAR DEL NÚCLEO URBANO.
4.1.1. ORIGEN Y EVOLUCIÓN HISTÓRICA
A)   ORÍGEN DEL NÚCLEO URBANO.

Los primeros indicios de la presencia humana en Guadalcanal, nos remontan al Neolítico. Se trata de asentamientos en cuevas, como las de San Francisco y Santiago donde se han encontrado numerosos útiles de sílex y restos de cerámica.
Se cree que los orígenes del actual núcleo datan de los primeros poblados íberos, los cuales le dieron el nombre de Tereses. Posteriormente, los romanos aprovecharían este asentamiento íbero para refundarlo con el nombre de Sisapo y es posible que ya en época romana recibiera el nombre de Canania o Canalia.
Los restos de esta etapa son mucho más abundantes en el término, como demuestra la existencia de un pequeño poblado de ladrillo tegulae situado al noreste del núcleo urbano en el que se han encontrado restos de vasijas. También han aparecido en otros puntos, capiteles con decoración de trépano y un sarcófago de piedra. Este último se encontró en un cerro al oeste del núcleo (en la finca Santa Marina) junto con un gran número de enterramientos cubiertos por losas.
Finalmente, hay que destacar también dentro de la época romana la existencia de restos de construcciones hidráulicas en las inmediaciones del núcleo y los restos de una calzada romana junto al arroyo del Arco. Hay que decir que por estas tierras transcurría la vía romana entre Híspalis y Emérita Augusta.
Es posible que los romanos conocieran la riqueza minera de estas zonas, lo cual unido a la posición estratégico con respecto a las vías de comunicación entre la Bética y la Lusitania, pudieron darle una importancia mayor a Guadalcanal y toda la Sierra Norte de la que actualmente se cree.

B)   ETAPA MEDIAVAL.
Los rasgos del medio en el que se ubica Guadalcanal han dado como resultado la aparición de una economía tradicionalmente basada en los aprovechamientos del bosque mediterráneo, así como en el cultivo del olivar y el trigo. Si a esto le sumamos la existencia de numerosas minas de plata y otros minerales y su posición clave en las comunicaciones entre Sevilla y Mérida; y entre Sierra Morena y el Valle del Guadalquivir, nos da como resultado la aparición de un sistema defensivo entre los siglos XI y XIII. Durante estos siglos de ocupación musulmana se implantó un sistema de pequeños baluartes defensivos que se completaría con la creación del recinto amurallado en torno al núcleo, el cual supondría el hecho definitivo de consolidación del núcleo urbano de Guadalcanal.
El recinto defensivo contaba con un foso o "cava" y con cuatro accesos (puerta de Llerena, de Sevilla, la del Jurado y la de los Molinos). Actualmente, aunque escasos, aún quedan vestigios del castillo y la muralla, quizás los mejores conservados son los que aparecen en el muro norte de la iglesia de Santa Moría de la Asunción. La escasa presencia de estos restos se debe principalmente a la participación de este municipio en las sublevaciones que dieron lugar a las llamados guerras de lo Comunidades, tras las cuales como castigo se le impuso el derribo del recinto defensivo­
A su vez dentro de ese sistema de pequeños baluartes defensivos existieron castillos como, el de Valjondo, la Torrecilla, de la Atalaya de Monforte o el de la Ventosilla, único del que todavía existen restos.
La reconquista cristiano se produce en Guadalcanal en el año 1241 de manos de caballeros de la Orden de Santiago al mando de los cuales estaba don Rodrigo Iñiguez.
El dominio de la orden sobre el municipio se extenderá hasta el siglo XIX. En un primer momento tras la reconquista, el municipio queda adscrito a la Vicaría de Tentudía, dependiente del Priorato de San Marcos de león; pero en 1935, tras el crecimiento económico y demográfico experimentado se le concede su propia Vicaría conservando las tres collaciones ya establecidas (Santa María, Santa Ana y San Sebastián).
El castillo de la orden se situaba en el actual ayuntamiento y formaba parte del sistema amurallado.

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