domingo, 26 de julio de 2009

Los vinos de Guadalcanal

Marcelino Díaz Taboada, Ingeniero Técnico Agrícola y miembro de la Cofradía del vino “Rivera del Guadiana”, nos ha ofrecido en la mañana de este domingo festividad de Santa Ana, una interesante charla sobre los famosos vinos de Guadalcanal.

Nos decía, que por poner una fecha de referencia, podíamos pensar que los vinos aparecieron en Guadalcanal hacia el año 1241, tras la conquista de la villa por la Orden de Santiago. Aunque posiblemente, al igual que ocurrió en Constantina, ya en tiempo de los romanos se cultivaban cepas.

Lo que sí es seguro, es que durante la permanencia de los almohades el cultivo se abandonó, ya que como todos sabemos, el Islam prohibía el consumo de vino, al contrario de los cristianos, para los que representa la sangre de Cristo.

Los vinos de Guadalcanal eran blancos, que añejaban muy bien.

Del prestigio que tuvieron los vinos de Guadalcanal, lo podemos ver en la literatura de los siglos XVI y XVII. Cervantes en sus “Novelas Ejemplares” los nombra en dos de ellas: "Rinconete y Cortadillo" y "El Licenciado Vidriera". Parece ser que Cervantes era entendido en vinos por los detalles que hace en sus novelas y la relación de buenos vinos de diferentes zonas de España. Otro autor que habla de los vinos de Guadalcanal es Mateo Alemán, en su libro “Guzmán de Aznalfarache”.

Los vinos se exportaban a América a través de la Casa de Contratación en Sevilla. En América hacía falta vino para el consumo y la para la liturgia. Es posible también, que las primeras cepas que se llevaron fueran de Guadalcanal.

Fray Bartolomé de las Casas, apóstol de los indígenas, también habla de la bondad del vino de Guadalcanal, que según escribió “daba a los indígenas cristianamente”, es decir, en poca cantidad.

Hernán Cortés también uso el vino de Guadalcanal como intercambio con los indígenas, ya que les ofrecía el “apreciado vino añejo de Guadalcanal” para hacer alianzas contra sus enemigos.

El vino de Guadalcanal estuvo muy bien valorado y fue muy rentable su exportación a América, ya que se vendía a dos reales una arroba en España y en Nueva España el precio subía hasta cinco reales, que compensaba gastos de transporte y riesgos.

En 1560 es cuando más se exporta. Se construyen monumentales haciendas donde se hacía la transformación de la uva en vino, prueba de ello tenemos la hacienda de la Florida, Bodega del Rey, etc.

El vino de Guadalcanal sufrió su declive a partir de 1640, por varias circunstancias, curiosamente una de ellas, por su calidad. La zona principal que competía con nuestros vinos fue la del Aljarafe, pero los vinos eran de menor calidad y a la hora de pagar impuestos por una pipa que tenía 27 arrobas y media, el de Guadalcanal pagaba 12000 maravedíes y sólo 9000 el del Aljarafe. Otra de las causas fue el traslado de la Casa de la Contratación, de Sevilla a Cádiz, donde se inició el envío de vinos de la zona de Jerez y el Condado de Huelva.

Sin embargo aunque se fue perdiendo participación en la exportación, en Guadalcanal se siguieron plantando viñas, ya que la producción se desvió para producir aguardientes, que también fueron muy conocidos los de Cazalla y Guadalcanal, exportándose igualmente al mercado americano este aguardiente.

Por último, la Filoxera. Sobre 1868 se detectó en Francia las primeras consecuencias de este insecto procedente de los vinos que se importaban de América, que atacaba a las raíces de las cepas europeas. Comenzó en Francia y se fue expandiendo por toda Europa, como avanza una gota de aceite, al parecer, cuarenta kilómetros por año. Así llegó a Gerona y Málaga en 1878, y a la Sierra Norte en los últimos años de ese siglo o primeros del veinte.

Se intentaron varios remedios: Inundar los campos, pero las cepas no aguantaban encharcamientos. Plantar vides americanas, no producía uva de calidad. Cruzar cepas americanas y europeas, formando híbridos con las raíces protegidas, pero la uva de estos híbridos, tampoco era de calidad, aunque después de varias generaciones fue mejorando. Sin embargo en España está prohibida la producción de estos híbridos para hacer vino, desde el año 1951, y sólo en Galicia aún se permite.

La última prueba fue la siembra de vides americanas y al año siguiente se poda y se le pone una púa de vides europeas. Con este sistema se ha conseguido volver a las vides anteriores a la llegada de la enfermedad de la filoxera, y con la misma calidad. Con esto se solucionó el problema, pero en Guadalcanal no se reanudó la siembra de viñas.

Sin embargo, Guadalcanal sigue teniendo las condiciones para cultivar de nuevo vides y producir sus famosos vinos. Tenemos climatología: Diferentes temperaturas de noche y de día, refresca por la noche y las parras pueden descansar y trabajar en el nuevo día. Condiciones del suelo: La viñas se dan en suelos pobres. Terrenos en pendiente, buen drenaje. Buena altura: Capitana 960 metros, casco de la villa, 600 metros. Altitud media 650 metros. Así que excelente para el cultivo.

¿Qué se podría hacer?: Primero, un estudio documental serio sobre estos vinos de Guadalcanal. Segundo, instalación de paneles diciendo que aquí se hacía este vino. Por último, estudiar de hacer una plantación con las variedades tradicionales que existieron antes de la llegada de la filoxera.

Finalizó su ponencia haciendo referencia a Luis Chamizo, escritor extremeño que se casó en Guadalcanal y de donde fue alcalde durante unos meses. Recitó unos versos contenidos en el libro El Miajón de los Castúos, titulado “La Viña del Tinajero”

Fue muy aplaudido por los numerosos asistentes y recibió una reproducción de la iglesia de Santa Ana, lugar donde se celebró la conferencia.

A continuación realizó una explicación de la forma de realizar la cata de los vinos, donde todos los asistentes degustaron diversas variedades del vino extremeño denominación de origen “Rivera del Guadiana”.

1 comentario:

Leocadio dijo...

Muy buen y sistematizado comentario de la conferencia de nuestro amigo Marcelino.

Para los almendralejenses que estuvimos en esta ocasión en Guadalcanal fue un placer vivir esta jornada.

Gracias a la gente de Guadalcanal por su amabilidad.