lunes, 1 de marzo de 2010

LAS MINAS DE PLATA DE GUADALCANAL - 157


Continuación del libro editado por Miguel del Burgos en el año 1831, NOTICIA HISTÓRICA DOCUMENTADA DE LAS CÉLEBRES MINAS DE GUADALCANAL. Tomo I

(Se mantiene la ortografía de la época)

Con fecha 15 de este mismo mes de enero el administrador Diego Lopez escribió á la señora Princesa gobernadora dándola cuenta del estado de las minas y negocios de su cargo. Dijo que habian sido tantas las aguas, que hubo necesidad de apuntalar algunos edificios, en especial la casa de los ingenios.- Que los pozos se habian también henchido, y no se podia sacar metal. Manifiesta que por la experiencia que tenia del arte de la afinacion, habia conocido lo mal armados y costosos que eran los buitrones, y para averiguacion de ello mandó practicarla informacion que antecede para ahorrar costas.- Que en su consecuencia habia mandado armarlos á su satisfaccion, y puesto trojas al lado de cada buitron, con lo cual nada se desperdiciaba. A los alemanes los mandó ir á fundir á la casa de los ingenios, para que todo estuviese á una mano, y se escusasen gastos de acarreos. Participa tambien que habia mal método y recaudo en llevar y poner las acémilas á los ingenios, porque no habia mas que unos aparejos; y mientras se mudaban de unas bestias á otras se enfriaban los hornos; ni tampoco se tenia la precaucion de que no cesasen los fuelles; todo lo cual habia remediado oportunamente.
Que no habia madera ninguna, para ademar; y que urgía cuanto antes dar orden á Sevilla y á Constantina para que permitieran cortar la necesaria. (Asi se mandó.)
Manifestó que acaso no sería conveniente enviar oficiales, herramientas y aparejos á Lopez Diaz de Mercado, que cuidaba de las minas de Cazalla, Mérida y Aracena; hasta que se examinase si sería mas barato beneficiar aquellos metales en Guadalcanal; á lo que se le contestó que cumpliera lo mandado, y enviase aparejos y oficiales.- Se quejó enérgicamente del alcalde Murga porque no le dejaba ejercer su cargo de administrador, pues cuando despedia ó castigaba á algun dependiente ú operario, luego reclamaba en justicia, y el juez le amparaba.- A esto se resolvió que se escribiese á Murga, como se hizo, que procediese con templanza y buena economía, y que en las cosas de pura administracion no se entrometiese.
Añade que se habian juntado en la fábrica infinitos bodegones y vivanderos que cometian muchas usuras, encareciendo los mantenimientos, para cuyo remedio habia mandado pregonar una providencia de buen gobierno, que se la revocó el alcalde Murga.
Propone que se compren negros para las labores, y que se admitan algunos moriscos para las operaciones de las minas, porque dice que así se evitarán muchos gastos, y se irán formando mineros y plomeros, de que habia grande necesidad, no solo en aquellas minas, sino también en las de Nueva-España y del Perú. Y que sería de grande ahorro comprar acémilas por cuenta de S. M. para los ingenios, porque alquilándolas á los particulares subian los precios, y algunas veces no se hallaban al tiempo de hacer las labores.
Finalmente, dice que cada dia se sacaban de los pozos doscientos marcos de plata con corta diferencia.

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