sábado, 4 de junio de 2011

Guadalcanal en los diccionarios histórico - geográficos (Siglos XVII – XIX) - 4


Por Salvador Hernández González - Revista Guadalcanal año 2006
En cuanto a los aspectos demográficos, tanto Méndez de Silva en el siglo XVII como Estrada en el XVIII estimaban la población de Guadalcanal en 1.400 vecinos. El mismo volumen poblacional recoge Moreri, rebajando Vegas esta cifra a la de 1.000 vecinos. Tanto una como otra cifra han de acogerse con total cautela, habida cuenta de que muchos de estos autores escribían de oídas o copiando a otros, demostrando a veces un absoluto desconocimiento de la realidad geográfica que pretenden describir.

Más crédito merecen las cifras poblacionales aportadas por los diccionarios del siglo XIX. Así Miñano estima en 1826 la población de Guadalcanal en 1.059 vecinos o cabezas de familia, que en habitantes sumaban la cifra de 4.370, número que mantiene cuatro años después, en 1830, el Diccionario Geográfico Universal. Por su parte, Madoz la conceptúa en 1.300 vecinos y 5.446 almas.

En esta centuria del Ochocientos la localidad sigue viviendo de sus ingresos agrícolas y ganaderos, complementados con una cierta actividad minera. En este sentido Miñano apunta que “a un cuarto de legua, entre Norte y Este, están las minas de la plata, cuyo producto es bastante considerable, y su explotación es digna de verse, y se encuentra en ellas plata roja y arsénico nativo, plomo, alcohol, carbón de piedra, y se cree que las hay de oro “. En relación con la agricultura, el mismo autor señala la abundancia de ganados, viñas, olivos y otras cosechas. Por los mismos años el colectivo Diccionario Geográfico Universal de 1831 trae también a colación el recurrente tema de unas minas cuya explotación continuada podría sacar de apuros a la Hacienda pública: “Esta villa es muy conocida y nombrada por sus famosas minas de plata, las cuales en tiempos que las beneficiaban unos alemanes [los Fugger] podían competir con las más ricas de América, pues sólo de los quintos reales de ella se hizo la soberbia fábrica del Escorial. Después de aquella época han permanecido inundadas hasta pocos años en que se trabaja con mucha actividad, para ponerlas en estado de seguir con fruto su explotación. El sitio de las minas dista un cuarto de legua de la población entre Norte y Este; contiene plata roja y hay vetas de arsénico nativo, plomo, alcohol y carbón de piedra. Fueron conocidas de los cartagineses y romanos, y de ellas habla Estrabón al describir las riberas del Betis “. La misma obra apunta que el término municipal, muy dilatado, se compone “de mucho terreno de llano y de labor, y mucho monte “, siendo los productos principales granos, excelente vino y aceite, junto con ganado lanar, vacuno y de cerda.

Más rico en datos sobre la economía de Guadalcanal en el comedio del siglo XIX resulta el testimonio de Madoz, quien nos relaciona los productos agrícolas (aceite, trigo, vino, cebada, centeno, avena, garbanzos, habas, mucha hortaliza y frutas), ganaderos (cabrío, vacuno, de cerda, lanar y yeguar), habiéndose abandonado desde hacía 14 años la actividad extractiva de las minas. La corta actividad industrial se reduce a la transformación de productos agropecuarios, como la producción de vinos y aguardientes, aceite, jabón, zumaque y curtidos.

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