domingo, 11 de septiembre de 2011

ADELARDO LÓPEZ DE AYALA - 38

«El cólera está haciendo grandes estragos en todos los pueblos de alrededor. Dos primos míos han muerto de él; aquí, aunque ninguna epidemia ha entrado nunca, como el cólera está a la puerta de casa Por todas partes, y en algunos pueblos que distan dos o tres leguas han quedado completamente desiertos, el vecindario ha estado consternadísimo, y nosotros, recibiendo continuamente noticias, ya de la prima que ha muerto, ya del sobrino que estaba en la cama; ya ves, hija mía, que es no es para estar muy divertido. Pero ya, gracias a Dios, la estación va refrescando, el cólera ha cedido en los pueblos inmediatos, el miedo desaparece, renace el buen humor, y disfruto en toda su plenitud el placer de verme rodeado de mi familia. Mis hermanas se han hecho ya los vestidos; están muy contentas con ellos; a todas las muchachas han gustado mucho. Te dan, pues, las gracias por tu buena elección y en especial, Josefina, que habla mucho de ti, y, por más señas, si la vieras no la conocerías porque ha crecido mucho y está muy guapa. »

En la LXIII, lamenta su dolor de cabeza que «apenas veo sobre el papel».

En la LXIV, se refiere a su brazo roto. «Mis pobres hermanitas han pasado muy malos ratos con mi caída. Ya estoy bueno del brazo; pero no de la cabeza... » «...Me dan unos dolores nerviosos en la cabeza que me ponen loco.»

En la LXV, alude a una dama, que ampara los amores. «Hablé un rato con nuestra amiga, que es por señas, una señora muy recomendable, y me dijo que durmiese tranquilo, que ella se encargaría de disipar tu enojo.»

En la LXVIII, alude a torpes intrigas políticas: «No te he escrito antes porque todas las administraciones de correos estaban en poder de mis contrarios, y mis cartas, unas han sido interceptadas, otras retenidas y todas abiertas. Pero sabrás que a pesar de la villana y descarada, guerra que me han hecho, soy el diputado de Castuera. Perdieron, pues, la elección, y según el estado de los ánimos, esto es lo mejor que puede acontecer a mis contrarios.» Y dice que el triunfo es de ella también.

Ayala fue diputado por Castuera en 1858, en las Cortes convocadas por la Unión Liberal hasta la muerte del General O'Donnell[1].

En la LXIX, anuncia volver a Madrid: «Veme previniendo una habitación; pero no, no me prevengas ninguna, que en la tuya viviremos ambos» ...«¿Lo harás, pichona?» En otras cartas le llama: «alma de mi alma», «golondrinita mía», etc., frases de retórica sentimental, un poco sobada.

En la LXX, dice que la actriz le ha enviado una receta para su salud. En la LXVIII, que concluye la zarzuela.

En la , LXXII otra vez la salud: «Trabajo, y no me ocupo de otra cosa que de mi obra, que ya estaría concluida, si mi maldito constipado no me hubiera impedido por más de ocho días tomar la pluma. Se convirtió, como suelen todos los míos, en una fuerte irritación: despertó el cencerreo de la tos y estuve aburrido. Ya me encuentro bien. Salgo esta noche para los baños de Santa Agueda. Allí espero carta tuya. Confío en que esta segunda tanda de baños, me librará de un enemigo, que del otro (ya sabes a cuál aludo), ya me he librado. Sólo estaré nueve días en el establecimiento y después... ¿Qué te parece que voy ha hacer después? A ver si en la carta que me has de escribir a Santa Agueda me lo adivinas. ¿Con que ahora que yo me voy a vivir a tu casa, te mudas a otra? Vaya un cariño.» «¿Que tal la compañía? ¿Gustó la primera obra? ¿Acude público? Siento vivos deseos de escribir algo para tu teatro este año; he visto casualmente en un periódico que varios actores se van a provincias a estrenar sus obras; esto me huele a farsa, indecente y mal intencionada ¡Qué, compañeros tienes y qué compañeros tengo! Así pudieras tratar a los tuyos de la misma manera y con la misma frecuencia que yo a los míos.» ... «Ya te diría algo para los niños, pero temo que la Alguacilita te diga que le leas la carta. Me acuerdo del compromiso del pobre Ernesto, ¿cuándo es el examen?» Bilbao, 19.

En la LXXIII, escrita desde Santa Águeda, le comunica que sale para Bilbao y Santurce, donde va a instalarse en compañía de Emilio y García Gutiérrez.

En la LXXV, le cuenta sus viajes a Portugalete, y, también, sus tareas literarias; le anuncia que García Gutiérrez tiene escrito un nuevo drama y que Emilio está enfermo.

En la LXXVI «Me siento un poco indispuesto; pero no te alarmes, que todo mi mal consiste en una ligera indigestión; pero tengo el estómago levantado y me encuentro incómodo; una jícara de chocolate con unos bollos han sido la causa de mi malestar.»

No hay comentarios: