lunes, 24 de mayo de 2010

LOS COMENDADORES DE GUADALCANAL - 3 DE 3


Luis Salazar y Castro
Introducción y notas de

José María Álvarez Blanco
Fotog. Ignacio Gómez


X - DON VALERIANO SFRONDATO, Conde de la Rivera del Lago de Como, fue Merino de Felipe IV, Gentilhombre de la Cá­mara del Cardenal Infante, su hermano, y Comisario General de Milán. Sucedió a su padre en la Encomienda de Guadalcanal, por-que el año de 1621 la renunció en manos de Su Majestad, y por gracia suya la tuvo su hijo, como parece por el título que se des­pachó en Madrid, a 28 de agosto de aquel año, firmado de Fe­lipe IV, refrendado de Alonso Núñez de Valdivia y Mendoza, su Secretario, y firmado, también, del Marqués de Caracena, Pre­sidente; Don Juan Serrano Zapata, Don Luis de Villavicencio v Doctor Don Pedro de Guzmán, Consejeros de las Ordenes. Está dirigido al Licenciado Juan de Avalos Altamirano, Capellán de Su Majestad, freile de la Orden, y dice: «Sabed que la Enco­mienda de Guadalcanal, que es de la dicha Orden, está al pre­sente vaca por dejación que de ella en mis manos hizo Don Hér­cules Sfrondato, Caballero de la dicha Orden, Duque de Monte­marchano, último Comendador que fue de ella, y a mí, como Ad­ministrador susodicho, pertenece nombrar persona del hábito de la dicha Orden qué sea proveído de la dicha Encomienda. Por ende, acatando los muchos y buenos servicios que Don Valeriano Sfrondato, su hijo, Caballero profeso de la dicha Orden ha hecho a mí y a ella y espero que hará de aquí adelante y a sus méritos y costumbres, por esta mi carta le nombro para que sea proveído de la dicha Encomienda, etc.»
En el viaje del Cardenal Infante Don Fernando a Flandes le sirvió mucho el Conde de la Rivera, como se lee en el libro de' Don Diego de Ahedo, y finalmente pasó de esta vida en 15 de septiembre de 1645. Y Su Majestad, en Zaragoza, a 9 de septiembre del año siguiente, dio título de Administrador de esta Enco­mienda a Don Rodrigo de Ayala, Caballero de la Orden.
Casó con Doña Paula Camila Marliano Sfrondato.


XI - DON HERCULES SFRON DATO, Conde de la Rivera, Caba­llero novicio de la Orden, sucedió al Conde Don Valeriano, su pa­dre, en el goce de la Encomienda de Guadalcanal, porque Fe­lipe IV le hizo merced de ella, y por no tener más que once años el de 1646 dispensó el Pontífice Inocencio X para que, sin ha­cer la profesión, pudiese gozarla. En virtud de esto se le des­pachó por el Consejo de las Ordenes título de Administrador, con goce de frutos, en Madrid, a 13 de febrero de 1649, firmado de Felipe IV, refrendado de Gregorio de Tapia, su Secretario, y firmado de Don Diego Rodríguez Valtodano, Don Francisco de Borja y Aragón, Don Pedro de Alarcón de Ocón y Don Antonio de Benavides, todos del Consejo de Ordenes. En virtud de este título y de poder que en 8 de marzo del mismo año dió Doña Paula Camila Marliano, Condesa de la Rivera, madre y tutora del Conde Don Hércules, se tomó por su parte posesión de la Encomienda. Y estando en ella le puso pleito en el Consejo de las Ordenes Don Gaspar Juan Alonso Pérez de Guzmán el Bueno, Conde de Niebla, diciendo que Su Majestad, en Cédula secreta de 20 de agosto de 1629, hizo merced a su abuelo, Don Manuel Alonso. Pérez de Guzmán el Bueno, Duque de Medina Sidonia, por sus servicios y por una leva que ofreció y cumplió de dos mil Infantes de la futura sucesión de una de tres Encomiendas: la de Guadalcanal, en Santiago; la del Viso, en Calatrava, y la de Cabeza de Buey, en Alcántara, la primera que de ellas vacase, y con que los años que tardase en entrar a gozarla los tuviese de supervivencia. Y que por otra Cédula de 8 de agosto de 1637, habiendo fallecido el Duque sin gozar alguna de las tres Encomiendas, hizo Su Majestad merced al Conde de Niebla, su nieto, de la futura de una de ellas. Y en otra Cédula del mismo día quiso Su Majestad que el Duque Don Manuel Alonso, y sus he­rederos en su nombre, tuviesen de supervivencia en la Enco­mienda en que el Conde entrase los mismos años que había desde el de 1628 hasta el de 1636, en que falleció a 20 de marzo. Y que siendo esto así no podía el Conde de la Rivera gozar de la Enco­mienda de Guadalcanal, supuesto que por el fallecimiento del Conde, su padre, tuvo lugar la merced hecha al de Niebla. El Conde de la Rivera opuso a esto el título que se le había despa­chado, y el Consejo de las Ordenes, por sentencia de 22 de octu­bre de 1654, declaró pertenecer la propiedad de esta Encomienda al Conde de Niebla y condenó al de la Rivera a que se la dejase libre y le restituyese todos los frutos que de ella habían proce­dido durante la litis contextation. De esto se le dio ejecutoria al Conde de Niebla, y habiendo apelado el de la Rivera, después él y en su nombre el Capitán Don Ambrosio Monti, se convino con el Conde de Niebla, y por escritura otorgada en Madrid, a 23 de febrero de 1661, ante Francisco Jacinto Vélez, Secretario del número, se apartó y desistió de la apelación y pleito y de otra cualquier pretensión que tenía a la Encomienda de Guadalcanal y renunció su derecho en el Conde de Niebla, consintiendo se le despachase título de ella, y el Conde le remitió y perdonó los frutos que había percibido. Lo cual aprobó el Consejo, y que­dó así esta Encomienda para el Conde de Niebla.

XII - DON GASPAR JUAN ALONSO PEREZ DE GUZMÁN (EL BUENO)(7), décimo Duque de Medina Sidonia, Comendador de Niebla, Marqués de Caraza, fue Comendador de Guadalcanal en la forma que nos dijo el párrafo antecedente, y porque el pleito se determinó sin haber tomado el hábito de la Orden, Felipe IV en Aranjuez, a 4 de mayo de 1655, dio título de Administrador de esta Encomienda a Don Francisco Ramírez de la Trapera, Caballero de la Orden. Y después en Madrid, a 4 de abril de 1662, le dio Su Majestad título de Comendador, que está refrendado de Don Alonso Fernández de Lorca y firmado del Conde de Alba, Marqués de Tavara, Don Antonio de Riaño y Salamanca, Don Lope de los Ríos y Guzmán y Don Gabriel de Chaves y Sotoma­yor, Presidente y Consejeros de las Ordenes. En este título y en el de Administrador para Don Francisco Ramírez de la Trapera, se hace relación del pleito que el Duque (entonces Conde de Niebla) siguió contra el Conde de la Rivera, y también se hace muy larga en otro título que, por su muerte, se dio en 25 de febrero de 1669 a los testamentarios y herederos del Duque Don Manuel Alonso, su abuelo, para que se les acudiese con los frutos de esta Encomienda todo el tiempo que Felipe IV le había con-cedido de supervivencia en ella, que eran seis años y siete me­ses para expenderlos en pagar sus deudas y cumplir sus dispo­siciones testamentarias.
Falleció el Duque Don Gaspar Juan de un accidente repen­tino en Sevilla, a 8 de febrero de 1667, sin tener hijos, aunque estaba casado con Doña Antonia de Haro y Guzmán.


XIII - DON FRANCISCO FERNÁNDEZ DE LA CUEVA, Duque de Alburquerque, Conde de Ledesma y de la Torre, Marqués de Cuéllar y de Cadereyta, Caballero y Trece de Santiago, Virrey y Capitán General de Sicilia y de Nueva España, de los Consejos de Estado y Guerra y Mayordomo Mayor del Rey, fue Adminis­trador, con goce de frutos, de la Encomienda de Guadalcanal, por título del Rey nuestro Señor dado en Madrid, a 29 de octu­bre de 1675, firmado de la Reina su madre, Gobernadora, refren­dado de Don Isidro de Ángulo y Velasco, su Secretario, y fir­mado también del Condestable Don Fernando Queipo de Llano y Valdés, Don Luis de Salcedo y Arbizu y Don Jerónimo de Vi­llanayor, Presidente y del Consejo de las Ordenes. Las primeras palabras de este título declaran el motivo de la merced, pues dice: «Por cuanto el Rey mi Señor (que Santa Gloria haya) hizo merced a Don Francisco de la Cueva, Duque de Alburquerque, en atención al servicio grande que hizo en ir sirviendo a la Sere­nísima Señora Emperatriz, mi hermana, cuando pasó a Alema­nia, y a los muchos gastos que se le habían ofrecido en aquella jornada de diez mil ducados de renta en las Encomiendas que estuvieron vacas o más próximas a vacar, o situándosele en parte fija y segura. Y por una mi Cédula de 20 de noviembre del año pasado de 1668 tuve por bien de confirmar la dicha merced man­dando tuviese efecto luego que vacase cualquiera Encomienda que pudiese proveerse por no haber sobre ella supervivencia o sutura. Para cuya ejecución le hice merced de las Encomiendas de Guadalcanal, en la Orden de Santiago; la del Tesoro, la de Jimena y heredamiento de Recena; la de Morotalaz y la de Ba­llesteros, en la de Calatrava, y en la de Alcántara la de los Hor­nos, etc.» Para todo esto dispensó el Sumo Pontífice Alejan­dro VII, en 2 de marzo de 1666, como parece por su Breve que está copiado en el título, y habiendo también Su Santidad dado al Duque los honores de profeso; fue Trece de la Orden y gozó ésta y las otras Encomiendas hasta el viernes 27 de marzo de 1676, en que murió en palacio sirviendo al puesto de Mayordomo Mayor.
Llevaba el Duque sin estas Encomiendas los frutos de la de Castellano, en Calatrava, y las de Benyafan, en la de Alcántara. y en todas le concedió la Reina madre gobernadora doce años de supervivencia, lo cual aprobó el Pontífice Clemente X en 17 de octubre de 1675, y para esto se dio despacho a la Duquesa Doña Juana Francisca Díez de Aux y Armendáriz, Marquesa de Cadc­recta, Condesa de la Torre, su viuda y testamentaria en Madrid, a de 3 de septiembre de 1676, firmado del Rey, refrendado de Don Francisco de la Maza y Prada, su Secretario, y firmado también del Duque Conde Marqués, que es el Duque de Osuna, Presidente, y de Don Fernando Queipo de Llano y Valdés. Don Jerónimo Miguel Ramos del Manzano y Don Jerónimo de Villamayor, del Consejo de Ordenes. Y el mismo día se despachó título de Administrador de esta Encomienda a Don Antonio de Ubilla, Caballero de la Orden.
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Notas

(7) No se debe confundir con Alonso Pérez de Guzmán o Guzmán el Bueno (
León, 1256Gaucín, 1309), Primer Señor de Sanlúcar de Barrameda, que se considera el fundador de la Casa de Medina-Sidonia, pues, aunque nunca ostentó el título de Duque de Medina-Sidonia, fue él quien puso las bases sobre las cuales se asentaría a lo largo de los siglos dicha casa nobiliaria. En 1294, el rey Sancho IV recurrió a Guzmán para la defensa de Tarifa, plaza amenazada por el infante don Juan, tío del monarca, con la ayuda de los meriníes y nazaritas. Allí ocurrió la célebre defensa heroica de Tarifa, con la muerte del inocente hijo de Guzmán convertida en leyenda (Datos tomados de Wikipedia).

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