jueves, 27 de mayo de 2010

LAS MINAS DE PLATA DE GUADALCANAL - 197


Continuación del libro editado por Miguel del Burgos en el año 1831, NOTICIA HISTÓRICA DOCUMENTADA DE LAS CÉLEBRES MINAS DE GUADALCANAL. Tomo I

(Se mantiene la ortografía de la época)

Hay un mayordomo que rescibe todas las cosas que hay en la fábrica y se traen á ella, y las dá por peso, cuenta y medida.
Hay un capellan que dice misa cada dia en la fábrica, y otro clérigo que dice los de fiesta otra misa.
Hay un físico que cura todos los de la fábrica, que está asalariado.
Hay dos porteros á una puerta por donde se entra á las casas de metales, y á las de fundiciones é afinaciones, y á la casa de los metales pobres adonde está el ingenio de moler y lavar y adonde está la leña.
Hay un veedor que entiende lo de las fundiciones é afinaciones. Este anda concertando a los fundidores, y sabiendo si hay recabdo dellos, y si loas guardas tienen aparejado lo necesario, y asimismo señalando los afinadores que cada dia han de afinar, y mira si las guardas de los buitrones y hornos hacen lo que les está mandado, y firma las nóminas de los fundidores é afinadores, carpinteros y herreros, y en su presencia se paga toda la gente.
Hay alguacil é guarda mayor que requiere todos los oficios, y visita todas las casas por dentro y fuera, y tiene cuenta con toda la gente forastera que viene a éste asiento.
Hay un escribano ante quien pasan las escrituras que se hacen en la fábrica, y da fé de la paga, y asiste con el contador y tesorero á todas las cosas que hacen juntos, y toma la razon del libro del tesorero.
Hay tesorero á quie se entrega toda la plata que se saca en estas minas, y asimismo se le dá todo el dinero que se trae para el gasto desta fábrica. Tiene un libro adonde asienta la razon de su cargo y data, y lo firman el administrador, contador y el mismo tesorero, y paga la gente en presencia del veedor y del que coge la gente, y dá fé el escribano, y las otras libranzas paga ante el escribano de la fábrica con testigos.
Hay contador que hace cargo al tesorero de la plata y dineros que se le entregan, y toma razon del escribano de las fundiciones del plomo plata que se ha fundido y se ha entregado al depositario de los metales, y el descargo que se le hace cuando se le dá a los afinadores para que hagan la plata. Asimesmo hace cargo al mayordomo de la fábrica de todas las cosas que entran en su poder, y toma la razon de todo lo que el escribano que está en la casa de los metales tiene cuenta y libro, y de lo que se entrega al depositario de los metales, y en el libro, y en el libro del contador firman el administrador, ó la persona que él nombre y tesorero, y el mismo contador el cargo y descargo del tesorero.
Hay una persona en lugar del administrador general, que tiene cuidado de que todas las personas susodichas hagan bien sus oficios, y anda sobre todos proveyendo lo necesario y remediando las faltas, y este tiene cuidado de avisar al administrador general de lo que es menester traer de Sevilla ó de otras cualesquiera partes lo que es necesario, y sin faltan oficiales para cualesquiera cosas quesean, buscallos y proveellos de manera que no haya falta y firma, en el libro del tesorero y contador.
Hay un juez que entiende en las cosas de justicia, y tiene un alguacil y escribano; y por comision del administrador general, toma cuenta al mayordomo de la fábrica, por la orden que le está dada al mayordomo de cómo ha de dar las cosas que le han entregado, y la vé y firma las cuentas cada dos o tres dias para que se le pase en cuenta; y asimismo toma otras cuentas de gastos que hacen personas que van a cobrar algunas cosas por orden del administrador.
Sácase el metal de los pozos una ó dos veces en la semana, y pónese en una plaza que está hecha delante de la casa de cada pozo, y cuando esto se hace, los oficiales, contador y tesorero, y escribano, y el alguacil guarda mayor vienen allí, y las guardas de los mismos pozos y las tres personas que tienen á cargo la casa de los metales, se ván á ella y labran, y los oficiales dichos se reparten en las partes donde está el metal, y los cuadrilleros que han andado en aquel pozo toman una romana y pesan todo el metal que es bueno, y se pone por escrito para se tenga cuenta con lo que los plomeros trabajan. Este metal se lleva en cajones con angarillas ó con acémilas, y siempre vá persona de recabdo en cada camino, y las demas personas dichas está repartida de manera que nunca pierden de vista el cajon hasta que entra en la casa, y lo resciben las personas que tienen á cargo los metales; y todas las veces que el veedor y la persona puesta por el administrador tienen lugar, acuden á ver lo que allí se hace, y asimismo el juez si se puede desocupar, con su alguacil y escribano, se halla al sacar y llevar el metal.
El metal que no es bueno y lo que se aparta de los metales que tiene algun provecho, se lleva á la casa adonde está el ingenio de moler y lavar, y lo echan dentro.
Despues que está el metal en la casa, entras alemanes que lo quiebran, y apartan lo que no se ha de fundir. Estas tres personas depositarios, dan este metal quebrado á los fundidores por peso, y las guardas lo llevan, y el escribano lo asienta, y les dan asimismo la greta y cendrada.
Todas las planchas que salen de la fundicion marcan las guardas, y las que salen en todo el dia á la noche, y las de la noche á la mañana: toma la razon el escribano y las entrega por peso á los depositarios de los metales, puesto en cada plancha con punzones lo que pesa, y uno de los depositarios tiene libro en el cual asienta este plomo, y el otro compañero firma en el mismo libro.

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