domingo, 30 de mayo de 2010

GUADALCANAL, PUEBLO VIVO - 1


Hace 25 años realicé un montaje de unas imágenes que había grabado con la cámara de vídeo. La película se iniciaba con la llegada de un tren a la estación de Guadalcanal, procedente de Sevilla, y finalizaba con la marcha del tren de vuelta a la capital.

El visitante realizaba un paseo por Guadalcanal, e iba viendo todo lo que sucede durante el año: Campanadas de fin de año, Reyes, Semana Santa, Corpus, Romería de la Virgen de Guaditoca, Feria, etc., así como las diferentes calles y plazas, iglesias y conventos.

Ahora gracias a nuestros amigos de GuadalKanal Media, van a poder ver en varias entregas, estas imágenes de hace 25 años, donde podrán observar los grandes cambios que se han producido en Guadalcanal.

Quiero agradecer a Fran, de Guadalkanal Media, la labor que está desarrollando para recuperar estas grabaciones antiguas, que van a permitir mostrar la Guadalcanal del siglo pasado, a los jóvenes de este siglo XXI.


sábado, 29 de mayo de 2010

LAS MINAS DE PLATA DE GUADALCANAL - 198


Continuación del libro editado por Miguel del Burgos en el año 1831, NOTICIA HISTÓRICA DOCUMENTADA DE LAS CÉLEBRES MINAS DE GUADALCANAL. Tomo I

(Se mantiene la ortografía de la época)

En esta casa que se pone el plomo de las fundiciones hay una cada donde se echan los rieles que salen de las fundiciones al cabo de la semana, y tiene el escribano de las fundiciones la llave della, y cuando hay cantidad se dá á los afinadores por peso para que lo afinen.
Cuando hay cantidad de plomo, los depositarios lo dán por peso á los afinadores, y el escribano de las fundiciones descarga á los dichos depositarios este plomo en presencia del escribano de la fábrica que toma la razon, y el depositario de los metales lo asienta en su libro para su descargo.
Con este plomo que llevan los afinadores, van las guardas de los buitrones, y cuando se acaba de afinar y sala la plancha, en estando fria la ponen en un cajon de que tienen dos llaves las guardas, y acabadas de afinar todas y puestas en sus cajones, las llevan el veedor y guardas á la casa donde estan las cajas y la ponen en una de que tiene el contador una llave, y el veedor otra, y el escribano otra, hasta que se limpian y pesan y se entregan al tesorero, y se pasan á otra carca de donde se tiene una llave el contador, y otra el tesorero, y otra el veedor, y se le hace cargo al tesorero por el contador, y toma la razon el escribano.
La greta que sales de la afinación de la plata y la que se hace d enuevo, van los depositarios de los metales á la casa de los buitrones, y delante de las guardas la resciben por peso.
Cuando se han sacado las planchas de plata de los buitrones, se tapan para que no lleguen á ellos, y se cierra la puerta de la casa por las guardas de los buitrones, hasta que otro dia en presencia dellos se quitan las cendradas y se mira si ha quedado alguna plata, y las guardas la cobran, y si ha habido alguna coladura, la ponen en un cajon con llave, y si cuando se pesa la plata hay falta de lo que el ensayador ha dicho que ha acudir el afinador, destácese el buitron y mírase adonde está, ó quien tiene la culpa dellos.
En habiendo cantidad de plata para llevar á Sevilla, se juntan los que tienen las llaves y la entregan por peso á la persona que la ha de llevar que tiene dadas fianzas de… ducados, y hace escritura de lo que se le entrega, y se pone en cajones que están hechos para ello, y quedan las llaves á los oficiales, y esta tal persona entrega por peso la dicha plata á los oficiales de la casa de la Contratacion, y trae fé de como la ha dado, la cual dicha plata entrega el depositario á la dicha persona, por libranza del administrador general.
Respuesta á las cartas de don Francisco de Mendoza de 4 y 5 de febrero de 1558, sobre los negocios de las minas de Guadalcanal.

Contadurías generales, núm. 3072.

25 de febrero de 1559.

EL REY.- Don Francisco de Mendoza, administrador general de las minas destos reinos: Ví vuestras cartas de cuatro y cinco del presente, y en cuanto á lo que decís que han tardado en llevar las libranzas que os habemos mandado enviar para los gastos de la fábrica desas minas, y que es causa que no esté proveida ni se haga la labor que conviene, las libranzas que se os han enviado hasta agora, montan veinte é cinco mil ducados, con los cuales se hace cuenta que habrá provision para los dichos gastos hasta en fin del mes de marzo primero venidero deste año; y para lo que toca á la provision de los otros nueve meses restantes, porque no haya ocasion de detenimiento, se os envía una cédula para que los nuestros oficiales de la casa de la Contratacion de Sevilla den en principio de cada mes cinco mil ducados para los dichos gastos, y desta manera la dicha fábrica estará bien proveida, y por falta de dineros no dejará de hacerse la obra que conviene. Vos terneis cuidado de hacer traer con tiempo lo que de los dichos cinco mil ducados fuere necesario.
El contador Gaspar de Avila envió la relacion de los gastos desa fábrica de los cinco meses pasados hasta en fin de enero, y segund aquella, va proveido bastantemente con los dichos cinco mil ducados; y si para sácar mucha plata fuere menester mas, avisareis dello porque se provea cumplidamente. Tambien envió otra relacion de la plata que ha procedido en los dichos cinco meses, y por ella parece que en el mes de enero pasado se sacaron nueve mil y quinientos y cuarenta marcos, que es menos de lo que vos habeis escripto en este mes que se sacará; y ansí espero, en Dios que cada dia se irá aumentando el provecho desa fábrica, especialmente con vuestra buena administracion: y pues decís que la enfermedad del dicho contador se le agravó, y por consejo de los médicos le convino salir de ahi, y dejó bastante recaudo para el ejercicio de su oficio, hicistés bien en le dar licencia por treinta dias para se ir á curar á otra parte. Si la enfermedad pasare adelante de manera que la ausencia haya de ser mas tiempo, avisarnos heis dello; y las personas que han de servir de veedor y tesorero están ya proveidas, é irán á esa fábrica con brevedad, y tambien el aleman.
Cerca de la cura de los que enfermaren en esa fábrica, pues os paresce que no se debe hacer hospital, y diz que el fisico que ahí reside ha tenido y tiene en su casa los que han enfermado, y que con ayudarle con ciento y treinta ducados poco mas ó menos, se hará aposento para diez ó doce personas que puedan estar bien, y es buen boticario y sángra, y que él y su muger hacen lo que mas es menester, y que con esto habrá bastante recaudo; proveerlo heis ansí, y hareis que se dé al físico el salario é ayuda de costa que os pareciere, pues usa de todos oficios para los enfermos; y en lo demas de medicinas y dietas, Y las otras provisiones que fueren necesarias, hareis que haya el recaudo que convenga.
En lo que decís que algunas personas se ofrecerán á hacer algunas invenciones que sean provechosas para la fábrica de esas minas y cosas dellas, y querran que no usen otras personas de las dichas invenciones, y os paresce que les será dificultoso haber de venir á esta nuestra corte para que se les conceda lo que pretenden, y que por esta causa se dejarán usar, podrán venir las dichas personas, ó enviar trayendo vuestro parecer de lo que en sus negocios se debe proveer, y acá se terná cuidado de que sean despachados brevemente sin que se detengan.

jueves, 27 de mayo de 2010

LAS MINAS DE PLATA DE GUADALCANAL - 197


Continuación del libro editado por Miguel del Burgos en el año 1831, NOTICIA HISTÓRICA DOCUMENTADA DE LAS CÉLEBRES MINAS DE GUADALCANAL. Tomo I

(Se mantiene la ortografía de la época)

Hay un mayordomo que rescibe todas las cosas que hay en la fábrica y se traen á ella, y las dá por peso, cuenta y medida.
Hay un capellan que dice misa cada dia en la fábrica, y otro clérigo que dice los de fiesta otra misa.
Hay un físico que cura todos los de la fábrica, que está asalariado.
Hay dos porteros á una puerta por donde se entra á las casas de metales, y á las de fundiciones é afinaciones, y á la casa de los metales pobres adonde está el ingenio de moler y lavar y adonde está la leña.
Hay un veedor que entiende lo de las fundiciones é afinaciones. Este anda concertando a los fundidores, y sabiendo si hay recabdo dellos, y si loas guardas tienen aparejado lo necesario, y asimismo señalando los afinadores que cada dia han de afinar, y mira si las guardas de los buitrones y hornos hacen lo que les está mandado, y firma las nóminas de los fundidores é afinadores, carpinteros y herreros, y en su presencia se paga toda la gente.
Hay alguacil é guarda mayor que requiere todos los oficios, y visita todas las casas por dentro y fuera, y tiene cuenta con toda la gente forastera que viene a éste asiento.
Hay un escribano ante quien pasan las escrituras que se hacen en la fábrica, y da fé de la paga, y asiste con el contador y tesorero á todas las cosas que hacen juntos, y toma la razon del libro del tesorero.
Hay tesorero á quie se entrega toda la plata que se saca en estas minas, y asimismo se le dá todo el dinero que se trae para el gasto desta fábrica. Tiene un libro adonde asienta la razon de su cargo y data, y lo firman el administrador, contador y el mismo tesorero, y paga la gente en presencia del veedor y del que coge la gente, y dá fé el escribano, y las otras libranzas paga ante el escribano de la fábrica con testigos.
Hay contador que hace cargo al tesorero de la plata y dineros que se le entregan, y toma razon del escribano de las fundiciones del plomo plata que se ha fundido y se ha entregado al depositario de los metales, y el descargo que se le hace cuando se le dá a los afinadores para que hagan la plata. Asimesmo hace cargo al mayordomo de la fábrica de todas las cosas que entran en su poder, y toma la razon de todo lo que el escribano que está en la casa de los metales tiene cuenta y libro, y de lo que se entrega al depositario de los metales, y en el libro, y en el libro del contador firman el administrador, ó la persona que él nombre y tesorero, y el mismo contador el cargo y descargo del tesorero.
Hay una persona en lugar del administrador general, que tiene cuidado de que todas las personas susodichas hagan bien sus oficios, y anda sobre todos proveyendo lo necesario y remediando las faltas, y este tiene cuidado de avisar al administrador general de lo que es menester traer de Sevilla ó de otras cualesquiera partes lo que es necesario, y sin faltan oficiales para cualesquiera cosas quesean, buscallos y proveellos de manera que no haya falta y firma, en el libro del tesorero y contador.
Hay un juez que entiende en las cosas de justicia, y tiene un alguacil y escribano; y por comision del administrador general, toma cuenta al mayordomo de la fábrica, por la orden que le está dada al mayordomo de cómo ha de dar las cosas que le han entregado, y la vé y firma las cuentas cada dos o tres dias para que se le pase en cuenta; y asimismo toma otras cuentas de gastos que hacen personas que van a cobrar algunas cosas por orden del administrador.
Sácase el metal de los pozos una ó dos veces en la semana, y pónese en una plaza que está hecha delante de la casa de cada pozo, y cuando esto se hace, los oficiales, contador y tesorero, y escribano, y el alguacil guarda mayor vienen allí, y las guardas de los mismos pozos y las tres personas que tienen á cargo la casa de los metales, se ván á ella y labran, y los oficiales dichos se reparten en las partes donde está el metal, y los cuadrilleros que han andado en aquel pozo toman una romana y pesan todo el metal que es bueno, y se pone por escrito para se tenga cuenta con lo que los plomeros trabajan. Este metal se lleva en cajones con angarillas ó con acémilas, y siempre vá persona de recabdo en cada camino, y las demas personas dichas está repartida de manera que nunca pierden de vista el cajon hasta que entra en la casa, y lo resciben las personas que tienen á cargo los metales; y todas las veces que el veedor y la persona puesta por el administrador tienen lugar, acuden á ver lo que allí se hace, y asimismo el juez si se puede desocupar, con su alguacil y escribano, se halla al sacar y llevar el metal.
El metal que no es bueno y lo que se aparta de los metales que tiene algun provecho, se lleva á la casa adonde está el ingenio de moler y lavar, y lo echan dentro.
Despues que está el metal en la casa, entras alemanes que lo quiebran, y apartan lo que no se ha de fundir. Estas tres personas depositarios, dan este metal quebrado á los fundidores por peso, y las guardas lo llevan, y el escribano lo asienta, y les dan asimismo la greta y cendrada.
Todas las planchas que salen de la fundicion marcan las guardas, y las que salen en todo el dia á la noche, y las de la noche á la mañana: toma la razon el escribano y las entrega por peso á los depositarios de los metales, puesto en cada plancha con punzones lo que pesa, y uno de los depositarios tiene libro en el cual asienta este plomo, y el otro compañero firma en el mismo libro.

miércoles, 26 de mayo de 2010

LA FERIA DE GUADITOCA

Viendo a todas horas las imágenes que la televisión nos muestra de miles y miles de personas camino del Rocío, pensamos qué hubiera sucedido, si la feria del santuario de Guaditoca, no se hubiera trasladado a Guadalcanal y hubiera seguido celebrándose en la pascua de Pentecostés.

“… Del incremento que llegó a alcanzar esta feria puede darnos idea el número de mercaderes y tratantes que acudían en busca de lucro y de ganancia al ferial. El cuaderno formado en 1786 (seguimos la descripción que hace Muñoz Torrado, en su libro “Últimos días de la Feria de Guaditoca”) para el ajuste de la cuenta de maravedises que cobró en aquel año la Justicia de la villa, nos da testimonio fehaciente de que allí se vendían desde las vituallas más necesarias para la vista, hasta los objetos más lujosos y superfluos, que podía desear el más refinado gusto. En los Portales, que formaban una gran plaza delante del Santuario, estaban las tiendas de lienzos y sedas, cintas y encajes, sombreros y zapatos, cueros y cordeles de cáñamo, estambres y paños, baratijas y alhajas de oro y plata. En los puestos de las esquinas, y en otros, ya adosados a los muros del Santuario, ya esparcidos por el valle, se vendían vinos, desde los afamados de las bodegas de la Marquesa de la Vega, hasta el mosto de la última vendimia, aguardientes y refrescos, tabacos y turrones, chacinas y abadejo, aceite y vinagre. En mesas y tablas, que arrendaba el Santuario, tenían sus vendejas los jergueros de Sevilla, de Carmona, de Tocina, de Medina de las Torres y de Fuente de los Cantos; los de Montemolín vendían costales, los granadinos pitos, los de Berlanga bayetas, los de Martos cordonería; botones los de Écija y Cabra, frutas los de Palma; sin que faltaran campanillos y cencerros, suelas y horquillas, palas y aperos de labor; herrajes y ferretería, hormas para zapatos, y calzados, paños y estemeñas, espartos, sedas y lienzos; no siendo corto el número de vendedores de garbanzos tostados y alfajores, avellanas y turrones, frutas del tiempo y quesos… y mil y mil cosas más, en que pudieran gastar dinero los peregrinos, ya para proveerse de cera y exvotos que ofrecer al Santuario, ya para llevar a los suyos algún recuerdo de aquellos días que pasaron alegres y contentos en las vegas de Guaditoca.
Pero la parte más principal del ferial era el mercado de ganados.
El sitio reunía para ellos las mejores condiciones, no siendo la menos principal el que por allí pasa la vereda real de carnes y que los pastos son abundantes en las dehesas próximas y excelente el abrevadero del río, que besa los muros del templo por el lado sur.
No faltaría ni el ganado de cerda, ni el vacuno; y concurrían, seguramente, rebaños de ovejas y cabras. De estos ganados no hablan los cuadernos de registros, dedicados solamente a la compraventa de caballerías. Hierros de las más acreditadas cuadras de Andalucía y Extremadura ostentaban caballos, potros y yeguas, mulos y asnos, siendo numerosas las transacciones y viniendo los compradores y vendedores de muy lejanas tierras…”

Para que nos hagamos una idea, esta es la relación de pueblos que concurrían con caballerías para la feria, correspondientes al año 1781:

“… Aillones.- Almendralejo.- Alconera.- Alanje.- Algaba.- Alcolea.- Albuera.- Almendral.- Alconchel.- Alburquerque.- Atalaya.- Azauchal.- Azuaga.- Arroyo de San Servan.- Almadén.- Aroche.- Don Benito.- Valencia del Ventoso.- Valencia de Monbuey.- Valencia de las Torres.- Valverde.- Belalcazar.- Valverde de Burguillos.- Valverde de Mérida.- Valverde de Leganés.- Badajoz.- Barcarrota.- Villanueva de Cárdenas.- Villanueva del Fresno.- Villagonzalo.- Villanueva de la Serena.- Berlanga.- Boonal.- Bienvenida.- Burguillos.- Belmez.- Cazalla (Cartuja de).- Campanario.- Cañamero.- Carmona.- Campillo.- Cañaveral.- Cristina.- Calera.- Calzadilla.- Cantillana.- Castuera.- Cabeza la Vaca.- Cabeza del Buey.- Casas de Reina.- Constantina.- Cazalla.- Cheles.- Córdoba.- Crespa.- Cumbres.- Ecija.- Encinasola.- Esparragosa.- Fuente de Cantos.- Fuentes de León.- Fuenteovejuna.- Fuente Lario.- Fuente del Maestre.- Feria.- Fuente del Arco.- Fregenal.- Guareña.- La Granja.- Hornachos.- Higuera.- Hinojales.- Hinojosa del Valle.- Llerena.- Llera.- Malpartida.- Maguilla.- Medina.- Mairena.- Mérida.- Medellín.- Milmandar.- Magacela.- Miajadas.- Montemolín.- Monasterio.- Montijo.- Morera.- Monterrubio.- Nogales.- Oliva.- Orellana.- Palomas.- Parra.- Peralera.- Pozoblanco.- Puebla de la Reina.- Puebla de Sancho Perez.- Puebla del Prior.- Puebla de la Calzada.- Rematal.- Reina.- Rivera.- Sevilla.- Salvatierra.- Salvaleón.- Santa Marta.- San Pedro de Mérida.- Segura.- Talavera.- Torremocha.- Torremegia.- Trasierra.- Usagre.- Jerez.- Zafra.-Zarza.- Zaínos.- Zalamea.- Jerez de la Frontea…”
En total más de 120 pueblos.

Además en el año 1786, se contabilizaron los puestos que figuran a continuación:

“… Martín Gaza con gerga de Tocina contribuyó con un real, 1.- Manuel de Silia, 1.- Manuel López, 1.- Juan Barrera, 1.- Nicolás Baptista, de Carmona, 1.- Cristobal Daza, de Sevilla, 1.- Juan Daza, de Tocina, 1.- Juan de Santaella, de Sevilla, 1.
Puestos de Costales. Juan Solano, de Montemolín, 0,16.- Pedro Coronado, 0,16.- Juan Ramos, 0,16.- Manuel Rostrollo, 0,16.- Tomás de Cáceres, 0,16.- Alonso Lancharro, 0,16.- Simón Blanco, 0,16.-, Manuel Hoyo, 0,16.- Tadeo Tomillo, 0,16.- Benito Alonso, 0,16.- Ana Leona Vda., 0,16.- Juan Calvo, 0,16.- Patricio Santos, 0,16.- Francisco Rodríguez, 0,16.- María León, Vda. 0,16.- Nicolás Baptista, 1.- Alonso Sánchez, 0,16.
Gerga de Medina.- Cristobal Garcia, 1.- Antonio Bejarano, 1.- Antonio Ramirez, 1.- José Moreno, 1.- Juan Gordón, 1.- José Montaqno, 1.- Simón González, 1.- Esteban Jarano, 1.- Antonio Molina, 1.- Diego Rocha, 1.- María del Rosario, 1.- Alonso Lago, 1.- Pablos Javier, 1.- Juan García Zambrano, 1.- Alonso Cortes, 1.- Tomás Piñero, 1.- Juan Domingo Saavedra, 1.- Domingo Guzmán, 1.- Miguel Amado, 1.- Juan Domingo Saavedra, 1.- Domingo Guzmán, 1.- Miguel Amado, 1.- Juan Delgado, 1.- Manuel Villar, 1.- Francisco Mateo, 1.- Juan Nicolás, 1.
Gerga de Fuente de Cantos.- Ventura Ibarra, 1.- Juan Hurtado, 1.- Nicolás Cruz, 1.- José Verocano, 1.- Francisco Chaves, 1.- Miguel Guerrero, 1.- Vicente María, 0,16.- Catalina Chaparro, 0,16.- María la Gata, 0,16.- Antonio Amado, 0,16.- Manuel Viera, 1.- Francisco Magoílos, 1.- Felipe Carrasco, 1.- Alonso Cabrera, 1.- Manuel Gala, 1.- Ramón Cid, 1.- Juan José Martínez: con campanillas, 0,24.- Ramón Vázquez: con Botas, 0,24.- Juan Gazal: con cencerros, 0,24.- Gabriel Hernández cerrajero, 1.
Esparteros y otros.- Pedro Cabaote, de Valdetosa 0,16.- Francisco González, 0,16.- Antonio Garriano, 0,16.- Bartolomé Segovia, Aguador, 0,16.- Antonio de la Cruz: zapatos, se ausentó, 0.- Francisco Ignacio: suelas, 1.- Mateos Rodriguez: suela, 1.- Pedro Rodriguez: se ausentó sin pagar.- Antonio Melgarejo, el mayor, 0.- Diego de Torres: Horquillas, 1.- Pedro García: palas, 0,16.- Juan López Valverde, 6,26.- José Falcato, 0,16.- José Cordero: losa, 0,26.- Juan Alfaro 0,16.- Pedro Beja, 1.- Guillermo Selva.- Matias Romero, 1.- Luisa Jiménez: puesto de buñuelos, 1.- Los 4 panaderos de la Cruz, 0,35.- Francisco Navarrete: con estrivos, 1.- Antonio Fernández, Bayetero, 1.- Vicente Funes, de la villa de Martos; con cordones, 0,16.- Francisco Alvarez, de Carmona, con higos, 0,12.- Manuel Sánchez, con pasas, 0,8.- Gerónimo Funes, 0,16.- Miguel Rosado con hormas, 0,16.- Juan Baquero, de Granada, con pitos, 0,16.- Juan Moreno, con ferretería, 1.- Juan González, 0,24.- Francisco Mateos, 0,20.- Bernardo Rico, 0,12.- Pedro Frichy, 0,26.- Tomás García, 1.- Manuel González, 1.- Jacinto Ruiz, 1,6.- Ventura Camacho, 1,6.- Antonio Gordillo, 1.- María Rodríguez, 1.- Antonio Salas: con paños estameñas, 1.- Antonio Gordón, 1.- Benito Galán, 1.- Juan Rodríguez, con botones de Ecija, 0.8.- Juan de Siria, 0,54.- Felipe Piñalbeo, de Cabra, 0,16.- Simón Ruiz, de Cazalla, 0,16.- José Pancorbe, con pitos, 0,16.- Tomás Pérez, de la Granja, 0,26.- Diego Rodríguez, de Córdoba, 0,26.- Manuel Gómez, 0,24.- Juan de Luque, 0,16.- Juan Marques, 0,16.- Jacinto Ruiz, 0,20.- Simón Luches, 0,16.- Juan Carballo; con garbanzos, 0,16.- Bernardo de Cáceres, con sombreros, 2.- José González, 2.- Antonio Cordero, con herraje, 0,20.- Damián Galban, 0,16.- Diego Galban, 0,16.- Bartolomé Díaz, de Zafra, 0,16.
Fruta de Palma.- Manuel Montero, 0,16.- Francisco Rodríguez, 0,16.- Francisco Díaz, 0,16.- Antonio Fuentes, 0,16.- Francisco del Hierro, 0,16.- Antonio Nieto, 0,16.- Sebastián Quijano, 0,16.- Antonio García, 0,16.- Pedro Caro, de la Campana, 0,16.- Pedro Romero, 0,16.- Juan Almenara, 0,16.- Miguel Rodríguez, 0,16.- Pedro León, 0,16.- Francisco Sierra, 0,16.- Antonio Ruiz, 0,16.- José Ruiz, 0,16.- Antonio Chaves, Guerguero de Fuentes de Cantos, 1.- Juan Cabrera, con zapatos de vaca, 1.- Pedro Rodríguez, 1.- Antonio Melgarejo, 1.- Blas García, con cencerros, 1.- Santiago Carvajal, de Cantillana, 0,24.
Cuyas partidas (salvo error de pluma) ascienden a ciento cuarenta y siete reales con veintiocho mrs. vellón las mismas que cobré yo el infrascrito auxiliado por los ministros ordinarios Manuel Giles y Antonio Trigueros, en virtud de mandato del Sr. Corregidor de la Villa de Guadalcanal en cuya jurisdicción se celebra dicha feria = Y en continuación del mismo mandato averigue el producto de Portales, casillas, mesas y tablas que ha percibido el administrador de dicho Santuario D. Juan Pedro de Ortega que por partidas y los sujetos que las han pagado son de esta forma.
Portal de lienzos, paños, sedas.- Miguel Rapel y Gabriel Alonso por su portal y puesto treinta reales, 30.- Juan Calleja, 30.- Francisco Navarro, 30.- Manuel del Castillo, 30.- Juan Antonio Gonzales, 30.- Miguel Yustran, 30.- Francisco Perez, 30.- Francisco Redondo, 30.- José Veas, 30.- José Cordo, 30.- Juan Fernández, 30.
Portales de tiendas de cintas, encages.- Juan Bonet por su portal y puesto, 20.- Antonio Espejo, 30.- Manuel Cuenca por su puesto y portal, 30.- Florencio de Burgos, 30.- Juan Prieto, 31.- Manuel Hidalgo, 30.- Antonio Martinez, 30.- Pedro Veas, 30.- Basilio Perez, 30.- Cristobal Durán, 30.
Portales para sombreros, suela y otros efectos.- Germudio Muñoz por su portal o cobertizo, 12.- Vicente Millán, 12.- Juan Gómez, 12.- Mencia Gómez, 12.- Luis Rodríguez, 12.- José Millán, 12.- Ignacio Calizando, 12.- Francisco Bravo, 12.- Pedro Perez, 12.- José García, 12.- Manuel Carmona, 12.- Juan Pedraza, 12.- Antono de Salas, 12.- Justo Navarro, 12.- Bartolomé Polo, 12.
Portal de zapatería.- Antonio León, por su portal o cobertizo, 12.- José Jimenez, 12.- Juan Navarro, 12.- Pedro García, 12.- José Hidalgo, 12.- Felix Reluz, 12.- Jerónimo Fidel, 12.- Gabriel González, 12.- Bernardo Romero, 12.- Pedro Cabrera, 12.- Francisco Alvarez, 12.- Juan Quijano, 12.- José Rubio, 12.- José Pérez, 12.
Portales de Cordonería de cáñamo y estambre.- Juan de Silva pagó por el suyo, 20.- Antonio Moreno, 15.- Gabriel de Vega, 15.- Pedro Arrenuevo, 15.- Manuel de Priego, 15.- Manuel del Real, 15.- Juan Castellano, 15.- Francisco Castellano, 15.- Francisco Santaella, 15.- Otros puestos del mismo, 15.- Felipe Priego, 15.- Antonio de Varo, 15.- Manuel García, 15.
Platerías. Don Miguel Ponce, por su puesto y portal, 24. Juan de León, 24. Antonio González, 24.- Pedro González, 24. Luis de Roa, por su puesto, 10.
Cordonerías de los portales de la Iglesia,. Francisco Ortiz, 30.- Manuel Sucea, 30.
Puestos de esquinas y paredes.- Miguel Muñoz, Talabartero, 8.- Rafael Pondellanos, platero, 4.- José Rodríguez, platero, 6.
Casas y otros puestos. La casa del Alcabalero Ramón Ferro, pagó cincuenta reales y es la nombrada del Mayordomo, 50.- La del puesto de vino y aguardiente, de Pedro Polonio, 80.- La de José García Escueta, 60.- La que llaman de los Turrones y sirvió para lo mismo que administro Juan Silvestre, 60.- El portal o puesto para el mismo que administró María Marchena, 40.- El portal donde se vende el tabaco, 22.- La de la carnecería, 12.- Pedro Sánchez Pendencias, por el suyo de vendeja de aceite hecho por él mismo de Monte contra un portal, 3.- El que puso también de monte, contra las paredes de otro portal para venta de vino como cosechera la Marquesa Viuda de la Vega, 2.- Manuel Garcilope por otro tal para la venta de vino y aguardiente por menor, 6.- La viuda de Andrés de la Mula por otro puesto de vendeja, 4.- De 28 mesas para turroneros, confiteros y otros puestos que les sirvió dicho Administrador, les cobró por cada una cuatro reales que juntos componen 112.- De sesenta y dos tablas, con que también contribuyó para diferentes puestos de los ya citados el dicho Admor. cobró por todas a razón de real y medio unas con otras, 108.
Mas puestos contra paredes y portales. José Cabello, de Cordoba, con guitarritas, 3,17.- Juan de Brito por lo mismo, 4.- Francisco Falcón, cordonero, de Constantina, 4.- Marcos Torria, de Hinojosa, 1.- Antonio Jurado, 1,17.- Manuel Cerezo, 1,17.- Antonio Viñero, con hechuras de barro, Id. De Llerena, 1,17.- Juan Muñoz, con canillas y estribos, 1,17.- Total 989,17.
De forma que estas partidas cobradas por dicho Admor. suman un mil novecientos ochenta y nueve reales con y diez y siete mrs. vellón (salvo error) y para que así conste foro el presente que firmo = Junio 6 de mil setecientos –ochenta y seis…”

Esto nos puede dar una idea de los miles de visitantes que durante los tres días de la feria de Pentecostés, pasaban por el Santuario. Por una serie de litigios entre el Patrono y el Corregidor Salcedo, la feria se trasladó a Guadalcanal en el año 1792, iniciándose en esa fecha, la tradicional romería que ahora conocemos.

martes, 25 de mayo de 2010

LAS MINAS DE PLATA DE GUADALCANAL - 196


Continuación del libro editado por Miguel del Burgos en el año 1831, NOTICIA HISTÓRICA DOCUMENTADA DE LAS CÉLEBRES MINAS DE GUADALCANAL. Tomo I

(Se mantiene la ortografía de la época)

RESOLUCION. “Que está muy bien.”

Nuestro Señor la sacra católica real persona de V.M. guarde, con acrecentamiento de mayores reinos y señoríos, como sus criados deseamos. En Guaalcanal á cuatro de hebrero de mil quinientos cincuenta y ocho años.- Humil criado de V.M. que su Reales pies y manos besa.- D. Francisco de Mendoza.

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La orden de que se hace mérito en la carta anterior es del tenor siguiente.

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La órden que al presente se tiene en las minas de Guadalcanal

Contadurías generales, núm. 3072

Hay una persona que asienta toda la gente que sirve en las minas, y hace las nóminas de todos ellos, y lo que gana cada uno, y los dias que sirven, y faltas que hacen,
Hay uno que coge toda la gente, asi plomeros como los que andan en los tornos, y todas las otras personas que son menester para la fábrica, y este dice al que hace las copias los asiente, y tiene cuidado de ver si trabajan, y de ver si los herreros dan buen recabdo, y decir á la persona que asienta las falta que hacen las personas que trabajan, y el domingo en la tarde coger toda la que es menester, y en presencia del administrador y del juez si se halla desembarazado, hacer muestra della, y queda asentada para toda la semana por la dicha persona que lo tiene á su cargo, la ordinaria por sí, y la extraordinaria en otra copia aparte, y los que se asientan para trabajar de dia, no se asientan para trabajar de noche, sopena de pagar el qu elos asentare los jornales, y esta copia firman entrambos á dos, y la juran que es cierta y verdadera y sin enganño, y hállase presente á la paga el que coge la gente.
Hay tres guardas de pozos: estos toman la razon de la gente que ha de entrar en cada pozo, asi de noche como de dia, y los ven entrar, y al salir los catan para que no saquen ningud metal escondido. Estas guardas velan por sus tercios toda la noche.
En cada pozo se pone la gente que es menester, segund lo que las personas que lo tienen á cargo lo dicen.
Con la gente que entran en los pozos de donde se saca metal, van cuadrilleros que son buenos plomeros, y están viendo lo que hacen siempre, y cuando falta á los trabajadores herramientas, estos salen por ellas, y les dan todo recabdo,y estos dan aviso de cómo va la vena, para que entren personas mas pláticas á verda, y avisen si es menester ademar.
En cada uno de los pozos de que se saca metal, hay hecho una casilla de tapias y tejado, con puerta y cerradura, y en seyendo de noche que entran los plomeros que los caben, cierran la puerta con llave, y si tienen necesiad de pedir alguna cosa, llaman á una campanilla, y la guarda que vela acude á ver qué es lo que quieren, y se lo da.
Hay persona que tiene cargo de ver todos los pozos, y mirar si va bien labrada la vena, y la siguen bien, ó si se aparta algun ramal, é si vá bien ademada, é mide los destajos que se dan á los plomeros en los pozos que no se saca metal.
Hay cuatro carpinteros que andan ademando los pozos.
Hay otro carpintero que tiene cargo de aderezas los ingenios de las fundiciones y los fuelles.
Hay una casa de metales adonde se echa lo que sale de los pozos, distinta y apartadamente cada género de metal por sí. Hay aposento apartado donde se guarda el plomo plata que sale de las fundiciones y la pasta del cobrizo, y el plomo pobre que se trae de Sevilla. Hay otro aposento donde se pone la greta, cendrada y escarzones. Desta casa tienen cargo tres personas de buen recabdo, y el uno dellos es escribano, y tienen tres llaves destas puertas de los aposentos donde estan todas estas cosas.
Mas adelante hay otra casa larga adonde hay ocho hornos de fundiciones. Los cuatros funden una semana, y los otros cuatro otra. Destos hornos los dos andan con fuelles con ingenios de acémilas, y los otros dos á mano. Para ellos hay cuatro guardas que andan por sus cuartos. Estos tienen cargo de dar todo recabdo á los fundidores que son menester con su gente, y se les dá el recabdo de escorias, y las otras mezclas que convienen; y los fundidores principales han de tener personas fieles, y que sepan y entiendan las fundiciones, y no pueden poner persona nueva sin licencia del veedor.
Hay mas adelante en la misma casa un molino que trae una acémila, donde se hace la carbonilla para todos estos hornos.
Hay otra casa adonde se ponen los metales ruines que no se benefician luego por ser de mucha costa, y se muelen y lavan en un ingenio que está hecho para ello que trae una acémila.
Hay otra casa donde hay doce bruitrones, y en ellos se afina el plomo planta. Andan seis un dia, y otros seis otro: los cuatro de plomo plata, y los dos de plomo pobre para hacer greta. Hay dos guardas destos buitrones, que están con los afinadores desde que echa el plomo en los buitrones hasta que sacan la plata. Esta casa está con dos llaves que tienen las dichas guardas.
Hay la casa principal donde están los oficiales, y el aposento del tesorero adonde están las cajas de la plata, cada una con tres llaves.
Hay un ensayador que toma del plomo que está derretido en cada buitron un poco, y lo ensaya para que se sepa si el afinador acude con la plata conforme al ensaye; y los pedacillos de plomo plata que quedan en su poder, los da á los oficiales para que se afine al cabo del año, porque esto está en su poder para que, si hobiere alguna dubda, se torne á ensayar.
Hay tres herreros que aderezan las herramientas de toda esta fábrica, y hacen otras de nuevo.
Hay una persona que asienta la madera, cernada, teja y ladrillo, y las cargas de leña y cepa, y las mira si son como está concertado, y del peso y tamaño, y hay peso para ello, y pesa el carbon, y asienta lo que traen, y este da al carbonero ó leñador cédula, y otra persona que el administrador tiene nombrada vé lo que asi se trae, y firma juntamente con la otra persona que lo tiene á cargo, y con este recabdo se hace la libranza.

lunes, 24 de mayo de 2010

LOS COMENDADORES DE GUADALCANAL - 3 DE 3


Luis Salazar y Castro
Introducción y notas de

José María Álvarez Blanco
Fotog. Ignacio Gómez


X - DON VALERIANO SFRONDATO, Conde de la Rivera del Lago de Como, fue Merino de Felipe IV, Gentilhombre de la Cá­mara del Cardenal Infante, su hermano, y Comisario General de Milán. Sucedió a su padre en la Encomienda de Guadalcanal, por-que el año de 1621 la renunció en manos de Su Majestad, y por gracia suya la tuvo su hijo, como parece por el título que se des­pachó en Madrid, a 28 de agosto de aquel año, firmado de Fe­lipe IV, refrendado de Alonso Núñez de Valdivia y Mendoza, su Secretario, y firmado, también, del Marqués de Caracena, Pre­sidente; Don Juan Serrano Zapata, Don Luis de Villavicencio v Doctor Don Pedro de Guzmán, Consejeros de las Ordenes. Está dirigido al Licenciado Juan de Avalos Altamirano, Capellán de Su Majestad, freile de la Orden, y dice: «Sabed que la Enco­mienda de Guadalcanal, que es de la dicha Orden, está al pre­sente vaca por dejación que de ella en mis manos hizo Don Hér­cules Sfrondato, Caballero de la dicha Orden, Duque de Monte­marchano, último Comendador que fue de ella, y a mí, como Ad­ministrador susodicho, pertenece nombrar persona del hábito de la dicha Orden qué sea proveído de la dicha Encomienda. Por ende, acatando los muchos y buenos servicios que Don Valeriano Sfrondato, su hijo, Caballero profeso de la dicha Orden ha hecho a mí y a ella y espero que hará de aquí adelante y a sus méritos y costumbres, por esta mi carta le nombro para que sea proveído de la dicha Encomienda, etc.»
En el viaje del Cardenal Infante Don Fernando a Flandes le sirvió mucho el Conde de la Rivera, como se lee en el libro de' Don Diego de Ahedo, y finalmente pasó de esta vida en 15 de septiembre de 1645. Y Su Majestad, en Zaragoza, a 9 de septiembre del año siguiente, dio título de Administrador de esta Enco­mienda a Don Rodrigo de Ayala, Caballero de la Orden.
Casó con Doña Paula Camila Marliano Sfrondato.


XI - DON HERCULES SFRON DATO, Conde de la Rivera, Caba­llero novicio de la Orden, sucedió al Conde Don Valeriano, su pa­dre, en el goce de la Encomienda de Guadalcanal, porque Fe­lipe IV le hizo merced de ella, y por no tener más que once años el de 1646 dispensó el Pontífice Inocencio X para que, sin ha­cer la profesión, pudiese gozarla. En virtud de esto se le des­pachó por el Consejo de las Ordenes título de Administrador, con goce de frutos, en Madrid, a 13 de febrero de 1649, firmado de Felipe IV, refrendado de Gregorio de Tapia, su Secretario, y firmado de Don Diego Rodríguez Valtodano, Don Francisco de Borja y Aragón, Don Pedro de Alarcón de Ocón y Don Antonio de Benavides, todos del Consejo de Ordenes. En virtud de este título y de poder que en 8 de marzo del mismo año dió Doña Paula Camila Marliano, Condesa de la Rivera, madre y tutora del Conde Don Hércules, se tomó por su parte posesión de la Encomienda. Y estando en ella le puso pleito en el Consejo de las Ordenes Don Gaspar Juan Alonso Pérez de Guzmán el Bueno, Conde de Niebla, diciendo que Su Majestad, en Cédula secreta de 20 de agosto de 1629, hizo merced a su abuelo, Don Manuel Alonso. Pérez de Guzmán el Bueno, Duque de Medina Sidonia, por sus servicios y por una leva que ofreció y cumplió de dos mil Infantes de la futura sucesión de una de tres Encomiendas: la de Guadalcanal, en Santiago; la del Viso, en Calatrava, y la de Cabeza de Buey, en Alcántara, la primera que de ellas vacase, y con que los años que tardase en entrar a gozarla los tuviese de supervivencia. Y que por otra Cédula de 8 de agosto de 1637, habiendo fallecido el Duque sin gozar alguna de las tres Encomiendas, hizo Su Majestad merced al Conde de Niebla, su nieto, de la futura de una de ellas. Y en otra Cédula del mismo día quiso Su Majestad que el Duque Don Manuel Alonso, y sus he­rederos en su nombre, tuviesen de supervivencia en la Enco­mienda en que el Conde entrase los mismos años que había desde el de 1628 hasta el de 1636, en que falleció a 20 de marzo. Y que siendo esto así no podía el Conde de la Rivera gozar de la Enco­mienda de Guadalcanal, supuesto que por el fallecimiento del Conde, su padre, tuvo lugar la merced hecha al de Niebla. El Conde de la Rivera opuso a esto el título que se le había despa­chado, y el Consejo de las Ordenes, por sentencia de 22 de octu­bre de 1654, declaró pertenecer la propiedad de esta Encomienda al Conde de Niebla y condenó al de la Rivera a que se la dejase libre y le restituyese todos los frutos que de ella habían proce­dido durante la litis contextation. De esto se le dio ejecutoria al Conde de Niebla, y habiendo apelado el de la Rivera, después él y en su nombre el Capitán Don Ambrosio Monti, se convino con el Conde de Niebla, y por escritura otorgada en Madrid, a 23 de febrero de 1661, ante Francisco Jacinto Vélez, Secretario del número, se apartó y desistió de la apelación y pleito y de otra cualquier pretensión que tenía a la Encomienda de Guadalcanal y renunció su derecho en el Conde de Niebla, consintiendo se le despachase título de ella, y el Conde le remitió y perdonó los frutos que había percibido. Lo cual aprobó el Consejo, y que­dó así esta Encomienda para el Conde de Niebla.

XII - DON GASPAR JUAN ALONSO PEREZ DE GUZMÁN (EL BUENO)(7), décimo Duque de Medina Sidonia, Comendador de Niebla, Marqués de Caraza, fue Comendador de Guadalcanal en la forma que nos dijo el párrafo antecedente, y porque el pleito se determinó sin haber tomado el hábito de la Orden, Felipe IV en Aranjuez, a 4 de mayo de 1655, dio título de Administrador de esta Encomienda a Don Francisco Ramírez de la Trapera, Caballero de la Orden. Y después en Madrid, a 4 de abril de 1662, le dio Su Majestad título de Comendador, que está refrendado de Don Alonso Fernández de Lorca y firmado del Conde de Alba, Marqués de Tavara, Don Antonio de Riaño y Salamanca, Don Lope de los Ríos y Guzmán y Don Gabriel de Chaves y Sotoma­yor, Presidente y Consejeros de las Ordenes. En este título y en el de Administrador para Don Francisco Ramírez de la Trapera, se hace relación del pleito que el Duque (entonces Conde de Niebla) siguió contra el Conde de la Rivera, y también se hace muy larga en otro título que, por su muerte, se dio en 25 de febrero de 1669 a los testamentarios y herederos del Duque Don Manuel Alonso, su abuelo, para que se les acudiese con los frutos de esta Encomienda todo el tiempo que Felipe IV le había con-cedido de supervivencia en ella, que eran seis años y siete me­ses para expenderlos en pagar sus deudas y cumplir sus dispo­siciones testamentarias.
Falleció el Duque Don Gaspar Juan de un accidente repen­tino en Sevilla, a 8 de febrero de 1667, sin tener hijos, aunque estaba casado con Doña Antonia de Haro y Guzmán.


XIII - DON FRANCISCO FERNÁNDEZ DE LA CUEVA, Duque de Alburquerque, Conde de Ledesma y de la Torre, Marqués de Cuéllar y de Cadereyta, Caballero y Trece de Santiago, Virrey y Capitán General de Sicilia y de Nueva España, de los Consejos de Estado y Guerra y Mayordomo Mayor del Rey, fue Adminis­trador, con goce de frutos, de la Encomienda de Guadalcanal, por título del Rey nuestro Señor dado en Madrid, a 29 de octu­bre de 1675, firmado de la Reina su madre, Gobernadora, refren­dado de Don Isidro de Ángulo y Velasco, su Secretario, y fir­mado también del Condestable Don Fernando Queipo de Llano y Valdés, Don Luis de Salcedo y Arbizu y Don Jerónimo de Vi­llanayor, Presidente y del Consejo de las Ordenes. Las primeras palabras de este título declaran el motivo de la merced, pues dice: «Por cuanto el Rey mi Señor (que Santa Gloria haya) hizo merced a Don Francisco de la Cueva, Duque de Alburquerque, en atención al servicio grande que hizo en ir sirviendo a la Sere­nísima Señora Emperatriz, mi hermana, cuando pasó a Alema­nia, y a los muchos gastos que se le habían ofrecido en aquella jornada de diez mil ducados de renta en las Encomiendas que estuvieron vacas o más próximas a vacar, o situándosele en parte fija y segura. Y por una mi Cédula de 20 de noviembre del año pasado de 1668 tuve por bien de confirmar la dicha merced man­dando tuviese efecto luego que vacase cualquiera Encomienda que pudiese proveerse por no haber sobre ella supervivencia o sutura. Para cuya ejecución le hice merced de las Encomiendas de Guadalcanal, en la Orden de Santiago; la del Tesoro, la de Jimena y heredamiento de Recena; la de Morotalaz y la de Ba­llesteros, en la de Calatrava, y en la de Alcántara la de los Hor­nos, etc.» Para todo esto dispensó el Sumo Pontífice Alejan­dro VII, en 2 de marzo de 1666, como parece por su Breve que está copiado en el título, y habiendo también Su Santidad dado al Duque los honores de profeso; fue Trece de la Orden y gozó ésta y las otras Encomiendas hasta el viernes 27 de marzo de 1676, en que murió en palacio sirviendo al puesto de Mayordomo Mayor.
Llevaba el Duque sin estas Encomiendas los frutos de la de Castellano, en Calatrava, y las de Benyafan, en la de Alcántara. y en todas le concedió la Reina madre gobernadora doce años de supervivencia, lo cual aprobó el Pontífice Clemente X en 17 de octubre de 1675, y para esto se dio despacho a la Duquesa Doña Juana Francisca Díez de Aux y Armendáriz, Marquesa de Cadc­recta, Condesa de la Torre, su viuda y testamentaria en Madrid, a de 3 de septiembre de 1676, firmado del Rey, refrendado de Don Francisco de la Maza y Prada, su Secretario, y firmado también del Duque Conde Marqués, que es el Duque de Osuna, Presidente, y de Don Fernando Queipo de Llano y Valdés. Don Jerónimo Miguel Ramos del Manzano y Don Jerónimo de Villamayor, del Consejo de Ordenes. Y el mismo día se despachó título de Administrador de esta Encomienda a Don Antonio de Ubilla, Caballero de la Orden.
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Notas

(7) No se debe confundir con Alonso Pérez de Guzmán o Guzmán el Bueno (
León, 1256Gaucín, 1309), Primer Señor de Sanlúcar de Barrameda, que se considera el fundador de la Casa de Medina-Sidonia, pues, aunque nunca ostentó el título de Duque de Medina-Sidonia, fue él quien puso las bases sobre las cuales se asentaría a lo largo de los siglos dicha casa nobiliaria. En 1294, el rey Sancho IV recurrió a Guzmán para la defensa de Tarifa, plaza amenazada por el infante don Juan, tío del monarca, con la ayuda de los meriníes y nazaritas. Allí ocurrió la célebre defensa heroica de Tarifa, con la muerte del inocente hijo de Guzmán convertida en leyenda (Datos tomados de Wikipedia).

domingo, 23 de mayo de 2010

LAS MINAS DE PLATA DE GUADALCANAL - 195


Continuación del libro editado por Miguel del Burgos en el año 1831, NOTICIA HISTÓRICA DOCUMENTADA DE LAS CÉLEBRES MINAS DE GUADALCANAL. Tomo I

(Se mantiene la ortografía de la época)

RESOLUCION. “Que pues no le parece se debe hacer hospital, es bien acrescentar aposentos en casa del físico en la cantidad de los ciento cincuenta ducados, é algo mas si fuere menester, y que á él se le acresciente salario, ó se le dé ayuda de costa, como le pareciere, pues usa de todos los oficios, é que lo demas de medicinas, é dietas, é otras cosas, se provea bien, de manera que los enfermos sean bien asistidos.”

La cédula para que se den cien duados de limosna al monasterio de san Francisco deste lugar, rescebí: es muy bien empleada en estos frailes, que es buena gente.
La merced que vuestra merced ha hecho al contador Gaspar de Avila, merece muy bien: su enfermedad le ha cargado mucho, de manera que no sirve no está para ello.
Dice V.M. que le parece bien que los que hicieren algunas invenciones que sean provechosas, que no usen dellas otras personas sin que les den provecho; pero que vayan á la corte para se haga y asienten lo que trataren. Paréceme que no les será mucho provecho en ir y venir y negociar, y que no se darán á servir en esto.

RESOLUCIÓN. “Que los que en esto hobieren de entender pueden venir con su parescer á despachar las cédulas que se suelen dar, é se terná cuidado que no sean detenidos.”

Manda V.M. que le avise del salario que lleva Pedro de Andujar, depositario desta fábrica: el que agora gana es ocho reales.

RESOLUCIÓN. “Que envíe á decir si se le debe dar ayudas de costa, é cuanto.”

A Sevilla se han llevado cuatro mil y novecientos y cuarenta marcos de plata á trece de este mes de enero; y á treinta del mismo van otros cuatro mil y novecientos y veinte y dos marcos. El pozo de la Traviesa da razonable metal: el Rico habia comenzado á hacerlo, y se torna á perder. Tiénese cuidado de ahondarle.
RESOLUCION. “Que está bien todo, é que avise á cómo acuden los pozos que de nuevo van abriendo.”

A seis deste mes de enero rescibi la instrucción que V.M. me mandó dar para lo que tengo de hacer tocante á mi cargo, y asimismo las ordenanzas que V.M. ha mandado hacer para las minas.
El primer capitulo de mi instrucción es que haga guardar las ordenanzas de las minas; y aunque estan buenas, como la fábrica se ha mudado, y el beneficio de los metales, y por los edificios que se han hecho parece que en algunas cosas hay dificultad y mucha dilacion si se cumpliesen, y teniendo el negocio presente, se entiende que se deberian de mudar, he hecho sacar las que en la fábrica estaban y se guardan al presente; por las que V.M. envia se ha hecho la relacion que va con ésta, para que, si fuese servido mandarme dar ordenanzas, sean las que convienen al buen recaudo y expediente de los metales y minas, y asi se harán al propósito de cualquiera fábrica que se asentare. V.M. será servido de mandarla ver, y proveer lo que sea mas á su servicio; y hasta entonces guardarse ha lo que mas convenga al buen recado y expediente desta fábrica con todo el mayor cuidado que yo pudiere; y al presente, que yo entienda, no hay falta, y va bien encaminada esta hacienda.

RESOLUCION. “Que este relacion que envía sobre la orden que se tiene en la fábrica ha parecido muy bien, y se debe guardar; é que della se envía un traslado firmado del licenciando Montalbán, y acá queda la original sentada en los libros de la razon; y si paresciere que adelante se debe añadir ó quitar algo, avise dello”

La comision que v.M. me mandó dar de administrador general de las minas, dice: que pueda librar para los gastos y salarios cualesquier cuantías de maravedís en el tesorero desta fábrica, ó de otras; y en el capítulo doce de mi instrucción manda V.M. que, estando yo ausente, firme las libranzas uno de los tres oficiales del contador, tesorero, ó veedor, cual yo nombrare. En esto parece que hay inconveniente; porque el veedor manda V.M. que firme las copias, juntamente con el que coge la gente, y que firme la paga que se hace, y tiene otras cosas en que entender, de manera que sería ocupacion demasiada la que se le daba. El tesorero es pagador, el contador toma la razon y señala todas las libranzas que se han de dar; asi que ninguno dellos parece que conviene que firme.

RESOLUCION. “Cédula para esto, encargándole mucho que mire que la persona á quien diere esta facultad sea de mucha confianza, porque si hobiere alguna falta se le ha de imputar, especialmente en las ausencia que hiciere, pues no puede estar en todo.”

El firmar estas libranzas está muy bien que lo haga la persona que estuviere aquí en mi lugar, y conviene darle esta autoridad, porque ha de ser persona á quien han de tener respeto, y no hay inconveniente en ello, pues las nóminas han de ser hechas por las personas que lo tienen á cargo, que son el que hace las copias de gente que trabaja, y por la ganancia, y lo que otros dan al respeto; y puesto nombre á estos terreros, aunque salgan horras costas con razonable provecho, es bien que lo ganes, porque mucho mas aventajan el no hacerlo á jornal.

RESOLUCION. “Que es bien que se beneficien por quitar la carga de sobre los pozos, é para conseguir el provecho que dello se puede sacar, mirando que pues algunos han sido de metal muy rico, que los partidos sean conforme á la cualidad y cuantidad, y haciendo primero pruebas y ensayes dellos para que no se resciba engaño; y que el memorial que envía de la orden que se debe tener está bien, pues le parece que no conviente hacerse á jornal; y deste memorial se le envía un traslado firado del licenciado, y el que envió queda sentado en los libros de la razon; y porque soy informado que hay algunas tapias que se dice que se han fecho destos terrenos en que hay metal rico, que se vea si será bien deshacellas y beneficiallas, é tornarlas á hacer de otra tierra.”

Las tierras mas principales y cosas que parece que tienen provecho conocido se ponen en una casa que hice hacer para beneficiarlo con el ingenio de moler y lavar; y con esto y labrar los terrenos, se hace el postrer beneficio que tiene lo que sales de las minas; y asi es mi intento de dar orden que no queda nada atrás olvidado, sino que se aproveche todo, que en hacienda gruesa es mucho.

sábado, 22 de mayo de 2010

LOS COMENDADORES DE GUADALCANAL - 2 DE 3


Luis Salazar y Castro
Introducción y notas de
José María Álvarez Blanco
Fotog. Ignacio Gómez

VI - OCTAVIO GONZAGA, Caballero de la Orden, Capitán Gene­ral de la Caballería Ligera de Flandes y después de la de Milán, fue Comendador de Guadalcanal por muerte de Don Rodrigo Ma­nuel, como parece por el título que se le dio en Lisboa a 13 de julio de 1582, firmado de Felipe II, refrendado de Mateo Vázquez, su Secretario, y firmado también del Conde de Barajas, Presi­dente, y los Licenciados Santoyo de Molina y Francisco de Al­bornoz, Consejeros de Ordenes. Habla de este Caballero Diego de la Mota en su «Catálogo», página 302, aunque sin saber la Encomienda que tuvo, pues dice: «Octavio Gonzaga hallose en muchas ocasiones de guerra, como, fue en la Naval y del Consejo de Guerra de ella y peleó en la Capitana, cerca de la persona del Señor Don Juan. Fue después Capitán General de la Caballería Ligera de Flandes y después General de la Caballería de Milán, donde murió. Comendador de ….. «Gozó muy poco de esta Encomienda, porque el año 1583 ya había fallecido, cuando Fe­lipe II, en 31 de mayo, dio título de Administrador de ella a Don Pedro Portocarrero, Caballero de la Orden.
Era Octavio Gonzaga hijo de Don Fernando Gonzaga, Duque de Guastala y Ariano, Príncipe de Molfeta, Virrey de Sicilia, Gobernador de Milán, del Consejo de Estado de Carlos V y Feli­pe II, y de Doña Isabel de Capua, su mujer, Duquesa de Fermoli y Princesa de Molfeta, hija de Fernando de Capua, Duque de Fermoli y Príncipe de Molfeta, y de …. Don Fernando Gon­zaga fue hermano de Federico II, primer Duque de Mantua, am­bos hijos de Francisco, primer Marqués de Mantua, Conde de Gonzaga, y de Isabel de Este, su mujer, cuyos padres fueron Hércules, primer Duque de Ferrara, de Módena y Regio, y de Doña Leonor de Aragón, Infanta de Nápoles, hija del Rey Don Fernando I de Nápoles.
Casó Octavio, nuestro Comendador, dos veces: la primera, con Isabel de Corregio, hija de Manfredo, Conde de Corregio, y la segunda, con Cecilia de Médicis, hija de Augusto, Marqués de Melegnano y de Bárbara del Maino. De esta segunda unión na­ció Juan Octavio Gonzaga, y de la primera Fernando Gonzaga, cuya sucesión no sabemos; y Hércules, que se llamó Marqués de Mantua y Conde de Gonzaga, casó con Francisca Guerreria, como escribe Retersusio, y fue hijo de ambos Octavio Gonzaga, que el año 1617 murió en el sitio de Verceli.


VII - DON JUAN ZAPATA DE MENDOZA, primogénito de Don Francisco, primer Conde de Barajas, Presidente de Órdenes y de Castilla, sucedió a Octavio Gonzaga en la Encomienda de Gua­dalcanal, de que Felipe II le dio título en El Pardo, a 24 de oc­tubre de 1584, refrendado de Mateo Vázquez y firmado de Don Iñigo de Cárdenas Zapata, Santoyo de Molina, Francisco de Al­bornoz y Don Diego López de Ayala. Está dirigido al Docto-Aponte de Quiñones, Capellán de Su Majestad, para que le diese la profesión, y dice Su Majestad que le da la Encomienda «Aca­tando los muchos y buenos servicios que Don Juan Zapata, Ca­ballero profeso de la dicha' Orden, hijo de Don Francisco Zapata de Cisneros, Conde de Barajas, Comendador de la Encomienda de Montealegre y Presidente del nuestro Consejo, ha hecho a nos y a la dicha Orden, etc.» Durole poco a este Caballero el be­neficio, porque el año siguiente, 1585, perdió la vida sin tener sucesión, aunque fue casado con Doña María Carrillo de Albor­noz, hermana de Doña Luisa de Cárdenas y Zúñiga Carrillo de Albornoz, Señora de Colmenar, Torralva, Beteta, Villoria y Hué­lamo, que por sus tres matrimonios fue .Duquesa de Francavila, Condesa de Aguilar y Marquesa de Este, ambas hijas de Don Bernardino de Cárdenas, Señor de Colmenar, Alcalde Mayor de los Hijosdalgos de Castilla, y de Doña Inés de Zúñiga, su mujer. Señora de Villoria y Huélamo, como lo escribimos en el libro XI, tomo 2.°, página ….., de la «Historia de la Casa de Silva».

VIII - DON FRANCISCO ZAPATA DE CISNEROS, primer Conde de Barajas, Señor de las villas de la Alameda, Torrejoncillo y Rejas, que fue Corregidor de Córdoba, Asistente y Capitán Ge­neral de Sevilla, Mayordomo Mayor de la Reina Doña Ana, mu­jer de Felipe II, Ayo y Mayordomo Mayor de los Príncipes, sus hijos, Presidente de los Consejos de Ordenes y Real de Castilla de los Consejos de Estado y Guerra y Comendador de Montealegre y Trece de Santiago, quiso Su Majestad que sucediese a su hijo en la Encomienda de Guadalcanal, pasando la de Montealegre a su hijo Don Diego Zapata, que después fue segundo Conde de Barajas. El título de esta Encomienda se hizo en Mon­zón, a 30 de noviembre de 1585, refrendado de Mateo Vázquez de Lecca y firmado de los Licenciados Santoyo de Molina, Fran­cisco de Albornoz, Don Diego López de Ayala y Licenciado Bo­nifaz, todos del Consejo de Ordenes. Manda Su Majestad al Doc­tor. Luzón, religioso de la Orden, su Capellán, que hiciese colación de ella al Conde a quien dice hace merced de ella «Acatando los muchos y buenos servicios que Don Francisco Zapata de Cisneros, Conde de Bonifaz, Comendador que ha sido de. la En­comienda de Montealegre, del nuestro Consejo de Estado y Pre­sidente del nuestro Consejo Real, su padre (ha nombrado a Don Juan Zapata, último Comendador), ha hecho a nos y a la dicha Orden y esperamos que hará de aquí adelante». Continuó el Conde, sus servicios, en los empleos que le dejamos referidos hasta el año de 1591, en que falleció, y Su Majestad, por título de 28 de septiembre del mismo año, hizo Administrador de esta Encomienda a Don Jerónimo de Montalvo, Comendador de Reina.

IX - HÉRCULES SFRONDATO, Duque de Montemarchano, Conde de la Rivera del Lago de Como y de Ripano, Barón de Val­sasino, Señor de las Escuadras y del Monte Ynstrose, General de las Armas de la Iglesia, fue Comendador de Guadalcanal por merced de Felipe II, hecha en gracia del Pontífice Gregorio XIV, su tío, y de ella se le dio título en San Lorenzo, a 23 de octubre de 1583, refrendado de Francisco González de Heredia y firmado de Don Diego López de Ayala, Licenciado Bonifaz, Don Fran­cisco de Contreras y Don Juan de Ocón. En él no hay otros tér­minos que los que comúnmente sirven a semejantes instrumen­tos, ni Diego de la Mota, haciendo mención del Duque en su «Ca­tálogo», página 312, dice de él otra cosa que «Hércules Sfron­dato, Duque de Montemarchano, sobrino del Papa Gregorio XIV, fue General en Francia por Su Santidad», y aun no le conoció la Encomienda. Túvola hasta el año 1621, en que la renunció en manos de Su Majestad y a favor de su hijo Don Valeriano Sfrondato, como luego diremos.
Era este Comendador nieto de Francisco Sfrondato, Senador de Milán y después Cardenal de la Santa Iglesia, estando viudo de Ana Vizconte, hija de Antonio Vizconte, Señor, en parte, de Soma, Ayo del Duque de Milán y de su Consejo secreto, y de Magdalena Tribulcio, su mujer. En esta Señora tuvo a Nicolás Sfrondato, Cardenal Obispo de Cremona, después Pontífice Sumo con el nombre de Gregorio XIV, y a Pablo Sfrondato, Barón de la Rivera, Caballero de la Orden de Santiago, que casó con Se­gismunda de Este, hija de Segismundo, Señor de San Martín de Ruberto y de Justina Tribulcio, progenitores de los Marqueses de Este y de Bargomanero, y fueron sus hijos: Hércules, Duque de Montemarchano; Paulo Emilio, Cardenal del título de Santa Cecilia; Francisco, Barón de Valsasina, Marqués de Montafia. Comendador de Daimiel en la Orden de Calatrava, Castellano de Sant Angelo y General de la Armada Naval del Pontífice, su tío, y Ana Sfrondato, mujer de Hércules Vizconte, Conde de Sa­liceto, Señor de Rh°. El Duque de Montemarchano, nuestro Co­mendador, casó el año 1571 con Lucrecia Cibo, como lo escribe Herrera en la tercera parte de la «General del Mundo», libro VII, capítulo 8°, hija de Alberico, Príncipe de Masa, Marqués de So­cierano de Carrara, Duque de Ayelo, Conde de Firentillo, y de Isabel de Capua, su segunda mujer, y fue hijo de ambos Don Va­leriano Sfrondato, Conde de la Rivera, cuyo será el capítulo si­guiente.

viernes, 21 de mayo de 2010

LAS MINAS DE PLATA DE GUADALCANAL - 194


Continuación del libro editado por Miguel del Burgos en el año 1831, NOTICIA HISTÓRICA DOCUMENTADA DE LAS CÉLEBRES MINAS DE GUADALCANAL. Tomo I

(Se mantiene la ortografía de la época)

Mis enfermedades han sido grandes, gracias á Dios, de manera que no puedo convalecer en esta tierra, sino que antes paresce que cada dia voy atrás. Visto esto por los médicos, les ha parecido, que sin algun remedio puede haber, es ir á buscar el aire donde me crié; y hame apretado tanto una recaida, que no me da lugar á enviar á suplicar á V.M. por licencia; y visto esto, y la priesa que los médicos me dan que vaya, la he pedido á don Francisco de Mendoza me la dé en nombre de V. M. y vista la necesidad me la ha dado, dejándo (como dejo) tan buen recaudo en la contaduría á su contento para la cuenta é razon de la hacienda y buen despacho de todo. Suplico á V.M. haya por bien la licencia y me la conceda, pues procuro la salud para servir á V. M. Nuestro Señor la sacra católica Real Persona de V. M. guarde y prospere con acrescentamiento de mayores reinos y señoríos. De Guadalcanal, y de hebrero tres de mil quinientos cincuenta y ocho años. De V.S.C.R.M. humilde criado que sus reales pies y manos besa.- Gaspart de Avila.

Carta de don Francisco de Mendoza á S.M. sobre varios particulares tocantes al buen gobierno de las minas.

Secretaría de hacienda, núm. 34.

4 de hebrero de 1558.

S.C.R.M.- Recebí la carta de V.M. de veinte y uno deste mes de enero á veinte y cinco, y con ella la cédula para los oficiales de la casade la Contratación de Sevilla de cinco mil ducados para la fábrica destas minas; y dice V.M. que se ne han enviado otras dos á ocho y á veinte y ocho de diciembre del año pasado, y que V.M. manda á los oficiales que cumplan todas las libranzas que se hicieron en ellos para esta fábrica, y que ansi se irá proveyendo siempre lo que fuere nescesario, avisando yo dello sin que venda ninguna plata para este efecto como apunto; y que pues yo escribo que el depositario de las minas ha dicho que se gastarán cada semana cuatrocientos y setenta mil maravedís sin los gastos que yo haré,y que pues llegué á estas minas á veinte y cuatro de noviembre, y recebí la cédula de los primeros cinco mil ducados á ocho de diciembre, que son todos los quince mil ducados, habria recaudo para los gastos hasta en fin de este mes de enero, y que V.M. me manda que haga que el contador envie una relacion de dos ó tres meses de los pasados, y que yo avise lo que mas me parece que será menester que V.M. lo mandará proveer con tiempo.
Los quince mil ducados que V.M. mandó que se enviasen en las tres libranzas para los dos meses de diciembre y ener, era muy buena provision si hubieran llegado antes. La primera libranza recebí á ocho de diciembre, y la que trae ahora este correo. El peon que traía la otra no ha llegado, y aunque V.M. ha mandado proveer los dineros, se ha pasado necesidad, porque, desde veinte y cuatro de noviembre que yo llegué hasta veinte y cinco de enero que llega este correo, no ha venido mas que la primera libranza, y por fuerza tardarán los dineros en venir de Sevilla, y sin elos mal se podrá sacar la plata que de aquí se ha enviado. Haciéndose buena provision de dineros, V.M. sea cierto que no se llegará á la plata; y aunque V.M. provea largo, yo tendré cuenta con que no se traiga de Sevilla mas de lo que sea menester.

RESOLUCION. “Que con lo que se ha proveido se hace cuenta que terná hasta en fin de marzo, é que para los otros nueve meses deste año se le envia cédula de cinco mil ducados cada mes; que él haga traer lo que fuere menester con tiempo, y avise sin con esto habrá sobra ó falta; y que desta manera la fabrica andará bien proveida, é por falta de dineros no se dejará de hacer la obra.”

La relacion de los cinco meses envia el contador, yo avisaré con tiempo de lo que será mas menester para que V.M.lo mande proveer.

RESOLUCION. “Que el contador envió la relacion de los gastos de los cinco meses hasta en fin de enero, é de lo procedido en ellos. Está bien.”

Dice V.M. la orden que es servido que se tenga con todos los que enfermaren en esta fábrica por causa de las minas, y que avise si será bien hacer algun hospital aqué en Guadalcanal. Con los que enfermaren se tendrá la orden que V.M. mandó. Hospital no me parece que se debe de hacer, porque es menester gran cuidado y gastar mucho, y hay cuatro en el lugar, aunque todos ruines y no bien proveidos. El físico de la fábrica ha tenido y tiene en su casa los que han enfermado, y con ayudarle con ciento y treinta ducados, poco mas ó menos, se hará aposento para diez ó doce personas, que pueden estar bien. Este físico es buen boticario, y sabrá hacerlo de buena voluntad, y es poco el salario que lleva, que sin tener en su casa los dolientes se les habia de hacer ayuda de costa. Puédesele aderezar la casa en la cantidad que V.M. mandare; y en los gastos de comida y botica se tendrá en cuenta y razon; y su muger cura, y con poca ayuda tienen los dolientes buen recaudo.

jueves, 20 de mayo de 2010

LOS COMENDADORES DE GUADALCANAL - 1 DE 3


Luis Salazar y Castro(1)
Introducción y notas de
José María Álvarez Blanco
Fotog. Ignacio Gómez

Según este autor, desde 1246(2) en que Guadalcanal es reconquistada a los musulmanes hasta bien entrado el siglo XVII durante el reinado de Carlos II se contabilizan trece(3) Comendadores de Guadalcanal quienes son los representantes políticos-religiosos de la Encomienda de Guadalcanal perteneciente a la Orden Militar de Santiago(4). Hay una amplia documentación sobre la presencia de dicha Orden, recogida sobre todo en los Libros de Visita, que nos han permitido saber cuál era la dotación litúrgica de la Iglesia de Santa Ana a finales del S. XV(5). En el aspecto documental se conserva la Casa de la Encomienda, que no sólo es la que actualmente es propiedad de Maruja Cárdenas de la Hera, sita en la calle Andrés Mirón (esquina a Milagros), sino que parecer ser que también ocupaba el solar de la situada en la diagonal de enfrente, esquina a la calle Granillos. Como es bien sabido la actual calle dedicada a nuestro poeta, se llamó anteriormente Ramón y Cajal, y anteriormente Encomienda por la ubicación en ella de la casa de la Orden. Del libro cuya portada se reproduce a continuación son los textos sobre las Encomiendas en general, la de Guadalcanal en particular y la reseña biográfica de los Comendadores. (JMAB).

Las Encomiendas son las partes de territorio jurisdiccional de las Ordenes Militares, encomendado por el Maestre y lue­go por el Rey; a un Caballero con el título de Comendador, con todas sus personas, tierras, derechos, bienes y rentas de todo gé­nero. La Encomienda era como un Señorío, y constituyeron por su importancia estratégica primero, para su defensa y conser­vación, y luego para su gobierno y tenencia, una de las más al­tas y preciadas dignidades de las Órdenes Militares.
Los Comendadores representaban la autoridad del Maestre en su territorio, y sus fallos sólo eran apelables ante el mismo Maestre.
La Orden de Santiago tenía ochenta y cuatro Encomiendas repartidas en, Castilla, León, Aragón y hasta en Sicilia. La de Calatrava contaba con cincuenta y cuatro, y Alcántara treinta y ocho. Y todas las Encomiendas servían al. Rey, con 368 lanzas Santiago, 300 Calatrava y 138 Alcántara, que montaban 434.293 ducados.
Comendador era el Caballero de la Orden investido por el Maestre de esta alta dignidad; en un principio se les encomen­daban los bastimentos, el vestuario, las enfermerías, la guarda de los privilegios, etc. Más tarde el Maestre les fue dando los castillos y fortalezas que iban conquistando en la Reconquista, encargándose de su conservación, guarda y defensa; muchos de ellos situados en la frontera de los moros. Por su carácter a la vez religioso, se hacía para estas Encomiendas la colación res­pectiva y la canónica institución.
Los Comendadores, una vez instituidos por el Maestre, es­taban obligados a reparar las casas de sus Encomiendas, tenien­do la entrega en pie, debiendo añadir y acrecentar algunos bie­nes y ganados, so pena de perderla; no podían disfrutar dos a la vez, ni tener maravedíes en la Mesa Maestral; tenían que re­sidir en sus castillos y fortalezas, sobre todo los fronterizos, y no podían ausentarse, sin licencia del Maestre. Sixto IV conce­dió para sustentar en pie las casas de la Orden y conservar las que se hiciesen, gastar la mitad de los frutos y rentas de los dos primeros años de las Encomiendas vacantes. En el Capítulo de 1560 se determinó que tuviesen moradores en las casas y forta­lezas, y, si fuere necesario, darles salario y que residiesen al me-nos cuatro meses cada año. En 1653 se ordenó que el que reci­bía Encomienda tenía que profesar en esta Orden, aunque tuviera hábito de otra, que tenía que dejar. Cuando moría un Co­mendador, la taza y la mula eran para el Maestre, el caballo y las armas para el Comendador mayor, y la cama para los hospi­tales de la Orden.>> (Del Prólogo del Marqués de Ciadoncha)


ENCOMIENDA DE GUADALCANAL (pp. 550 – 551)

Esta Encomienda es de las de la Provincia de León y se compone de la villa de Guadalcanal y de la Dehesa del Palacio, término de Reina. En Guadalcanal tiene el Comendador un cercado, molino y bodega de aceite, un lagar, una huerta que se llama la Viña de la Orden, y unas tierras llamadas el Valdío de la Encomienda. Lleva el comendador la mitad del diezmo de trigo, cebada centeno, y todas semillas y la otra mitad es del Hospital de la Sangre de Sevilla, excepto lo que se sembrase en los huertos y huertas porque le lleva enteramente el Comendador. Y también es suyo el diezmo entero de borregos, carneros, cochinos, quesos, lana, huertas, alcacer, y uvas que se venden en la plaza; y la mitad del diezmo del zumaque porque la otra mitad es del Hospital de la Sangre. Es del Comendador el Portazgo y veintena de la villa. El derecho del Portazgo del Carril de la Burbana. La Martiniega, que es doce maravedís de cada vecino que tiene casa, exceptuándose clérigos e hijosdalgo. Págale la villa un censo de 4466 maravedís de renta y los molinos de ella otro de 400 maravedís. Tiene esta Encomienda un Juro de 193.285 maravedís de renta, situados por privilegio de S. M. en las alcabalas de Huete. Todo lo cual consta por los arrendamientos del Comendador Duque de Monte Marchano.

LOS 13 COMENDADORES DE GUADALCANAL (pp. 551-561)

I - DON FADRIQUE ENRÍQUEZ DE RIVERA, Adelantado Mayor de Andalucía, primer marqués de Tarifa, Señor de las villas de Espera, Bornos, Cañete, el Coronil y las Aguzaderas, era comendador de Guadalcanal en 22 de enero de 1514, en que por Cédula del Rey Católico fue relevado por no haber residido en año antecedente en su Encomienda los cuatro meses a que era obligado; pero solo le llama Adelantado Mayor de Andalucía. Murió el año 1549(6), como parece por Cédula de Carlos V, dada en Madrid a 8 de noviembre del mismo año, en que hace merced de la cama y vestidos de este Comendador, difunto, al Hospital de San Marcos, manda se entreguen a Francisco Vargas, su Administrador, o por ello doce mil maravedís.

II - DON JUAN FERNÁNDEZ MANRIQUE, Marqués de Aguilar, conde de Castañeda y Buelna, Canciller Mayor de Castilla, sucedió en esta Encomienda al Marqués de Tarifa por merced de Carlos V, que le firmó el título de ella en Valladolid, a 21 de noviembre de 1539, refrendado de Juan Vázquez de Molina y firmado del Conde Don García Manrique, Licenciados Luján y Sarmiento y Doctor Anaya, que eran Presidente y Consejeros de Ordenes. Falleció el Marqués el año 1553, porque por esta causa dio Carlos V la administración de esta Encomienda a Don Her­nando Enríquez, Caballero de la Orden, por título de 24 de no­viembre. Y por una Cédula del día siguiente mandó Su Majestad se acudiese al Hospital del Convento de San Marcos, de León, con la cama y vestidos de este Comendador difunto.

III - JUAN VAZQUEZ DE MOLINA, Comendador de Valencia del Ventoso, Señor de Payo y la Eliseda, primer Alférez Mayor de Úbeda, Secretario de Estado de Carlos V, su testamentario y también su Consejero de Estado, fue Comendador de Guadalcanal por título suyo dado en Bruselas, a 20 de mayo de 1556, en lu­gar del Marqués de Aguilar, último Comendador, y con esta En­comienda le nombran Argote de Molina, Garibay, Haro y todos los que tratan de él y consta también por el título de su su­cesor.

IV - DON DIEGO HURTADO DE MENDOZA Y DE LA CERDA, primer Príncipe de Mélito, Duque de Francavila, Marqués de Algecilla, Señor de Miedes y Mandayona y de la Puebla de Al­menara, Virrey y Capitán General de Aragón y Cataluña, de los Consejos de Estado y Guerra de Su Majestad, Presidente de los de las Órdenes e Italia, Comendador de Villahermosa y Trece, fue Comendador de Guadalcanal en sucesión al Secretario Juan Vázquez de Molina, como parece por el título que Felipe II le firmó en San Lorenzo el Real, a 12 de agosto de 1571, re­frendado de Martín de Gaztelu y firmado de Don Fadrique En­ríquez, Doctor Rivadeneyra, Licenciado Diego de Castejón y Doctor Luzón, freile de Santiago, Capellán de Su Majestad, y dice: «Sabed que la Encomienda de Guadalcanal está al presente vaca por fallecimiento del Secretario Juan Vázquez de Mo­lina, ya nos, como Administrador susodicho, pertenece nombrar persona del hábito de la dicha Orden que sea proveído de la dicha Encomienda. Por ende, acatando los muchos y buenos servicios que Don Diego Hurtado de Mendoza y de la Cerda, Prín­cipe de Mélito, Duque de Francavila, Comendador que hasta aquí ha sido de Villahermosa, ha hecho a nos y a la dicha Orden y esperamos que hará de aquí adelante y sus méritos y costum­bres, por esta nuestra carta le nombramos para que sea pro­veído de la dicha Encomienda de Guadalcanal, etc.»

V - DON RODRIGO MANUEL, Señor de Belmonte de Campos y Cevico de la Torre, Capitán de Hombres de Armas de las Guar­das de Castilla, Capitán de la Guarda Española de Felipe II y Comendador del Corral de Almaguer, sucedió al Príncipe de Mélito en la Encomienda de Guadalcanal por merced de Felipe II, de que se le di título en Madrid, a 8 de noviembre de 1578, fir­mado de Su Majestad y refrendado de Martín de Gaztelu y tam­bién firmado de los Licenciados Don Antonio de Padilla, Don Juan de Zuazola, Don Miguel Marañón y Licenciado Hinojosa. Presidente y Consejeros de Ordenes. Es dirigido al Licenciado Pedro Rodríguez de Capillas, freile de la Orden, Capellán de Su Majestad, y a Don Rodrigo Manuel le nombra «Don Rodrigo Ma­nuel, Capitán de nuestra Guarda Española, Comendador que hasta aquí ha sido de la Encomienda del Corral de Almaguer»
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Notas.-

(1) En el prólogo de la obra cuyos fragmentos se reproducen en este texto, se encuentra una amplia reseña biográfica del autor Luis Salazar de Castro, cuyas fechas de nacimiento y muerte constan en la portada del libro. Resumidamente digamos que nació en Valladolid y falleció en Madrid. Habiendo quedado huérfano muy joven, se acogió a la protección del Conde de Luque en Baena, de quien fue Paje y luego Secretario. Posteriormente se trasladó a la Corte en donde el Duque del Infantado le encargó el arreglo de su Archivo. A los 24 años comenzó su extensa obra histórica que le ha valido su reputación de Príncipe de los genealogistas españoles. Carlos II el Hechizado le tenía gran afecto y le hizo su Ayuda de cámara y Bibliotecario. En 1691 fue nombrado Cronista Mayor de Indias. Además de otros cargos el Rey Don Felipe V, reconociendo su talento, le nombró en 1700 Alguacil mayor de la Inquisición, de Toledo, con facultad de ceder la Vara; en 1705 le hizo Consejero honorario de las Órdenes, y el 3 de marzo de 1721 Superintendente de los Archivos de las Órdenes Militares. Todos estos cargos le dieron magníficos elementos para sus es­tudios, y trabajos, sirviéndole a la vez de estímulo extraordinario, para mejor realizar su gigantesca labor. Está enterrado cumpliéndose lo dispuesto en su testamento en Madrid en la Iglesia de Montserrat en la calle de San Bernardo.

(2) Según M. Maldonado Fernández este año 1246, en el que se produce la rendición y donación de las tierras de Reina, debe ser considerado el de la toma de Guadalcanal a los musulmanes (Comunicación personal de M. Maldonado a I. Gómez). Esta fecha es posterior en cinco años a 1241 que puede hallarse en otras fuentes, como por ejemplo la página web del Ayuntamiento de Guadalcanal, y la Historia de Guadalcanal de Andrés Mirón, página 41 (Ayuntº de Guadalcanal, 2006) quien incluso da el nombre del gobernador de la villa, el árabe Axataf.

(3) Parece ser que, además de los trece comendadores aquí reseñados hubo otros según consta en el texto de Andrés Mirón antes citado y en un texto de Ignacio Gómez inédito.

(4) La jurisdicción política de la Orden de Santiago se prolongó hasta el final del reinado de Fernando VII y la religiosa concluyó con el advenimiento de la primera Republica en 1868 (Véase por ejemplo Orden de Santiago en Wikipedia).

(5) Véase “Inventario litúrgico de la iglesia de Santa Ana de Guadalcanal en 1494”, de Manuel Serrano Sanz (1926). Reproducido en
http://guadalcanalfundacionbenalixa.blogspot.com/ 27 abril 2010 y http://www.guadalcanalsierranorte.com/ 28 abril 2010

(6) Según M. Maldonado Fernández, basándose en documentos de toda fiabilidad. esta fecha es errónea, siendo la auténtica, diez años antes, es decir, 1539.(comunicación personal a I. Gómez)




miércoles, 19 de mayo de 2010

LAS MINAS DE PLATA DE GUADALCANAL - 193


Continuación del libro editado por Miguel del Burgos en el año 1831, NOTICIA HISTÓRICA DOCUMENTADA DE LAS CÉLEBRES MINAS DE GUADALCANAL. Tomo I

(Se mantiene la ortografía de la época)

En cuanto á lo que decís que convernía que los oficiales y personas que andan en la fábrica sean forasteros y no naturales para lo que toca al buen recaudo y seguridad, aunque se les acrecentasen algo mas los salarios, proveerlo heis como mejor os paresciere, pues teneis comision é instruccion para ello.
La limosna que pedis para el monesterio de san Francisco de Guadalcanal es bien que se haga, y ansí os envio la cédula para que les hagais dar cien ducados para trigo por esta vez.
En lo que toca á la cuenta que se ha de tomar al depositario ó tesorero de esa fábrica, he mandado á Sancho de Paz, que sirve el oficio de nuestro tesorero de la casa de la Contratacion de Sevilla, que se desocupe y venga ahi á la tomar, y tambien á Lope Diaz de Mercado, que está en la fábrica de Aracena, y ansí se hará con brevedad.
Pues os paresce que el contador Gaspar de Avila sirve bien, ansí por esto como por la carestía del tiempo, le he fecho merced de docientos ducados de ayuda de costa por esta vez, como vereis por la cédula que se os envia.
En lo que decís que algunas personas van á esa fábrica, é con deseos de servir hacen algunos ingenios y cosas que paresce son provechosas, y no es justo que otros usen de sus avisos é ingenios sin que ellos lleven algund provecho dello, nos ha parecido bien; y cuando alguna cosa destas se ofreciere, hareis que vengan ó envien ante Nos á dar noticia de los ingenios é invenciones que hicieren, y avisarnos heis vos de lo que os paresce que se debe hacer con ellos; que Nos les mandaremos dar privilegíos para que otros no los usen sin su licencia, por la orden que se suele hacer, porque es cosa que acá se ha de hacer y asentar con los que lo trataren.
La determinacion que se ha de hacer sobre las mercedes de las minas, y dé lo que se ha de dar á los halladores dellas, se despachará brevemente.
Al aleman se le mandará que vaya luego allá á entender en lo que es menester, como es justo que lo haga, para ganar el salario que lleva: y como vos ofreceis de no llevar ninguna parte de minas, que me paresce bien, debeis mirar que él ni otros oficiales ningunos de esa fábrica no tengan parte en ellas por sus personas, ni en otra ninguna manera, porque ansi es mi voluntad que se haga.
En lo que escribe Pedro de Andujar, que sirve el oficio de nuestro tesorero y pagador de esa fábrica, suplicando se provea otro en su lugar por la falta que tiene de salud, y poco salario que se le ha dado con el dicho oficio, se responderá brevemente. Vos avisareis del salario que se le da. Y mando que tome la razon desta Hernando Ochoa, mi contador. De Valladolid, veinte y un dias del mes de enero de mil y quinientos y cincuenta é ocho años. Lo que escrebís cerca de la fábrica del pozo del Almaden (1)las noticias tocantes a Almaden se imprimen en obra separada), y de lo que en ello hay que proveer, mandaremos que se vea y platique en consejo de hacienda, para que se provea en ello lo que mas convenga.- La Princesa.- Por mandado de su Magestad, su Alteza en su nombre.- Juan Vazquez.

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En 14 de febrero de este mismo año de 1558 se expidió nombramiento de solicitador de los negocios de las minas en la corte á Francisco de Avila, con 75.000 maravedís de salario al año, que se le libraron hasta fin de marzo de 1563.

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Carta del contador de las minas Gaspar de Avila, dando razon del estado de todos los pozos de ellas, y del de las fundiciones y afinaciones.

Secretaría de hacienda, núm. 34.

3 de hebrero de 1558

S. C. R. M.- Rescebí la de V.M. de veinte y uno de enero, y beso los reales pies y mano de V.M. por la merced que se me hizo de la ayuda de costa.
Esta fábrica está buena, y el pozo de la Traviesa es mucho el metal que da, y muy bueno.
Es pozo Rico anda como escribí á V.M.: da metal, pero no tanto, ni tan rico como solia.

El pozo sexto del Rico da buenas muestras, y el de Adan tambien las da buenas para volver á dar metal. Tambien se labran el pozo de la gran Compaña, y el de la Cruz, y el de la Regadera. Todos dan buenas muestras, y de todos se tiene grande esperanza. ¡Plega á Dios que subceda como todos deseamos!
Las relaciones que V.M. envia á mandar le envie de los gastos y plata que procede cada mes van con esta, de cinco meses, desde setiembre hasta enero, de la plata que en cada uno dellos se ha sacado, y de los gastos que en cada uno dellos se ha hecho, cada mes por sí, como V.M. verá.
En lo que V.M. manda avise de los gastos que son nescesarios hacerse, demas de los de la relacion, paresce que andando cuatro hornos de fundiciones como agora andan, y fundiendo cada semana cuarenta fundiciones, se gastarán en un mes cien quintales de almártaga, que con menester para estas fundiciones é plomo pobre para ellas: desto será menester proveer cantidad porque hay muy poca, y hasta agora se ha gastado del plomo pobre que estaba proveido de atrás, y del almártaga que han traido de Madrileños, y hallándose metales pobres como don Francisco de Mendoza los anda procurando, se excusará mucha parte del gasto.
Demas de los gastos de la relacion, se han empleado en trigo é cebada para la provision de las minas quinientas y ochenta mil y quinientos cincuenta maravedís.

martes, 18 de mayo de 2010

ADIÓS AL GUADALCANAL NOTICIAS

El 28 de febrero de 2005, siendo concejal de Cultura, tuve el honor de iniciar la publicación del Guadalcanal Noticias que formaba parte de la página web del Ayuntamiento.

Durante más de dos años, disfruté actualizando las noticias que iban sucediendo, en una época donde todavía no existían los blog que ahora todos podemos ver y que nos mantienen informado del día a día de Guadalcanal.

El Ayuntamiento de Guadalcanal ha encargado nuevo portal para informar de Guadalcanal, donde entre otras cosas, han suprimido el rel
oj que los que tenemos la suerte de vivir en Guadalcanal, podemos ver cada día sentados en la Plaza de España.

Curiosamente, nos sorprende que este nuevo portal siga manteniendo todas las fotografías antiguas que tenía el anterior, incluidas las de algunas industrias que ya han desaparecido.

Igualmente no deja de sorprendernos, que en los enlaces de interés sólo aparezcan los blog de las Hermandades de Penitencia, existiendo algunos como los de la Banda de Música Ntra. Sra. de Guaditoca, Banda de Cornetas y Tambores Cristo del Amor y otros, que por el interés de su información, pienso deben ser conocidos por los internautas que acceden a la web del Ayuntamiento.

De momento, lo que vemos en este nuevo portal, es lo mismo que tenía el anterior, con la misma información, las mismas fotografías de los monumentos y las mismas secciones. La verdad es que después del tiempo que se lleva anunciando, esperábamos otra cosa. Habrá que dar tiempo al tiempo...