lunes, 30 de agosto de 2010

CERVANTES EN GUADALCANAL - 24

Además de las iglesias que le hemos dicho, —añadió Francisco Muñoz— existen varias ermitas: San Benito (42), San Pedro, Santa Marina, Ntra. Sra. de los Remedios, y por último, la de nuestra Excelsa Madre y Patrona, Nuestra Señora de Guaditoca. (43)

—Me gustaría —pidió Cervantes— visitar mañana el Convento de San Francisco (44) si es posible, ya que siempre he sentido un cariño especial por estos frailes. (45)

—No habrá problemas para ello si Vuesa Merced tanto lo desea, ya que conozco al Superior de este Convento Fray Antonio Delgado —le dice Jerónimo Ortega.

En ese momento uno de los poetas que estaba sentado en la mesa junto a la entrada del mesón se levantó, y cogiendo los legajos en los que habían estado trabajando, se dirigió a la que ocupaba Cervantes y sus amigos.

Dirigiéndose al grupo les dijo, mientras realizaba una leve reverencia:

—Perdónenme Vuestras Mercedes, ¿es su insigne acompañante Don Miguel de Cervantes? —Cervantes asintió pero no tuvo tiempo de pronunciar palabra porque el poeta seguro de la respuesta, le suplicó sin pausa— me gustaría que leyera esta décima que ha escrito mi compañero “El Trujamán del Retablo”.

—A ver que nos trae este amigo nuestro —dijo Cervantes— y tomando el pliego donde estaba escrito leyó en voz alta para todos los presentes:

Por esto que ayer fue puerta
convocando a la distancia
vengo a buscar una infancia
que no hallo viva ni muerta.
Más lo cierto es que está abierta
a un campo de soledad.
Se cruza a cualquier edad
y no hay posible regreso,
pues hoy es puerta de ingreso
a la misma eternidad.

—Operibus credite et non verbis (46). Indubitadamente (47), muy buena —dijo Cervantes para después preguntar. ¿A qué está dedicada?

—A la puerta de El Jurado —respondió el poeta— que está al final de esta calle, por la que se sale en dirección al Convento de San Francisco.

—Ahora entiendo el final, es puerta de ingreso, cuando llega el de la pala y el azadón (48).

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(42) En esta ermita existe en su arco consignado, el sistema de medidas, oficialmente establecidas por el gremio, por el que habían de regirse los vecinos de esta villa, en la compra-venta de fincas rústicas. (Nota del editor)
(43) En la actualidad, sólo la de la Patrona de Guadalcanal, sigue abierta. La de San Benito, propiedad particular, aunque está restaurada, no tiene ningún uso eclesiástico. (Nota del Editor)
(44) La fundación de este convento fue promovida por Enrique Enríquez, Comendador Mayor de la Provincia de León de la Orden de Santiago, (tío materno de Don Fernando el Católico y nieto de Don Fadrique Enríquez) y su esposa doña María de Luna, en un viaje que realizaron a Guadalcanal en 1489.
El Papa Inocencio VIII concedió Bula en 1491. Se dilató su construcción, por lo que hubo de pedir nueva Bula, que fue expedida por el Pontífice español Alejandro VI el día uno de mayo de 1493.
Se empezó a construir en una ermita antigua de gran devoción, llamada de Ntra. Sra. de la Piedad.
Se inauguró el día de San Felipe y Santiago, con solemnísima procesión desde la parroquia de Santa María, el día uno de mayo de 1495.
A él perteneció la capilla del Santo Spiritus, que a modo de monasterio existía en lo que hoy es el Convento del Espíritu Santo. (Nota del editor)
(45) El aprecio que siente por estos frailes se confirma posteriormente, ya que tres años antes de morir, el dos de julio de 1613, recibió los hábitos de la Orden Tercera de San Francisco, en Alcalá de Henares. (Nota del editor)
(46) Creed en las obras y no en las palabras. (Nota del Editor)
(47) Sin ninguna duda. (Nota del editor)
(48) Hace referencia a la muerte. (Nota del editor)

sábado, 28 de agosto de 2010

CERVANTES EN GUADALCANAL - 23

Os decía que la de San Sebastián (39) fue mandada construir por el Gran Maestre de la Orden de Santiago, don Alonso Cárdenas, el año 1481. Por último la de Santa María (40) es la más grande y hermosa, como bien podéis haber apreciado en vuestro camino hasta aquí.

—Me figuro —dijo Cervantes— que esto llevará consigo un alto número de sacerdotes.

—Efectivamente el censo de sacerdotes es muy amplio: Santa María, tiene un párroco y catorce sacerdotes; San Sebastián, un párroco y seis sacerdotes y Santa Ana, un párroco y cinco sacerdotes, en total veintiocho (41). A esto hay que unir los frailes del Convento de San Francisco, que son otros tantos.

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(39) Característica singular de este templo y que lo distingue de los de su estilo, es la gran elevación de sus pilastras, coronadas por capiteles de gran sencillez, lo que presta al edificio, una suntuosidad extraordinaria.
Notabilísima iglesia mudejárica del tipo peculiar de edificaciones de la sierra. Es por ello edificio de una nave principal con arcadas transversales apuntadas, de gran luz, cubierta de madera distribuida en tres paños, siendo de notar que en el primer tramo está desviado del eje principal del edificio. Interesantísima era también la torre fachada sin rematar, mudejárica de la Sierra, tenía cuatro cuerpos, en el último tenía grandes campanas y era muy alta, con alguna ventana cegada. La portada de la puerta debió ejecutarse en el siglo XVIII. El retablo mayor era de principios del XVII, muy clásico, semejante a la traza que el maestro Diego López Bueno ejecutaba en Sevilla por los mismos años. Mención especial merece la pila bautismal de piedra de 1530, con grandes medallones con cabezas cubiertas con cascos y el friso superior con cabezas angélicas aladas y guirnaldas de frutas. En 1913 dejó de ser parroquia incorporándose como filial a la de Santa María. El barrio o collación parroquial se formó con calles que pertenecían a Santa Ana y Santa María desde antiguo y que eran: San Sebastián, Santiago, Costanilla, Pozo Berrueco, Concepción, Moro, Paseo de la Cruz, Guaditoca, Coso Alto, Coso Bajo, Calleja del Cano y Águilas. (Nota del editor).

(40) La antigüedad de la iglesia de Santa María data de finales del Siglo XIII. Esta iglesia es de planta basilical, tres naves, planas las cabeceras laterales, según fórmula sevillana del estilo; ochavado el presbiterio con bóveda de crucería en abanico y tramo previo sexpartito, arcos apuntados sobre pilares cruciformes y torre fachada de ladrillos, no centrada, sino desplazada al lado del evangelio. El retablo está compuesto con elementos procedentes de varios de la antigua iglesia de San Sebastián de esta ciudad. Tiene un cuerpo y su ático; en aquel hallamos cuatro columnas salomónicas del tipo de las utilizadas por el maestro Cristóbal de Guadix, a fines del siglo XVII. La sacristía se hizo siendo mayordomo Francisco Ximénez Sotomayor, Regidor perpetuo, año 1600. Muy interesante el frontal del altar mayor, de azulejos de cuenta del tipo de bordados y reflejos dorados y azul; sevillano de hacia 1500. Quizás el más remoto sepulcro que existe en Guadalcanal está en esta iglesia, año 1306. El único resto romano que existe, es un capitel compuesto de mármol blanco ahuecado que sirve de pila de agua bendita. Siglo II o III. Esta iglesia es filia perpetua de la Basílica Patriarcal Liberiana de Roma.

(41) Actualmente sólo existe una iglesia donde se celebran cultos, que es la Parroquial de Santa María de la Asunción. Está atendida por un sólo sacerdote. (Nota del Editor)

jueves, 26 de agosto de 2010

CERVANTES EN GUADALCANAL - 22


Pliego cinco

Una vez aliviado de la líquida carga que había ido acumulando, Cervantes regresó a la gran sala donde sus amigos discutían sobre el orden de las preguntas con las que abordarían a D. Miguel en la renovada sesión de tan interesante conversación.

El sol de la tarde que entraba desde el corral, rebotaba sobre las pulidas sartenes y perolas que colgaban en la cocina, haciéndoles brillar como recién compradas en los puestos que los quincalleros de Carmona ponían en la vega de Guaditoca, durante la grandiosa feria en honor de la Virgen (37). El reflejo del metal en el techo, anaranjaba los rostros y los gestos de todos los presentes.

En su camino se fijó en el bien amueblado repertorio de viandas que el mesonero tenía sobre el mostrador.

—He visto un niarro que le he dicho al mesonero que nos guarde para cenar, que de tierno que se ve, de seguro que no le habrá dado tiempo de probar las bellotas.

—Ahora que nombráis las bellotas —dijo Francisco Muñoz— me he acordado de lo que le pasó el otro día a un porquero que trabaja con mis tías. Resulta que el hombre se subió a una encina a última hora de la tarde, para varearle bellotas a los cerdos, con tan mala fortuna, que resbaló y se quedó colgado de los pantalones, de tal forma, que no fue capaz de soltarse y allí pasó gran parte de la noche, hasta que llegaron unos familiares a buscarlo, extrañados de su tardanza.

Cervantes cogió su peñola que siempre llevaba encima y tomó unas notas. (38)—Nos estaba hablando de las iglesias, continúe por favor —pidió Cervantes al joven Francisco Muñoz.

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(37) Desde tiempo inmemorial se celebraba durante tres días, en la Pascua de Pentecostés (50 días después del domingo de Resurrección), una feria de ganado, paños, telas, metales, quincalla, bujerías, vinos, licores, etc., en la vega de El Encinar. Está documentada la asistencia de más de ciento cuarenta puestos, de todas partes de Andalucía y Extremadura. (Nota del Editor)

(38) En el capítulo XXXIV de la segunda parte de El Quijote, aparece un hecho parecido, donde Sancho Panza queda enganchado en una encina, cuando huye de un jabalí. (Nota del editor)

martes, 24 de agosto de 2010

CERVANTES EN GUADALCANAL - 21


Apoyando de nuevo su espalda en el respaldar de su silla, Cervantes continuó pidiendo información a sus anfitriones.

—Pero además de esos conventos, he visto tres espléndidas iglesias, sobre todo una que destaca en la parte alta de la villa.

—Esa es la de Santa Ana (36) —continúa Francisco Muñoz— y ya existía como mezquita árabe, cuando el Gran Maestre Don Rodrigo de Iñiguez, entró en la villa en abril de 1241. El retablo mayor de la parroquia es nuevo, ya que fue realizado por el escultor Antonio Florentín en 1571.

—Me van a perdonar —pidió Cervantes mientras con movimientos de miembros entumecidos se ponía de pie— pero ya hace largo rato que nos sentamos en esta plaza y tengo que hacer algo, que no puedo delegar.

Y dicho esto se perdió por la puerta del corral hacia el cobertizo que hacia las veces de cuadra y pajar.

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(36) Entre el siglo XIII y la primera mitad del XV se acomete la construcción de un ambicioso templo, posiblemente sobre los restos de una mezquita árabe ya existente. El resultado final de estas obras fue por tanto un templo de nave única, de gran anchura, dividida en cinco tramos por medio de arcos transversales apuntados de gran luz, cubierta con armaduras mudéjares de par y nudillo decoradas con estrellas de ocho puntas, menados moldurados y elementos florales policromados, uniéndose a una cabecera constituida por un ábside de menores dimensiones que el primitivo unido a su vez a las dos dependencias laterales antes citadas, convertidas en capillas, dedicadas en el futuro a San Ignacio de Loyola y la Virgen del Carmen, a izquierda y derecha respectivamente del presbiterio. A los pies de la nave la torre campanario sobre el muro testero, aprovechado del edificio primitivo, levantándose delante del muro derecho o de la Epístola un pórtico articulado por tres arcos ligeramente apuntados encuadrados por alfices que arrancan de pilares ochavados, de características típicamente mudéjares. (Nota del editor)

domingo, 22 de agosto de 2010

CERVANTES EN GUADALCANAL - 20


Si hablamos de hospitales, tenemos el de Santiago, junto a la iglesia de San Sebastián, el de la Caridad, aquí al lado en la calle Luenga y por último el de los Milagros, que se encuentra casi en ruinas, pero que no hay quien le meta mano (34).

—Por cierto, —dijo Francisco Muñoz— hay rumores de que en el de la Caridad se aparecen unos espíritus.

—¿Qué me dice? —preguntó Cervantes con renovado interés que le llevó a inclinarse sobre la mesa.

—Bueno más que aparecerse, a una cocinera llamada María, por la noche cuando intenta dormirse la pellizcan y el tiempo que está en la cocina, no dejan de moverse, platos, tazas, ollas, (35) o eso dicen.

—Debo decir —tomó la palabra Jerónimo Ortega— que en esa misma calle, unas casas más abajo, al parecer otro espíritu no deja vivir a sus habitantes. El otro día contaban que las tinajas que tienen para el vino, aparecieron de la noche a la mañana boca abajo, pero lo curioso del tema es, que para moverlas, hacen falta por lo menos tres personas. Otro día, en plena noche, han aparecido rodando por la escalera.

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(34) Se encontraba el Hospital de Nuestra Señora de los Milagros, entre las calles Granillo y Camachos (actualmente Milagros y López de Ayala) que ya en el 1575 estaba prácticamente fuera de servicio. A tenor de la descrip­ción de los visitadores de la Orden de Santiago, en una de sus visitas, se trataba de un edificio valioso desde el punto de vista arquitectónico, destacando su espléndida iglesia. (Nota del Editor)
(35) En el capítulo XLVIII, de la segunda parte, Cervantes aprovechó esta información para contar un episodio parecido. (Nota del editor)

viernes, 20 de agosto de 2010

CERVANTES EN GUADALCANAL - 19


Seguro que a la hora de las “Ánimas” lo coge Vuesa Merced en la iglesia —contestó Francisco Muñoz.

—Bueno, entonces tenemos tiempo de seguir charlando hasta esa hora —dijo Cervantes— pero quiero que me sigáis contando cosas de esta villa vuestra ya que he visto casas de gran factura, obras en las iglesias y arreglos de calles y caminos… se nota el movimiento de mucho dinero, supongo que por lo que me habéis contado de las minas.

—No va mal encaminado Vuesa Merced, pero este movimiento tiene otro motivo —sigue Jerónimo—, se debe principalmente al PAS.

—El PAS —exclamo con extrañeza Cervantes— ¿Y eso qué es?

—Plata América Sur —le respondió Jerónimo riéndose. En los últimos años se está notando la afluencia de capitales que bien por herencias o por donaciones están entrando en la villa. Algunos de nuestros paisanos, los que han tenido más suerte, están enviando expediciones de plata, para las familias que quedaron aquí, o donaciones que se reciben de los que han muerto en las Indias sin descendencia. La prueba la tiene en los conventos que se han fundado en poco tiempo: el de la Inmaculada Concepción (31), que está al principio de la calle Ollero; el de San José (Santa Clara) (32), al que están a punto de llegar las primeras monjas, el del Espíritu Santo (33).
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(31) Ignoramos que en esta fecha existiera el Convento de la Concepción, ya que según nuestras noticias, aunque fue fundado por un hijo de la villa establecido en las Indias, D. Álvaro de Castilla y Ramos, hijo de Juan de Castilla y de D.ª Leonor Ramos, no lo hizo hasta el 17 de septiembre de 1614, señalándole 500 ducados de renta. Posiblemente en 1590 existiera en el mismo edificio un hospital que es al que pueden hacer alusión o bien Jerónimo Ortega ya sabía de su próxima fundación, por conversación directa con Álvaro de Castilla. Su mujer Dª. María de Loja y Meneses, otorgó otra escritura en Guanajuato en 1616, quitando a las religiosas la obligación de asistir enfermos. Por otra escritura de 16 de enero de 1619, fundó una capellanía para este Convento. El 14 de agosto de 1624 llegaron las primeras monjas, doña Leonor del Espíritu Santo, doña Inés de San Gregorio, doña Olalla de Santiago y doña Juana Moreno, esta última primera abadesa y procedentes del Convento de la Concepción de Mérida.
En 1646 la comunidad está compuesta por diecinueve religiosas y dos donadas, siendo abadesa la Madre María de San Juan Evangelista. (Nota del Editor)
(32) Convento de San José de la Penitencia. El 10 de marzo de 1582, por testamento otorgado en la ciudad de La Plata (Perú) el hijo de la villa don Jerónimo González de Alanís, capitán, donó 30.000 pesos para fundar este Convento, cosa que realizó Fray Antonio Delgado (Guardián del convento de San Francisco), Fray Diego de Espinosa (Padre Provincial) y doña Catalina López (la Rincona), hermana del fundador y mujer de don Cristóbal Muñoz, por escritura otorgada en Madrid el cuatro de mayo de 1591. Asignando para el Convento 408.000 maravedís, al Capellán 108.000, al Patrono 27.200 y al Pósito 38.953 de principal. Las primeras seis religiosas entran en 28 de abril de 1593, procedentes de Belvis (Cáceres). En 1646 estaba compuesta la comunidad por veintisiete monjas y tres donadas (mujeres que, sin ser monjas, vivían retiradas en el convento), siendo abadesa la Madre Francisca de la Encarnación. (Nota del editor)
(33) Suponemos que al hablar de esta convento, se están refiriendo a un antiguo hospital que se intentó fundar alrededor de 1511. En esta fecha Benito Garzón, clérigo y su padre quisieron regularizar su situación anómala aprovechando la llegada de los visitadores de la Orden de Santiago. Éstos no autorizaron su apertura y fue clausurado El edificio existente en la actualidad hasta 1615 no comenzaron las obras de fábrica del convento, supervisándolas directamente Alonso González de la Pava, que por aquel entonces ya había regresado de Potosí. Sin embargo hasta 1617 no llegó la licencia de Felipe III y aunque el donante murió abintestato en 1620, las obras continuaron a cargo de sus albaceas testamentarios hasta poco antes del 13 de junio de 1627, fecha en que se habitó por las veinte monjas de la advocación de Santa Clara, según deseo expreso de González de la Pava en su escritura de donación. (Nota del Editor)

miércoles, 18 de agosto de 2010

CERVANTES EN GUADALCANAL - 18

Pliego cuatro

A medida que la tarde avanzaba, las sombras fueron ocupando el lugar que iba dejando la clientela al marcharse. El mesón se había ido vaciando poco a poco y ahora sólo quedaban ocupadas las dos mesas junto a la ventana del corral, y otra, contigua a la puerta de entrada en la que dos poetas locales, pensativos y distraídos, (27) emborronaban las cedulillas con su respectiva peñola, mientras alternaban con los vasos que iban bebiendo de una jarra de vino, que el inquieto mesonero les había vuelto a llenar.

—Mesonero —pidió el más señorial de los dos poetas, que se asomaba tras un canoso bigote— si voacé es tan amable, nos va a traer “duelos y quebrantos para los dos” (28)

En el campanario de la iglesia de Santa María, sonaron las tres de la tarde.

La mujer del mesonero había traído el tabaque (29) con frutas, que fue agradecido por los presentes.

Cervantes asiendo un trozo de badea (30) recordando la tarea principal que allí le habia llevado preguntó:

—¿A qué hora es la mejor para hablar con Cristóbal Freire?
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(27) Los poetas a que se refiere el narrador, se hacían llamar “El Trujamán del Retablo” y José Alba, más conocido por “El Alquimista de El Coso”, este último hijo de José León Medina, mercader de paños y muebles, oriundo de Jaén, que se estableció en la villa a la temprana edad de 12 años, al que las rarezas de su hijo traen de cabeza, ya que considera que el sesgo que ha dado a su vida, le puede llevar a ser víctima de la Inquisición, como ya le ocurrió a un vecino de Guadalcanal. (Nota del Editor)
(28) Huevos fritos con tocino o chorizo. (Nota del editor)
(29) Cestillo de mimbres para la fruta. (Nota del editor)
(30) Sandía o melón de agua. (Nota del editor)

lunes, 16 de agosto de 2010

CERVANTES EN GUADALCANAL - 17


Retomando el relato local, Jerónimo Ortega indicó a los presentes:

—Desde 1535 disponemos de Ordenanzas Municipales y le podemos decir que este año estamos de enhorabuena pues nuestro rey Felipe II nos acaba de devolver, el 23 de abril, por una Real Ejecutoria, el privilegio de poder resolver justicia en primera instancia, privilegio del que habíamos sido desposeído en el año 1566, cuando se dividió la provincia de los Ángeles de León en varias alcaldías mayores, pasando a depender nuestra villa de Llerena, en primera instancia. Actualmente nuestro pueblo alberga 1462 vecinos, entre ellos, 28 son clérigos seculares, 24 clérigos regulares (franciscanos), 35 hidalgos y 993 pecheros, por lo que podemos rondar los 5000 habitantes.

Y elevando el tono de la conversación como muestra de orgullo propio por lo que ahora iba a contar continuó:

—De nuestras afamadas minas de plata le creemos conocedor. Los vecinos de esta villa, Martín y Gonzalo Delgado, denunciaron su descubrimiento el ocho de agosto de 1555. Y solo tres años después, San Francisco de Borja decía a la princesa gobernadora Doña Juana de Austria, hija de nuestro emperador Carlos V: “Señora, la mina de Guadalcanal, en Sierra Morena, da cada día a vuestra alteza más de 3.000 ducados de plata.” De todas formas, para Guadalcanal poco beneficio ha representado, ya que no nos dejan ni tener platerías en la villa, me supongo para evitarles tentaciones a los que trabajan allí.

sábado, 14 de agosto de 2010

CERVANTES EN GUADALCANAL - 16


Nuestro emperador Carlos V nos obligó a tirar en 1521 la mayor parte de nuestras murallas. Aunque no hemos tocado los alrededores del Palacio del Comendador y por supuesto el puente que la une con la iglesia y su casa de Bastimentos. (25)

—Ahora que decís puente, le voy a contar a D. Miguel —interrumpió Jerónimo Ortega— algo que me dijeron el otro día y que aún estoy meditando. Resulta que en un paso importante de un río había un puente, que para atravesarlo sólo había que contestar con la verdad, pues en caso contrario harían uso de la horca que allí había. Un día llegó un joven que puso en un brete a los vigilantes, ya que al llegar junto a ellos y preguntarle, éste contestó: Voy a pasar para que me ahorquen. Sorprendidos quedaron parados sin saber que hacer. Ahorcarlo no podían, ya que si lo hacían estaban ahorcando a un hombre que decía la verdad, pero si lo dejaban pasar, lo estaban haciendo con uno que les había mentido. ¿Qué les parece?

—Demasiado profundo para la hora que es —dijo Cervantes—,(26) a quien los efectos de la comida, obligaban a buscar mejor postura en la dureza de su silla.

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(25) Se refiere al antiguo palacio del Comendador de la Orden de Santiago, que en ese momento se estaba construyendo y se terminaría en 1604. En el solar de este edificio se construyó posteriormente la Casa Consitorial (principios siglo XX). La casa de Bastimentos es el edificio que ahora se conoce por La Almona, construido en 1307. (Nota del Editor)

(26) Cervantes debió de tomar nota, ya que en el capítulo LI de la segunda parte de El Quijote, narra un episodio muy parecido. (Nota del editor)

jueves, 12 de agosto de 2010

CERVANTES EN GUADALCANAL - 15


Según se sabe —siguió Diego de Funes—, en el mes de julio del 713 llegaron los musulmanes a Guadalcanal; eran árabes y beréberes que dejarían un pequeño destacamento en el lugar. En 1147 llegan los almohades y con ellos comienza un periodo importante en Guadalcanal, pues se construyen murallas y el alcázar entre 1169 y 1175. Posteriormente Alfonso VI, alcanzó con sus tropas el puerto de Guadalcanal, pero no ofreció batalla. En 1185 fue Alfonso VIII de Toledo con un poderoso ejército realizó una incursión por la región extremeña, conquistando Trujillo, algunos lugares de la Serena, Berlanga, Valverde y Guadalcanal, de donde pasó a Sevilla. A su regreso, descansó en esta villa. Mas no fueron definitivas estas conquistas, pues en 1231 volvió a perderse Guadalcanal. Diez años después con un ejército compuesto por los Caballeros de la Orden de Santiago pasaron a Guadalcanal, donde pusieron un sitio que acabó con la rendición y entrega de la villa por el gobernador de Axataf, caudillo de la ciudad de Sevilla. A raíz de su conquista, el Rey Fernando dio Guadalcanal a la Orden de Santiago, cuyo Priorato residía en San Marcos de León y fue entonces cuando la villa tomó por armas un canal y dos puñales o dagas, que hoy conserva en su escudo.

—A lo que se ve, si que sois un pueblo antiguo —interrumpió Cervantes.

—Los Reyes Católicos pasaron por nuestra villa en 1502, suponemos que harían una parada, ya que aquí nació el bisabuelo del rey Fernando (24).
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(24) Don Fadrique Enríquez, hijo natural de Alfonso XI, tuvo a su vez un hijo natural en Guadalcanal, llamado Alonso Enríquez, nacido en 1354, que se casó con Juana de Mendoza. De esta unión nació D. Fadrique Enríquez, que le sucedió en el cargo de Almirante de Castilla y a la vez fue padre de Juana Enríquez que se casó con Juan II de Aragón, padres de Fernando el Católico. (Nota del editor)

miércoles, 11 de agosto de 2010

GUADALCANAL, PUEBLO VIVO - 6

Les hacemos entrega del capítulo 6º de "GUADALCANAL, PUEBLO VIVO", que con la colaboración de GUADALKANAL MEDIA, les estamos ofreciendo.

Veremos el barrio de las Erillas. Visitaremos la Sierra del Agua y asistiremos a la procesión de Ntra. Sra. de la Soledad y Santo Entierro.


martes, 10 de agosto de 2010

CERVANTES EN GUADALCANAL - 14


Por un momento, se hizo un tenso silencio en la mesa, que rompió Cervantes tras recuperar su mirada que por un instante se habia perdido hacia la alta sierra del Agua que se le ofrecía por los ventanales de la calle.

—Dejemos las cosas tristes y háblenme vuestras mercedes ahora de su bonita villa.

Recuperando de inmediato una postura más erguida sobre sus asientos, ante la oportunidad que se les ofrecía de lucir con orgullo los oropeles de su pueblo, los tres paisanos se dispusieron a describir con detalles a tan ilustre convidado, su propia historia local.

Tomó la palabra Jerónimo Ortega.

—Las noticias más antiguas que tenemos son que en la suerte de Magrao, junto a la llamada Piedra Corcobada, al lado de un nacimiento de agua que allí existe, hay restos de un pequeño poblado romano. Somos como bien decís vos, un pueblo muy antiguo, y es más, alguno de nuestros eruditos mantiene que la fundación de Guadalcanal la realizó el rey Gerión, al que llamaron Avo, hijo del rey Hyarbas de Mauritania, por el año 1690 antes de Nuestro Señor.

—No me lo puedo creer —volvió a exclamar Cervantes.

—Ni nosotros se lo vamos a discutir, porque naturalmente no tenemos documentación desde esas fechas —se apresuro a añadir Diego de Funes.

—De todas formas, sí os digo amigos míos, que a simple vista se nota por la grandeza de vuestro caserío, que no sois un pueblo fundado hace poco tiempo, —afirmo con rotundidad Cervantes intentando con ello convencerles de que no necesitaba mas argumentos al respecto de la antigüedad de la villa.

domingo, 8 de agosto de 2010

CERVANTES EN GUADALCANAL - 13


Todo este tiempo que estuvo aislado del mundo, ¿le llegaron algunas noticias? —preguntó Jerónimo Ortega.

—Siempre nos llegaban algunas noticias por los frailes que nos visitaban. Por ejemplo en el setenta y seis, me enteré que Amberes fue saqueada por nuestras tropas. Que al siguiente año Don Juan de Austria firmó la paz de Gante con los Países Bajos, y Juan de la Cruz fue encarcelado. También que Teresa de Jesús escribió “Las Moradas”, que Juan de la Cruz en el setenta y ocho publicó “Cántico Espiritual” y que el Greco terminó el cuadro “El Expolio” para la catedral de Toledo el año siguiente.

Cervantes hizo un alto en su relato, sacó un pañuelo y se limpió los ojos cansados de un hombre que a los cuarenta y cinco años había vivido mucho. Miró por la ventana hacia el corral donde varios arrieros preparaban sus acémilas, asegurando los serones para iniciar su camino de regreso cargadas con piezas del alcaller.

—Os puedo decir —continuó— que el hombre que el 29 de octubre de 1580 arribó a Denia era muy distinto al que salió de España unos años antes. Cansado, sin trabajo, con los cabellos albarrazados, sin dinero… vamos una alhaja. Claro que en España la cosa no pintaba mucho mejor, nuestro rey Felipe II perdía a su segunda esposa Ana de Austria.

—Perdone que le hable otra vez de mi padre —dijo Jerónimo Ortega— pero antes de partir en el primer viaje que hice solo, me dijo: “La libertad hijo, es uno de los más preciados dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres. (23)
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(23) Debió de tomar nota también Cervantes de lo relatado por Jerónimo Ortega, ya que en la II parte de El Quijote, en el capítulo LVIII, hace decir a El Caballero de la Triste Figura, el mismo parlamento a Sancho Panza. (Nota del Editor)

viernes, 6 de agosto de 2010

CERVANTES EN GUADALCANAL - 12


Después de los años pasados en Italia y de todas las vicisitudes vividas, perder cinco años en Argel, me marcó para siempre. Nadie puede imaginar lo duro que fue. Estoy convencido que salvé mi vida, gracias a las cartas de recomendación que portaba cuando me apresaron, una firmada por don Juan de Austria y la otra por el virrey de Nápoles. Corría el año 1575 —prosiguió Cervantes—, cuando junto con mi hermano Rodrigo, embarcamos en la galera “Sol” con destino a España. Todo fue bien, hasta que un fuerte viento nos apartó de la ruta y fuimos apresados por Arnaute Mamí el día 26 de septiembre. Éste nos entregó como esclavo a Dalí Mamí, en la ciudad de Argel.

—Pero tenemos noticias de que intentó escapar en numerosas ocasiones —dijo Francisco.

—Hasta cuatro veces lo intenté —respondió Cervantes—, la primera vez en 1576. Después la familia intentó reunir dinero para liberarnos a mi hermano Rodrigo y a mí, pero no hubo forma de reunir todo el dinero que pedían (22). Por fin en el setenta y siete, quiero recordar que el 24 de agosto, mi familia pudo liberar a mi hermano Rodrigo. Abandonó Argel junto con otros cien cautivos. Por mi parte realicé un segundo intento de fuga en el mes de septiembre de este mismo año. A primeros del siguiente año de nuevo lo intento. Esta vez fui condenado a dos mil azotes. Afortunadamente no recibí ninguno. En junio de nuevo intenté evadirme.


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(22) Su hermana Magdalena trabó relación con Alonso Pacheco Portocarrero, hijo de Pedro de Portocarrero, que al final tuvo relaciones también con su otra hermana Andrea, sin que este sacrificio valiera para liberar a Miguel de Cervantes. (Nota del Editor)

miércoles, 4 de agosto de 2010

CERVANTES EN GUADALCANAL - 11


Despachado con suficiencia el contenido de su plato, Cervantes prosiguió con su relato:

—En el setenta y dos, totalmente repuesto (enseñando su mano izquierda) —bueno totalmente, es mucho decir— tomé parte en una expedición contra los turcos en Navarino. Triste año, por un lado se produjo en Francia la matanza de los hugonotes, la tristemente “Noche de San Bartolomé”, por otro Fray Luis de León fue encarcelado por la Inquisición. El siguiente año tomé parte en una expedición a Túnez y les supongo enterados, de que se estableció en ese año la censura de libros impresos.

No escarmentado, de nuevo el joven Muñoz de la Rica le hizo a Cervantes una de sus preguntas comprometidas.

—Don Miguel, ¿de amores que nos puede contar? Nos llegaron noticias por un paisano que estuvo en Nápoles, que tuvisteis un hijo con una guapa napolitana, e incluso nos dijo el nombre: Promontorio.

Como si no hubiera escuchado la pregunta Cervantes continuó.

—De Sicilia pasé a Génova a las órdenes de Lope de Figueroa, después me acuartelaron en Palermo, al mando del duque de Sessa, virrey de Sicilia, así que Nápoles ni la pisé.

—Hay un episodio en su vida —tomó la palabra Diego de Funes— que no sabemos si lo desea recordar, que son sus años de cautiverio en Argel.

lunes, 2 de agosto de 2010

CERVANTES EN GUADALCANAL - 10


Pliego tres
Como la mañana avanzaba entre sorbos de buen vino y distendida conversación, los contertulios comenzaron a sentir por igual la curiosidad por los relatos de D. Miguel y el rugido de sus tripas en ayunas, así que se dispusieron a saciar ambas sin demora. En el mesón, dada la hora, los platos iban y venían de la cocina a las mesas con la misma celeridad con que los vencejos iban y volvían a los mechinales de la cercana torre de Santa María. Nuestros amigos pidieron de comer al mesonero, quien con un repetido frotar de manos y una rápida elevación de sus pobladas y continuas cejas gritó a las orondas mujeres que atendían los fogones, para al instante poner sobre la desnuda mesa una fuente aún humeante de cordero estofado y una jarra de vino que sustituyó a la que ya hacía un rato sólo contenía el cargado aire que cubría el mesón, aromas de romero, tomillo y otras parecidas yerbas que tan generosamente se prodigan en las sierras vecinas.
Durante unos minutos sólo se oyó el tintineo de los tenedores yendo y viniendo al plato de estofado en una rítmica alternancia con las manos que también iban y volvían con agradecidos vasos de vino. La hogaza de pan, con aromas conventuales, dio buena cuenta de la aceitosa salsa que acompañaba a la carne, que por algo es
conocida la calidad de los aceites de esta tierra.
Rompió el silencio Cervantes.
—Sabéis lo que os digo, que cuando me marche mañana, tengo que llevarme un corambre de este vino, que pienso disfrutarlo con mis amigos en Sevilla. Mantengo lo que antes dije, tengo que nombrarlo en alguno de mis libros, si quiera Dios, llego a publicarlos. (21)



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(21) Cumplió su promesa, en otra de sus Novelas Ejemplares: “El Licenciado Vidriera”, de nuevo hace referencia a los vinos de Guadalcanal. “…y habiendo hecho el huésped la reseña de tantos y tan diferentes vinos, se ofreció de hacer parecer allí, sin usar de tropelía, ni como pintados en mapa, sino real y verdaderamente, a Madrigal, Coca, Alaejos, y a la imperial más que real ciudad, recámara del dios de la risa; ofreció a Esquivias, a Alanís, a Cazalla, Guadalcanal y la Membrilla…” (Nota del Editor)