sábado, 16 de abril de 2011

EMIGRACIÓN A INDIAS Y FUNDACIONES DE CAPELLANÍAS EN GUADALCANAL - 2


Por Javier Ortiz de la Tabla Ducasse – Revista Guadalcanal 2003

Actas de las I Jornadas de Andalucía y América. Huelva 1981

El caso de Guadalcanal

En aras de esta concreción, y en función del tema de estas Jornadas, se ha elegido la villa de Guadalcanal como modelo y caso, ya que además reviste peculiaridades y ventajas para su estudio que señalamos a continuación.

Primeramente por ser una localidad actualmente andaluza, enclavada en la sierra norte de Sevilla. En segundo lugar por la importancia de su emigración a Indias en el siglo XVI. Por otra parte por su pertenencia anterior y su vinculación constante a la región extremeña, a la que pertenecía en el XVI, formando parte de la provincia de León de la Orden de Santiago, siendo zona de frontera, en años anteriores, durante la Reconquista, después en dos regiones de importancia decisiva en la colonización americana como Extremadura y Andalucía actualmente en los límites de tres provincias: Sevilla, Badajoz y Córdoba.

Al descender al estudio de su emigración interesa aproximarse a otro tipo de información y no sólo a la meramente oficial, como es la de los registros de embarque. Sin duda la documentación de archivos particulares, notariales, municipales y parroquiales será más rica para los fines propuestos, pero por otra parte requerirá más tiempo y dedicación en investigaciones posteriores. A este respecto la observación directa de la realidad extremeña marcó la pauta a seguir en esta primera etapa de análisis.

Aún hoy día perdura en Extremadura la fundación «Pizarro» y viven los descendientes y herederos de vínculos, mayorazgo y fortunas consolidadas con caudales americanos. Las iglesias andaluzas y extremeñas aún guardan obras de arte y recuerdos procedentes de América y en ellas se acumularon limosnas, mandas y legados de indianos. Los mismos catastros indican esta procedencia indiana -que a veces desconocemos- de fincas, tierras, huertas, viñas y heredades pertenecientes a estos emigrantes, a estos legados, obras pías y capellanías. A veces el callejero local o la indicación de edificios y lugares responden a este recuerdo colonial, con nombres que llegan por tradición hasta nuestros días: «la casa de las peruleras», «las capellanías» o «la obra pía».

Por los cinco tomos de fondos americanistas del archivo de protocolos de Sevilla, se aprecia la dificultad que supone rastrear estos emigrantes, como aguja en un pajar, entre miles de compatriotas 1. En los protocolos de Plasencia -localidad extremeña con importante migración a Indias en el XVI- se aprecia igual dificultad e incluso pobreza de resultados, como sabemos gracias a un reciente trabajo inédito 2. Por ello se decidió acotar y ceñir ahora la investigación a las capellanías indianas de Guadalcanal, con la agradable sorpresa de la buena conservación de sus fondos y la riqueza de los datos que esta documentación proporciona. Como primera conclusión de este breve estudio queremos insistir, por primera vez, en la importancia que el análisis de este tipo de documentos proporcionan para el estudio de la migración a América.

Como indicaba Velez de Guevara en su «Menosprecio de corte y alabanza de aldea» 3:

«En la Corte todos los cortesanos se prescian de sanctos propósitos y de heroycos pensamientos, porque cada uno de los que andan allí proponen de retraerse a su casa, desechar s cuydados, olvidar los vicios, hacer capillas, casar huérfanas, atajar enemistadas, irse a las horas, ordenar cofradías y reparar ermitas, y en lo que paran sus deseos es que se queden í hablando de Dios y biviendo del mundo».

La fundación de una capellanía, como gesto piadoso, como signo exterior de riqueza, de calificación social, parece así como modelo para distintos grupos sociales con determinados recursos económicos. A través del catálogo de capellanías de Guadalcanal, y sobre todo de Sevilla, se observa la amplia gama de profesiones, y status que representan los fundadores, aunque predominen ciertos grupos preeminentes y privilegiados.

Las capellanías, las mandas y legados piadosos, las obras pías y fundaciones, al no requerir un límite mínimo de capital, cual el vínculo o mayorazgo, conciernen a un más amplio sector de la sociedad del XVI y XVII, si bien presuponen un mínimo de capacidad económica.

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