viernes, 30 de diciembre de 2011

Hospital de Nuestra Señora de los Milagros - 2


Por Javier Serrano Pinteño - Revista Guadalcanal año 1997

-Hendidura en el rostro.

-Quebrada y quitada la cabeza por los hombros.

-Rotura de una ropa de tafetán negro guarnecida de terciopelo del mismo color, que se tasó en 12 ducados.

Por estos testimonios también sabemos que la devoción a esta imagen era muy grande, que se le atribuían muchos milagros, y que ello contribuyó grandemente a la fama del Hospital, que se convirtió en importante lugar de devoción tanto en Guadalcanal como en su comarca. Decían que por este suceso se ha enturbiado en parte la dicha devoción y nunca más se ha dicho misa en la dicha capilla. La devoción a esta imagen llegó a América donde emigraron muchos guadalcanaleños y muchas personas que están y han venido de las Indias, los cuales por devoción que tienen a la dicha Virgen la han hecho donación de muchas cosas, así de cálices, lámparas y candeleros de plata y muchas ropas de mucho valor...

Escuchados los testigos, visto y examinado el proceso, los autos y méritos presentados por las partes, el Provisor de la Provincia de León, el licenciado Diego de Valcazar, da su veredicto. Aunque en un principio pudiéramos pensar en la declaración de culpabilidad del reo y en un castigo ejemplar, la resolución es la que sigue:

“Fallo por la culpa, que resuelta contra el dicho Miguel Rueda, usando de misericordia dejando a pie el rigor, lo debo condenar y condeno a 6000 maravedíes, los cuales aplico para el reparo de los daños de la imagen y ropa que tenía al tiempo que la derribó del altar, y por el desacato que cometió contra Ntra. Señora y su Santo Templo, mando que se haga una procesión de toda la Clerecía de la dicha villa, en un día de fiesta, que salga de dicho Hospital y vaya a la iglesia Mayor, en la que vaya el dicho Miguel de Rueda en cuerpo destocado con un hacha de cera que pese 4 libras en la mano, ardiendo, y oiga en la dicha Iglesia una misa cantada a la cual esté de pie sin humillarse arrimado a la primera grada del altar Mayor en medio de la capilla hasta el Preste diga Santo, que se hincará de rodillas hasta haber consumido y acabado la misa y ofrezca el hacha al cura para la iglesia y le bese la mano y dé de limosna 4 reales y tome testimonio de cómo así lo cumplió y lo traiga a esta Audiencia. Condeno de más en las costas de este proceso legítimamente hechas, cuya tasación en mí reservo.

Esta sentencia fue dada por Diego de Valcazar, Provisor de la Provincia de León, en la Prisión del Prior, a 24 de marzo de 1576. Ante el escribano Alonso Esteban. Por tanto, un año llevó la resolución del pleito.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Hospital de Nuestra Señora de los Milagros - 1

Por Javier Serrano Pinteño. Revista de Guadalcanal año 1997

Edificio con portada de principios del siglo XVI compuesta por vano de arco carpanel con arquivoltas decoradas y una hornacina sobre el alfiz que la enmarca.

Se conjetura que su fundación pudo ser a finales del siglo XV. A finales del XVIII aún estaba en funcionamiento.

En él estuvo instituida la llamada Escuela de Cristo y también radicó la Hermandad de la Veracruz.

En este Hospital ocurrió un hecho que llenó de gran escándalo el pueblo de Guadalcanal. Este suceso está recogido en un documento que se conserva en el Archivo del Palacio Arzobispal de Sevilla.

Corría el mes de marzo de 1575, Pedro Martín de la Rinconada, vecino de Guadalcanal y Mayordomo del Hospital de Ntra. Señora de los Milagros, presenta querella criminal ante el prior de la provincia de León de la Orden de Santiago, contra Miguel Rueda, Alguacil de la Gobernación de Llerena y un mulato llamado Domingo, criado suyo. Los hechos fueron los siguientes:

“... el dicho alguacil y las demás personas, con temor de Dios Nuestro Señor y en desacato de la imagen de Ntra. Señora de los Milagros que está en dicha iglesia, el viernes próximo pasado diez y ocho de este mes de marzo, entró en dicha iglesia y la quebrantó, de la cual sacó y se llevó preso a Hernán González Caballero, vecino de esta villa, por cuyo efecto dio con la imagen de Ntra. Señora del altar abajo, en tal manera que le quebró dos de sus dedos de las manos y le hizo una señal en la cabeza que baja por el rostro y además de esto, partió y pisó el Niños Jesús y le quito a la dicha imagen la tocadura y le rompió una ropa de tafetán y le hicieron otros malos tratamientos, todo en desacato de la dicha imagen y a su iglesia, de lo cual por la gran devoción que en la dicha villa y en otras partes se le tiene a la dicha imagen e iglesia, de la villa y vecinos de ella se alborotaron y hubo sobre ello gran escándalo y alboroto. Por todo lo expuesto el Mayordomo pide que Miguel Rueda sea castigado para que sirva de ejemplo.

El caso se le asigna al Teniente Vicario de Guadalcanal, Pedro Calderón. Este se encarga de interrogar a los testigos presentados para el caso a los que hace responder a seis preguntas, las mismas para todos, gracias a los cuales conocemos algo más sobre el suceso, la imagen y el Hospital.

En el interrogatorio nos enteramos que el tal Hernando González huía de la justicia, representada por el dicho aguacil de la gobernación y Domingo, su criado mulato, refugiándose en la iglesia del Hospital en busca de inmunidad eclesiástica, la cual viola el alguacil al entrar en la iglesia a prenderlo. Hernando González, en vista de esto se refugia en la capilla de la Virgen, junto a su altar, donde espera que el aguacil no se atreva a entrar, pero se equivoca, éste entra con poca reverencia y respeto hacia ese lugar sagrado, agarrando al delincuente, que se resiste asiéndose a la imagen de la Virgen. El aguacil y el mulato tiran de él y entre los tres sacan a la Imagen de su altar estrellándola contra el suelo. El Niño Jesús se golpeó contra una cruz que había en el altar. Según los testimonios, los destrozos que sufrió la Virgen fueron los siguientes:

martes, 27 de diciembre de 2011

Entrega de premios del I Certamen de Poesía Navideña "Leopoldo Guzmán Álvarez"



El próximo viernes a las 8 de la tarde, en la Iglesia Santa María de las Nieves, de Alanís,  tendrá lugar el acto de entrega de premios del I Certamen de Poesía Navideña "Leopoldo Guzmán Álvarez" de Alanís. 
En dicho acto intervendrán algunos miembros de ALAS recitando sus mejores escritos, poemas y cuentos, con la Navidad como tema de fondo. Además de presentarse los trabajos premiados, todos aquellos que quieran participar podrán hacerlo notificándolo previamente a la organización.
Actuará la compañía del Coro de Alanís que interpretará sus mejores villancicos.

lunes, 26 de diciembre de 2011

Guadalcanal en los textos impresos de los siglos XVII Y XVIII - 4 y último

Salvador Hernández González - Revista de Guadalcanal año 2007

De la intensidad de la polémica dan fe otros impresos de tono burlesco, en los que se pone en tela de juicio los maravillosos resultados que se esperaban de esta nueva explotación de nuestros yacimientos mineros, generando un juego de dimes y diretes a través de breves opúsculos. Así en 1725 Jorge Brito de Almansa publicó su Papel demócrito, que entre burlas y veras, se ríe y responde, en veras y burlas a un papel heráclito, que llora y ríe la bobería que hacen los españoles en la Compañía que forman para la empresa de las minas de Guadalcanal, Río Tinto, etc., opúsculo de 36 páginas del que se conservan ejemplares en las bibliotecas de la Universidad de Sevilla [1], Nacional de Madrid [2] y Central de Cantabria. Y en el mismo año Francisco Antonio de Ojeda respondió con la Contradicción heráclita a la respuesta demócrita, que se dio en burlas a un agudo interrogatorio que se ríe de veras por la gran bobada de los españoles en una compañía de grandes intereses que aseguran Guadalcanal y los minerales de Río Tinto, revuelto para los pescadores. Publicado en Madrid en la Imprenta Real, Aguilar Piñal localiza ejemplares de esta obrita de 26 páginas en la Biblioteca Nacional, Monasterio del Escorial y Centro de Estudios del siglo XVIII de Oviedo [3]. Por su parte el Catálogo Colectivo localiza otros ejemplares en la Biblioteca Central de Castilla – La Mancha en Toledo y Monasterio de Guadalupe en Cáceres. Finalmente podemos citar, dentro de este contexto, el Memorial al rey sobre las minas de plata de Guadalcanal, de F. F. O ´ Conry, publicado en Badajoz en 1767.

Finalmente señalaremos que nada tienen que ver con nuestra localidad las cartas de tono burlesco publicadas en Madrid en 1726 y 1727 por José Francisco de Isla bajo el seudónimo de El barbero de Guadalcanal, pues su contenido es de polémica literaria sobre las publicaciones de autores de la época como el Padre Feijoo y otros [4].

En definitiva, a través de estas pinceladas bibliográficas hemos querido rescatar del olvido una miscelánea de títulos como vemos de las más dispares temáticas y que hoy duermen en los depósitos de las bibliotecas esperando que de su lectura y análisis surjan nuevas aportaciones para el conocimiento de la historia de Guadalcanal. El reto estriba a partir de ahora en conseguir disponer de esos textos y completar con ellos esa bibliografía local tan rica y variada que no hace sino subrayar la importancia y el peso de nuestra localidad en el contexto regional, visible bien a las claras en su presencia en esta producción impresa de los siglos XVII y XVIII evocada en estas páginas.


[1] Signatura 109 / 35 (9).

[2] AGUILAR PIÑAL, Francisco: Bibliografía …, tomo I. C.S.I.C., Madrid, 1981. Pág. 721, da la signatura V. 293 (25).

[3] AGUILAR PIÑAL, Francisco: Bibliografía …, tomo VI. C.S.I.C., Madrid, 1991. Pág. 113. El ejemplar de la Biblioteca Nacional tiene la signatura V. E. 638 (12).

[4] AGUILAR PIÑAL, Francisco: Bibliografía …, tomo IX. C.S.I.C., Madrid, 1999. Págs. 96, 114 y 118.

domingo, 25 de diciembre de 2011

Un cuento de Navidad

Por Ramona Yanes

La Navidad es una época muy peculiar para Neas. Su madre poco a poco va sacando del desván las figuritas del Belén. Neas, está jubiloso, le encanta ir adornándolo y, así se pasa varios días.

-Mamá, ¿ponemos el puente aquí? Creo que quedará pre­cioso.

Su madre que gusta de hacer feliz a su hijo no tiene por menos que asentir.

-Sí, hijo, este año para variar, pondremos el puente a este otro lado. Mira, estos pastorcillos, que trajo la abuela, quedarán preciosos. A ver, ve poniendo al Niño Jesús, yo colocaré a María y José.

-Mami, (a mula y el buey detrás. -Sí, así quedará muy bonito.

-Mamá, ¿vendrá la abuela en Navidad? Cuando vino el otro día dijo; que no sabía si podría porque le recordaba al abuelo, creo que quiso decir que al no estar con no­sotros se sentiría triste.

-Hijo, el abuelo no está físicamente, pero su bondad siempre seguirá con nosotros, es decir, que, a pesar de su ausencia, en nuestros corazones por siempre estará. Ya verás que la abuela vendrá.

-Mamá, ¿por qué el Niño Jesús tuvo que nacer en un portal?

-Neas, el Niño Jesús, nació en el portal de Belén porque nadie le abrió la puerta de su casa, se sintieron solos. María y José, sus padres, no tuvieron más remedio que ir a aquél establo, es por eso que la mula y el buey se encontraban allí.

-¿Quieres decir mami que la gente era mala?

-Niño, no todas las personas son malas, pero las hay que no ayudan a nadie, eso forma parte del ser humano. Hay bondad como hay maldad, ya irás hijo mío comprendiendo cuando te vayas haciendo mayor.

-Yo rezo cada noche como me has enseñado, mamá, ¿crees que soy bueno?

-Claro que eres bueno, pero no sólo por rezar, hay quién reza y sólo se queda en eso. Además de las oraciones hay que ser útil al prójimo, darle afecto, comprensión y ayudarle siempre que se pueda.

-Mamá, ya llega papá, seguro que trae a casa la estrella que falta.

-Sí, la pondremos arriba de todo, ella nos iluminará para que seamos conscientes de que tenemos que ayudar a quién más lo necesite.

Así es como Neas, sus padres y abuela sentían la Navidad. Además de conmemorar tan hermoso día, siempre se dedicaron a hacer el bien y eso les llevó a tener una vida hermosa.

sábado, 24 de diciembre de 2011

Guadalcanal en los textos impresos de los siglos XVII Y XVIII - 3

Salvador Hernández González - Revista Guadalcanal año 2007

También se dio a la imprenta el alegato en que Don Pedro Miguel Barragán, presbítero de la villa de Guadalcanal, suplica a Vuestra Señoría que para la determinación del pleito sobre la heredad de viñas, se sirva tener presentes los hechos puntuales con la mayor brevedad, haber sido notoriamente injusto el despojo que se le hizo, y que sólo es arreglado el auto proveído a los 12 de mayo del año de 1723. Se conserva ejemplar en la Biblioteca de Andalucía, de Granada [1].

El segundo gran bloque temático de estos olvidados impresos se centra en las minas de plata, especialmente a raíz de los efímeros ensayos de reapertura de su explotación en el siglo XVIII. El recuerdo de la prodigalidad de sus filones argénteos descubiertos en el siglo XVI se mantenía en los textos de los diccionarios geográficos del XVII y XVIII [2] y despertó las apetencias de nuevos aventureros para acudir a Guadalcanal a reabrir los viejos pozos mineros. Este fue el caso de la dama inglesa Lady Mary Herbert [3], cuya iniciativa generó algunos opúsculos, como el Memorial para la inteligencia del pleito que Doña María Teresa Herbert de Povvis, hija legítima del Duque de Povvis, par católico de la Gran Bretaña, sigue en el Consejo de Hacienda contra la Compañía de las minas de Guadalcanal sobre el desagüe de ellas. Consta de 12 hojas y se conserva un ejemplar en la Real Academia de la Historia [4].

Otro personaje que obtuvo permiso para la reapertura de estas minas, junto con otras de Sierra Morena, fue Liebert Wolters Vonsiohielm, quien en 1725 publicó en Madrid su Manifiesto en que hace público el asiento con Su Majestad por treinta años de las minas de oro y plata de Guadalcanal, Río Tinto, Cazalla, Aracena y Galaroza. Existen ejemplares en la Biblioteca Nacional de Madrid [5], Biblioteca del Seminario de Orihuela (Alicante) y Biblioteca Central del Ministerio de Hacienda. El empeño de Wolters despertó pronto las críticas de Jorge Daisildoiz, expresadas en la Grave sentencia que el severo juicio de Rhadamantho profiere en la carrimachia de Herácilo y Demócrito: sobre si es digno Don Liberto Uvolters de ser creído en el logro que promete de las minas de Guadalcanal y Río Tinto, dedica a la ilustre compañía de individuos que han expuesto a la ambigüedad de la fortuna. Publicada en Madrid en 1726, se conservan ejemplares en la Biblioteca Nacional [6], Biblioteca Pública de Burgos y Biblioteca Central del Ministerio de Hacienda.

[1] Signatura ANT – A – 332.

[2] HERNANDEZ GONZALEZ, Salvador: “ Guadalcanal en los diccionarios histórico – geográficos (siglos XVII – XIX) “, en Revista de Guadalcanal (2006). Págs. 146 – 148.

[3] MURPHY, M.: “ Lady Mary Herbert, una minera en Sierra Morena “, en Archivo Hispalense n º 239 (1995).

[4] Signatura 11 / 9382, n º 307.

[5] AGUILAR PIÑA, Francisco: Bibliografía …, tomo X. C.S.I.C., Madrid, 2001. Pág. 65, da como signatura V. E. Caja 640 (25).

[6] AGUILAR PIÑAL, Francisco: Bibliografía …, tomo III, pág. 10. Sus signaturas son V. E. 680 (6) y R – 25017, respectivamente.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Guadalcanal en los textos impresos de los siglos XVII Y XVIII - 2


Salvador Hernández González - Revista de Guadalcanal año 2007

Comenzando por el bloque religioso, el antiguo convento del Espíritu Santo sirvió de eje temático de alguno de estos raros opúsculos. El modelo de vida ascética y penitente, pleno de la gracia de la virtud, de las monjas clarisas, tenía su reconocimiento a la hora de la muerte de alguna religiosa destacada, como fue el caso de Sor Ana de San Pedro. Su figura fue exaltada por el fraile carmelita Fray Francisco de la Encarnación en La muger fuerte. Oración fúnebre panegyrica que en las plausibles y sumptuosas exequias que el religiosíssimo convento del Espíritu Santo del Orden de Santa Clara, de la villa de Guadalcanal, celebró el día 15 de febrero de 1740 a la loable memoria de la Venerable Madre Soror Ana de S.Pedro, religiosa de velo blanco de dicho convento. De este opúsculo de 59 páginas impreso en Sevilla por Florencio José Blas de Quesada en 1740, Aguilar Piñal localizó un ejemplar en la Biblioteca Pública de Badajoz [1].

Otras veces la temática eclesiástica vertida en letras de molde no alcanzaba tanta altura espiritual, sino que descendía al terreno prosaico de la administración de los bienes de la Iglesia, especialmente la gestión de sus rentas, como las procedentes de las fundaciones de capellanías. En esta línea tenemos un folleto de 7 hojas, sin fecha pero probablemente impreso en el siglo XVII, que se enmarca dentro de los típicos alegatos jurídicos de la época, en el que se argumenta Por Don Álvaro Núñez de Sotomayor con el Bachiller Cristóbal de la Fuente presbítero, sobre la capellanía que fundó en la villa de Guadalcanal de la Orden de Santiago en Extremadura Diego Gavilán. Se conserva ejemplar en la Real Academia de la Historia de Madrid, procedente de la colección Salazar y Castro [2].

Tal vez del siguiente siglo sea otro folleto, de 17 páginas, debido a Francisco Martínez Fernández y también de afán polemista, en este caso dedicado a la defensa de los intereses de la jurisdicción eclesiástica de la Vicaría de Guadalcanal, más pretendida que real, pues como se sabe en realidad la población dependía de la vicaría de Nuestra Señora de Tentudía, detentando el párroco de Santa María el cargo de subvicario sólo con competencias en las tres parroquias de la villa [3]. Se trata del Defensorio por la Vicaría de la villa de Guadalcanal contra los inconstantes en favorecer a dicha Vicaría y en oponerse a ella, según el afecto o desafecto que tienen, sin detenerse en el conocimiento de lo justo. Existe un ejemplar en la Biblioteca Universitaria de Sevilla [4].


[1] AGUILAR PIÑAL, Francisco: Bibliografía de autores españoles del siglo XVIII. Tomo III. C.S.I.C., Madrid, 1984. Págs. 551 – 552. Señala la signatura 337 (1). El mismo autor recoge esta obra en sus Impresos sevillanos del siglo XVIII. Adiciones a tipografía hispalense. C.S.I.C., Madrid, 1976. Pág. 104, con las mismas referencias. También ficha esta obra HERRERO SALGADO, Félix: Aportación bibliográfica a la oratoria sagrada española. C.S.I.C., Madrid, 1971. Págs. 295 – 296.

[2] Su signatura es 9 / 356 (folios 58 – 64).

[3] MALDONADO FERNANDEZ, Manuel: “ El clero y la religiosidad en el Guadalcanal del Antiguo Régimen “, en Revista de Guadalcanal (2004). Págs. 152 – 154.

[4] Signatura 110 / 131 (2).

martes, 20 de diciembre de 2011

Guadalcanal en los textos impresos de los siglos XVII Y XVIII - 1


Por Salvador Hernández González - Revista de Guadalcanal año 2007.

El protagonismo histórico de Guadalcanal a lo largo de la Edad Moderna tiene fiel reflejo no sólo en su destacado patrimonio monumental sino también en una densa historia que llena muchas páginas de los más dispares archivos y bibliotecas. En esta ocasión queremos traer a colación una bibliografía un tanto olvidada y poco conocida, consistente en aquellos impresos de los siglos XVII y XVIII que hoy integran las secciones de “raros“ o “fondos antiguos“ en bibliotecas especializadas, obras de difícil localización y de no fácil consulta para el público ajeno a los afanes y dinámica de la investigación histórica. En estos interesantes fondos Guadalcanal se halla presente en una serie de títulos muy variopintos, conformados por obras de muy diversa naturaleza: sermones, oraciones fúnebres, memoriales, etc., que integran una producción literaria que pudiera denominarse “menor“, pero no por ello menos interesante, si se pone en comparación con los textos de la literatura que entendemos como “clásica“ o identificada con los autores del Siglo de Oro. Esta producción impresa miscelánea constituye otro tipo de fuentes para la historia local que complementa a la documentación propiamente de archivo.
Por ello en esta ocasión queremos rescatar, a través de algunos conocidos repertorios bibliográficos como los de Aguilar Piñal o el Catálogo Colectivo del Patrimonio Bibliográfico Español consultable en Internet, esa curiosa miscelánea de impresos olvidados que constituyen una sugerente fuente complementaria para la historia local, títulos que para mayor claridad agruparemos siguiendo una clasificación temática y dentro de ella los dispondremos por orden cronológico.
Dentro de las materias de estos raros impresos podemos distinguir dos bloques temáticos fundamentales. Por un lado la temática religiosa, máxime en una población como Guadalcanal, convertida en un activo centro de espiritualidad en virtud de las distintas comunidades religiosas asentadas en la localidad. Y por otro, la actividad en torno a las famosas minas, cuyos intentos de reapertura en el siglo XVIII originaron la publicación de memoriales y escritos de tono burlesco poniendo en chanza a los que esperaban espectaculares resultados de su nueva explotación.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Jesús


Por Ramona Yanes

Cuando nació el Niño Dios,

en el portal de Belén.

Llegó nuestra salvación,

por los siglos de los siglos amén.

Una noche muy estrellada,

en el establo dormían,

el buey, la mula y la paja,

y con su aliento arropaban,

al Querubín más hermoso,

que vino a salvar las almas.

Niño Dios, perdónanos.

Abriga los corazones.

Inúndanos de esperanzas.

Y aleja los sinsabores.

Hoy como ayer Navidad,

como mañana también,

en el portal de Belén,

Jesús volverá a nacer.

Los pastorcillos se acercan,

guiados por una estrella.

A Belén vamos deprisa,

que el Mesías nos espera.

El Niño Dios nos complace,

con su sonrisa de perlas.

Luego llegarán los Reyes,

en sus camellos de fiesta.

Y obsequiarán con presentes,

al Rey de toda la tierra.

Todo es gozo en el Portal,

ha llegado el Salvador.

Jamás estaremos solos,

porque Jesús es todo amor.

domingo, 18 de diciembre de 2011

ERMITA DE SAN BENITO - 2

Antonio Gordón Bernabé - Revista Guadalcanal año 1995

Hallaron por Mayordomo de la dicha ermita a Alonso García Carranco, vecino de la villa.

Plata y ornamentos de la ermita que dicho mayordomo tenía en su casa: una arra grande nueva, dos bulas en pergamino, una de diez sellos y otra de tres sellos, un cáliz de plata con su patena, otro cáliz de estaño, dos vestimentas para decir misa con sus albas y amitos y aderezo, una capa de decir misa, dos cortinajas viejas, seis frontales viejos y raídos, quince pares de manteles, cinco de lino y diez de estopa, dos pares de tonajas romanistas labradas con hilo mediano y tres pares más otros dos pares de tonajas labradas, un paño de lino labrado de bastones, un cielo de estopa pintado, un amito por bendecir y unos corporales y una hijuela, cinco alfondillas, dos acetres de cobre, una caldera, un azadón viejo, una cajeta, seis manojos de lino bayal y un bellosino de lana y un anillo, ocho fanegas de trigo, ocho libras de cirro, una mesa y dos bancos de sentar.

Cuentas del Mayordomo: Dijo que había recibido de limosnas y de unas perdonanzas de una bula 578 maravedíes y había gastado en pro de la ermita un millar de ladrillos que esta en ella para labrar, 678 maravedíes, en tal manera que alcanza dicho mayordomo a la ermita 100 maravedíes. Y dio por relación que la dicha ermita de los alcaldes pasados estaban recogidos 500 maravedíes y que el Consejo de esta villa los había tomado prestado por necesidad que tenía de lo que se labra y edifica en la Iglesia de San Sebastián, con seguridad de restituir a la dicha ermita dichos 500 maravedíes.

En 1548 fue mayordomo Hernán García de Flores. En 1549 Hernán Mexia que había recibido 1873 maravedíes pero no se le pide cuenta por no llevar un año. En este mismo año recibió una nueva visita de la Orden.

Tenía dos capellanías, una servida por Perianes Pedro Yanes, clérigo, que tenía que decir una misa a la semana con los bienes siguientes: tres viñas en la Laguna, Molinillo y Calera, un parral, tres zumacales, en huerta del Gordo, Cuesta de la Horca y Castillejo, y tierras al Encimal de Valverde, Majada, Mata de la Orden y Donadío.

La otra capellanía la servía el clérigo Pedro de Ortega, que tenía de carga cien misas en diez años y con los bienes siguientes: Una casa en la calle del Rico, una bodega al lado con 16 vasos, tres pedazos de castañal al valle de Setenil, un pedazo de tierra con cuatro o cinco olivas al monasterio de San Francisco y dos mil maravedíes de renta de unas viñas a la Calera.

En el año 1712, Manuel de Acuña era ermitaño de Nuestra Señora de Consolación de Señor San Benito, conocido como el anacoreta Manuel de la Cruz, fundó una cofradía de ambos sexos, con el título de Ntra. Sra. de la Consolación y San Benito Abad, según un breve dado en Roma el 5 de Marzo de 1722, por el Papa Inocencio XIII.

El 24 de marzo de 1886, se funda una Cofradía con el título de la “Divina Sangre de Nuestro Señor Jesucristo”, de la que formaba parte la actual imagen del Cristo de la Humildad (Señor sentado en la Peña)

En 1920 se encontraba en muy mal estado y una chispa electrónica la perforó por varias partes, dejándola en estado ruinoso. Tiene cuatro altares, el mayor con las imágenes de la Asunción del tamaño mayor del natural, Santa Eusebia y Santa Máxima, el de San Pedro con la imagen, el del Señor de la Humildad y Paciencia y el de la Virgen de los Dolores. A los lados Santa Águeda y Santa Lucía. Por debajo del altar del Señor de la Humildad, hay un nicho formado en el arco donde se encuentra una colosal imagen de extraordinarias proporciones de San Antonio Abad, con un hermoso cochino y una pequeña imagen de la Virgen del Rosario

Hasta los años veinte se venía de romería a esta ermita. Se recogía el 21 de marzo al Señor Sentado en la Peña y a la Virgen de los Dolores y se llevaba a la iglesia de Santa María y regresaban el Domingo de Resurrección.

El 11 de Abril de 1977 fue vendida a Antonio Fontán Pérez.

viernes, 16 de diciembre de 2011

ERMITA DE SAN BENITO - 1

Por Antonio Gordón Bernabé. Revista Guadalcanal año 1995

Esta ermita es una construcción mudéjar, quizás de la primera mitad del siglo XV. Se compone de una nave cubierta por bóveda de cañón y lunetos, casquete esférico en el antepresbiterio y cúpula en el camarín.

En el muro del evangelio existe una portada con arco apuntado y en el de la epístola, una puerta mudéjar de época tardía.

En 1494, la Orden de Santiago hizo visita a Guadalcanal y refiriéndose a esta ermita dijo lo siguiente:

“Está en término de la dicha villa de Guadalcanal cerca del camino que va a Alanís de la vocación del Señor San Benito en que los de dicha villa tienen mucha devoción, hecha de cuatro arcos de cal y ladrillo e otro arco en la capilla del altar. Está cubierta de madera tosca y de jara y encima barro y teja. El suelo de la dicha ermita está enladrillado. Está todo razonablemente reparado y limpio.

En el altar principal está un crucifijo de bulto de madera asentado en una cruz asaz devoto arrimado sobre el dicho altar y una imagen de San Benito de bulto de madera vestido con un roquete de lienzo, bien hecha la dicha imagen y una cruz pequeña de palo pintado y una tabla pintada con la imagen de Nuestra Señora. Un candelero de hierro, unos manteles y ante el dicho altar un frontal de lienzo viejo, roto, pintado. A la espalda de la dicha imagen una cortina pintada de lienzo. En lo alto por cielo un paramento de lienzo con floraturas de hilo alrededor. Estaba ante dicho altar colgada una lámpara con un bacín de latón pequeño con sus cadenillas y una campanilla pequeña y dos ampollas de plomo.

Había otro altar de Nuestra Señora en que estaba su bulto de madera con su hijo en los brazos metida en una caja de madera. Estaban otras dos imágenes de bulto y otra caja sin imagen, una cruz de palo, un portapaz de palo pintada, dos candilexos de barro y unos manteles viejos rotos. Ante dicho altar, un bacín de latón por lámpara.

Otro altar de Señora Santa Lucía en que estaba su bulto de madera vestido un roquete de lienzo delgado y otra imagen de bulto del Señor San Blas vestido otro roquete de lienzo delgado, una cruz de palo, un candelero de hierro, unos manteles buenos y delante por frontal un paño de lienzo pintado, a la espalda de dicho altar un paño pintado de imágenes viejo y roto.

A la entrada de la ermita estaba un portal bien hecho de ladrillo con sus arcos y un antepecho en que asientan los pilares de los dichos arcos cubierto de madera tosca y teja vana. Del otro cabo de la dicha ermita tiene tres pilares sobre que están armadas las maderas desde el hastial de la iglesia hasta los pilares y desde allí hasta otra pared que cierra el portal está todo cubierto de madera tosca, de jara y de teja vana.

Encima del tejado de la dicha iglesia en un pilar de ladrillo está una campana mediana. Junto al dicho portal de los pilares está un aposentamiento para los que vienen a la ermita a velar y a sus devociones y por dentro de dicho aposentamiento está un corral en que está un olivo de olivas asaz, gruesas y en cabo de dicho corral una casa buena en que mora el ermitaño y por dentro de este corral entran por una puerta a ciertas huertas y una viña con muchos árboles de nogueras e higueras y ciruelos y de otros frutales, lo cual todo estaba muy buena heredad si fuese bien reparado.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Los Conventos de la Orden de San Francisco en Guadalcanal - 13 y último

(Transcripción de las Crónicas publicadas por FRAY ANDRES DE GUADALUPE en su Historia de la Santa Provincia de los Angeles, Madrid 1662) - Edición de José Mª Alvarez Blanco

Alejandro Sexto, Papa, al querido hijo salud y bendición apostólica.

Tal y como nos has hecho saber, el Papa Inocencio Octavo, predecesor nuestro, te concedió hace algún tiempo licencia para edificar en la localidad de Guadalcanal, diócesis nullius, cierta casa de la Orden de Frailes Menores, llamados de la Observancia, que estuviera sujeta a la Custodia de los Ángeles de dicha orden, establecida en los Reinos de Castilla y León, según más ampliamente consta en la en ciertas Letras oportunamente expedidas en forma de Breve.

Ahora bien (como tu misma exposición añadía), en dichas Letras no se hace mención de la Constitución de Bonifacio Octavo, de pía memoria, también predecesor nuestro, la cual prohibe que nadie de las Órdenes de Frailes Mendicantes se atreva a recibir nuevos lugares sin especial licencia de la Sede Apostólica en la que se derogue expresamente esta prohibición, como tampoco se dice expresamente, cuál será la advocación de esa casa.

Nos, deseosos de subsanar lo anterior y de atender a tu petición, queremos, y en virtud de la autoridad apostólica concedemos, que desde la fecha de las presentes las antedichas Letras valgan y obtengan plena fuerza y validez y que tu las puedas utilizar en todo y para todo como si se hubiera derogado dicha Constitución.

Además, decretamos que se denominen del propio San Francisco esa casa de San Francisco y de la Madre de Dios, así como la nave de la iglesia de esa misma casa en la que estará el coro de Santa María de la Piedad y en la que permanecerán los seglares que asistan a los divinos oficios.

Asimismo, te autorizamos a llevar a ella veinte frailes de dicha Orden que libremente estén dispuestos a ir desde cualesquiera Provincia, Custodia o casa de dicha Orden, a los cuales frailes damos licencia para que se puedan trasladar a dicha casa con los libros y cosas que sus superiores les hayan entregado, sin necesidad para ellos de ninguna autorización ni de sus superiores ni de ningún otro.

Esos mismos frailes podrán mudarse a otras casas de esa Custodia si así les placiere al Custodio de turno, pero sin la licencia de este último no podrán pasar a otra Provincia, Custodia, casa o eremitorio.

Durante su permanencia en dicha casa, esos mismos frailes podrán confesar a todos los fieles que acudan a ellos sin necesitar para eso la autorización del diocesano del lugar o del Prior en ese momento del Priorato de San Marcos de la Orden Militar de Santiago de Spata (¿). Asimismo, los facultamos para que libre y lícitamente puedan absolverlos en todos los casos en los que por derecho o por costumbre lo pueden hacer los ordinarios del lugar o dicho Prior. Ordenamos a los frailes que en su momento vivan en dicha casa que todos los días hagan una oración especial por ti.

Todo lo anterior, no obstante, las constituciones u ordenaciones apostólicas, los estatutos y costumbres de la Orden o el juramento de los antedichos (frailes de mantenerse en la) Observancia, fortalecidos por la confirmación apostólica o cualquiera otra disposición, así como todas aquellas cosas que el sobredicho Inocencio, nuestro predecesor, dijo en sus Letras que no lo obstaculizaran o cualquier otro impedimento de la clase que sea.

Dado en Roma, en San Pedro, con el anillo del Pescador, el día 24 de Octubre del año 1493, año 2 de nuestro Pontificado.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Los Conventos de la Orden de San Francisco en Guadalcanal - 12

(Transcripción de las Crónicas publicadas por FRAY ANDRES DE GUADALUPE en su Historia de la Santa Provincia de los Angeles, Madrid 1662) - Edición de José Mª Alvarez Blanco

TEXTOS DE LAS BULAS PONTIFICIAS DE LAS FUNDACIONES DE LOS CONVENTOS.

TRADUCCIÓN DEL PROFESOR ALBERTO DE LA HERA DE LA UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE LAS BULAS PAPALES AUTORIZANDO LA FUNDACIÓN DE LOS CONVENTOS FRANCISCANOS DE GUADALCANAL

Inocencio Octavo, Papa, al querido hijo salud y bendición apostólica:

Puesto que nos has hecho notificar que tú, llevado por el fervor de tu piedad, te propones hacer que, a base de tus propios bienes, se construya y edifique en la localidad de Guadalcanal, diócesis nullius, una casa de Frailes Menores de la Regular Observancia (de la rama) de los Reformados desde hace poco tiempo establecidos en los reinos de Castilla y León, Nos, recomendamos vivamente ante el Señor este piadoso y loable proyecto, deseosos de acceder en este punto a tus súplicas, en virtud de la autoridad apostólica por el tenor de las presentes te damos licencia para que hagas construir y edificar dicha casa para perpetuo uso y habitación de dichos frailes que pertenezcan a la Custodia de los Ángeles, juntamente con la Iglesia, campanario, campanilla, cementerio, claustro, refectorio, dormitorio, huertos y demás oficinas necesarias, así como para que dichos frailes las puedan recibir y habitar a perpetuidad.

Asimismo, en virtud de esa misma autoridad apostólica y como una gracia especial, concedemos que los frailes que ene su momento habiten dicha casa libre y lícitamente decidan, puedan y deban en lo sucesivo usar, disponer y gozar de todas y cada una de las gracias, privilegios, indultos, indulgencias, exenciones e inmunidades que la Santa Sede haya concedido de una manera general o conceda en el futuro a las otras casas y frailes de la misma Orden y el juramento de (permanecer en) la Observancia de dichos frailes aunque gocen de la conformidad apostólica o estén ratificados por cualquier otro documento, sean cualesquiera las disposiciones en contrario.

Dado en Roma, en San Pedro, con el anillo del Pescador el día 20 de marzo de 1491, año 7 de nuestro Pontificado.

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