martes, 15 de diciembre de 2009

LAS MINAS DE PLATA DE GUADALCANAL - 119


Continuación del libro editado por Miguel del Burgos en el año 1831, NOTICIA HISTÓRICA DOCUMENTADA DE LAS CÉLEBRES MINAS DE GUADALCANAL. Tomo I

(Se mantiene la ortografía de la época)

Todas las formas que aquí pude tener, no bastaron para que Juan de Vitembergue no se fuese hasta hacerlo saber á V. M., y esperar sobre ello su mandado; ya escrebí como me habia demandado dineros de su salario; y por no mostrarme cédula, ni saber cuanto era, no se lo libré; pero ofrescime á darle dineros á buena cuenta para su mantenimiento, y aun hícele sobre ello un requirimiento cuyo traslado envío, porque sé que él ha de reclamar allá contra mí, diciendo que no le quise dar dineros, y es hombre que no se sufre tratar con él sino mediante papel y tirita.
Queriéndose ir, ví que dejaba cerrado su aposento, que es el mejor que hay en esta casa, sin tener en él cosa ninguna suya, salvo las camas y otras alhajas que le compramos, y especialmente nos hace falta una chimenea buena que tiene en la sala, y no hay otra en toda la casa donde todos podamos pasar las tempestades é frios que aqui hace; roguéle con toda la instancia posible que en uno de tres aposentos que tiene recogiese aquella su ropa, y un page que aquí dejó, y dejase los otros dos de que nos pudiésemos aprovechar, pues vía que andan los oficiales de V. M. durmiendo de choza en choza, por no tener donde poderse albergar, y que cada é cuando que viniese, se le volveria todo su aposento é ropa, é mayormente que nos dejaba dentro el relox y la campana, y ni lo uno ni lo otro bastó para que hobíese en él comedimiento, aunque le hice otro requirimiento por escrito, cuyo traslado ansi mesmo envío. Cierto es hombre tan soberbio y sin razon, qne acertará mucho el que se apartare de su compañía.
Con la mucha hambre que en esta tierra hay, acude á estas minas tanta gente, que no nos podemos valer, porque el principal intento que traen, es de hurtar, caso que para prevenirlo, ninguna diligencia me ha quedado que hacer, mayormente en las plomeras, que no sale ninguno del pozo sin que sea catado: y con saberlo ellos, no dejan de hurtar; muchos se han azotado, y condenado á galeras; pero como ordinariamente los hurtos son tan pequeños, que no paresce que se puede dar pena corporal por ellos, porque el plomero hace su cuenta, que como ha de salir cuatro veces al dia del pozo con sacar cada vez valor de dos reales, tiene buena presa; y si le toman con cualquiera de ellas, paresce que no es nada ni meresce pena, convernía que S. M. mandase dar órden de lo que en este caso se ha de hacer al alcalde de minas que viniere: no hay otra cosa nueva de que informar á V: M., cuya Real Persona &c.

Relacion del estado de las minas el 5 de diciembre de 1556.

La hondura del pozo de Adan (llamábase asi porque el capataz que trabaja en él era Adan Bastoven, aleman) que es veinte é dos estados muy cumplidos; tiene tres minetas que bajan hacia la parte de medio día derecho de la vena de Martin Delgado hacia el primero pozo que se nombra de la Traviesa: la primera mineta pasa de claro en claro del un pozo al otro, que habrá de distancia cincuenta y cuatro pies poco mas ó menos; esta primera mineta está á doce estados de hondo: bajando al pozo, no se ha hallado en ella fruto ninguno.
La segunda mineta está cuatro estados mas hondo que la primera, que son á diez y seis estados de sobre la tierra, falta de largo para llegar al dicho pozo de la Traviesa hasta diez pies.


No hay comentarios: