viernes, 5 de febrero de 2010

LAS MINAS DE PLATA DE GUADALCANAL - 145


Continuación del libro editado por Miguel del Burgos en el año 1831, NOTICIA HISTÓRICA DOCUMENTADA DE LAS CÉLEBRES MINAS DE GUADALCANAL. Tomo I

(Se mantiene la ortografía de la época)

buitron diez cargas de leña, que cuestan á sesenta maravedís y á dos reales, que hacían de costa veinte reales cada día, y ahora dijo este testigo que se ahorra la mitad, y en lo del hierro que podría valer y valdría lo que ansí se gastaba cada mes en vergnejones de hierro para cubrir los dichos buitrones que son á su cargo de este testigo dos quintales, los cuales, puestos en estas dichas minas, valen cincuenta y dos reales poco mas ó menos, de manera que, sumado el costo de ocho buitrones que estan fundados que ansí se tapaban con hierro, dijo este testigo que se ahorran al mes al respecto de los dellos sus dos buitrones que son doscientos y ocho reales, y en lo de la leña la mitad por medio, lo cual todo dijo este testigo que es en gran beneficio de la dicha hacienda; preguntado este testigo diga por qué ha sido la causa de que antes que el dicho administrador Diego Lopez viniese á estas minas afinaban la plata tan costosamente, pues vian que era en daño de la hacienda, dijo este testigo que porque no se lo habian mandado los administradores antecesores del dicho señor Diego Lopez, y porque ansi se tenia la costumbre del afinar cuando este testigo vino á las minas; y que ésta es la verdad por el juramento que tiene hecho, y firmólo.- Diego Mejía.
Y yo Andrés Sanchez, escribano de S. M., que presente fui en uno con el dicho señor administrador á la dicha visita y á la examinacion de los dichos testigos, lo escribí é suscribí y saqué en limpio; y va cierto y verdadero en estas cinco hojas de papel con la en que va mio signo. De todo lo cual yo doy fe segun dicho es, é por ende fice aquí este mio signo que es á tal. -En testimonio de verdad.- Andrés Sanchez, escribano de S. M.
Con fecha 15 de este mismo mes de enero el administrador Diego Lopez escribió á la señora Princesa gobernadora dándola cuenta del estado de las minas y negocios de su cargo. Dijo que habian sido tantas las aguas, que hubo necesidad de apuntalar algunos edificios, en especial la casa de los ingenios.- Que los pozos se habian también henchido, y no se podia sacar metal. Manifiesta que por la experiencia que tenia del arte de la afinacion, habia conocido lo mal armados y costosos que eran los buitrones, y para averiguacion de ello mandó practicarla informacion que antecede para ahorrar costas.- Que en su consecuencia habia mandado armarlos á su satisfaccion, y puesto trojas al lado de cada buitron, con lo cual nada se desperdiciaba. A los alemanes los mandó ir á fundir á la casa de los ingenios, para que todo estuviese á una mano, y se escusasen gastos de acarreos. Participa tambien que habia mal método y recaudo en llevar y poner las acémilas á los ingenios, porque no habia mas que unos aparejos; y mientras se mudaban de unas bestias á otras se enfriaban los hornos; ni tampoco se tenia la precaucion de que no cesasen los fuelles; todo lo cual habia remediado oportunamente.
Que no habia madera ninguna, para ademar; y que urgía cuanto antes dar orden á Sevilla y á Constantina para que permitieran cortar la necesaria. (Asi se mandó.)
Manifestó que acaso no sería conveniente enviar oficiales, herramientas y aparejos á Lopez Diaz de Mercado, que cuidaba de las minas de Cazalla, Mérida y Aracena; hasta que se examinase si sería mas barato beneficiar aquellos metales en Guadalcanal; á lo que se le contestó que cumpliera lo mandado, y enviase aparejos y oficiales.- Se quejó enérgicamente del alcalde Murga porque no le dejaba ejercer su cargo de administrador, pues cuando despedia ó castigaba á algun dependiente ú operario, luego reclamaba en justicia, y el juez le amparaba.- A esto se resolvió que se escribiese á Murga, como se hizo, que procediese con templanza y buena economía, y que en las cosas de pura administracion no se entrometiese.

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